O15; Gumi Inolvidable.

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En la habitación trescientos cuatro, el carro de comida ha llegado un poco antes que el invitado.

Realmente me sorprendió al ver unos cuantos cortes de carne y vino.

Apenas sacó mi camisa de los pantalones para desfajarme, y los toquidos en la puerta me anuncian la tan esperada llegada. Cuando abro la puerta casi se me escapa el aliento, tiene el cabello mojado y una camisa azul que se adiere perfectamente a su anatomía. Usa un pantalón de chándal, cómodo y casual, y unos zapatos blancos.

— Win... – Titubeo ante su presencia dominante.

— Hola, doctor Láng. Disculpa por la molestia. – Se encoge de hombros y ríe avergonzado.

— No, no, no es molestia. – Me apresuró a responder. — Adelante, la comida ha llegado. – Abro la puerta por completo y me hago a un lado para que entre primero.

— Gracias.

Cierro la puerta en cuanto el cuerpo delgado entra, pese a que la primera vez lo vi con un crop top esta vez tenía una mejor visión del aspecto anatómico de Metawin. Tiene curvas perfectas, no como los de una mujer pero sin duda le dan un aspecto único y espléndido, hay leves marcas de lo que fue su sixpack y estoy seguro qué con tan sólo un poco más podrá recuperarlos.

Las clavículas son profundamente marcadas y perfectas, y el collar con la ensignia familiar le resalta increíble.

Lo guío hasta la mesa para dos personas donde está todo perfectamente colocado, también el vino se está enfriando en el balde lleno de hielos. El calor del lugar lo amerita, Win no dice nada y yo espero paciente, deseo preguntarle como llegó a ese lugar pero temo cruzar una línea que no debo e incomodarlo.

Win esta sentado con los brazos recargados en la mesa y las comisuras de sus labios apenas se elevan.

— Yo... – Alarga la última vocal más de lo necesario, está nervioso. – Gracias por salvarme — Murmura.

Me quedo estático y honestamente... Confundido.

— ¿Salvarte? ¿Por la cena? No pasa nada, es bueno tener compañía.

Win suelta una risita, y me mira. ¿No era por eso?

— Gracias por haberme ayudado. Si no fuese por ti...

— Hey, no... – Lo interrumpo. – No tienes nada que agradecerme. Al contrario, te prometo que... poco a poco volverás a brillar.

— ¿Siempre eres así se positivo? ¿O es cosa de tu profesión? – indaga. Aprieto los labios y me encojo de hombros, me asignó la tarea de abrir y  servir el vino. — Deducire lo segundo – Afirma.

Niego rápidamente y sorbo un poco del vino antes de hablar.

— No siempre soy positivo. – Admito.

— ¿De verdad? – Win deja su copa sobre la mesa y se recompone.

— Todos tenemos malas temporadas Win, lo importante es no perder demasiado tiempo en los malos pensamientos. Tenemos sólo una vida y pocas posibilidades.

— Ummh. Tienes razón.

— Está bien no sentirte bien, pero esta mal quedarte donde no te hacen sentir bien.

Sé que no necesito decir mucho para que entender lo que quiero decirle y pronto comenzamos a comer a nuestro ritmo, el líquido rojo pasa sin problema por nuestras gargantas y el ambiente se vuelve personal.

Puedo pensar y catalogarlo como:  es una cena con un amigo y celebramos encontrarnos por casualidad.

Pero la verdad es que Metawin necesita un empujón, y un poco de valor.

╰┈ 𝐂𝐎𝐃𝐄𝐖𝐎𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora