Chris
Es la tercera llamada y el décimo mensaje que le dejo a Sam en su móvil y sigue sin responder. Sé muy bien que no suele hacer uso del aparato, pero generalmente, suele atender a mis llamadas.
Cuando regresé a mi casa, lo primero que hice fue mandarle un mensaje y esperé su respuesta mientras deshacía las maletas, pero al terminar de hacerlo no obtuve respuesta alguna. Llevaba sin conectarse desde hacía una semana, con lo que supuse que se olvidaría de cargar la batería.
El viaje no fue muy largo, pude sumergirme en la música y echar alguna que otra siesta. Seis horas sobre ruedas para llegar a aquella casa en mitad de la montaña alejada de la mano de Dios. Me preparé unas cuantas series para entretenerme durante mi estancia allí, a las que Kaden se unió al ver que no tenía otra cosa mejor que hacer, pero sobre todo para huir de las cuestiones de toda la familia. Nuestros primos nos invitaron a sus partidas en la consola de videojuegos, donde lo pasamos bien y otras veces, salimos a tirarnos bolas de nieve como hacíamos cuando pequeños o a hacer snowboard.
El lugar no estaba mal del todo, teníamos cuanto queríamos, y te alejas un poco del mundo que te rodea, lo cual nunca viene mal. Ojalá mis amigos hubieran podido acompañarme. Puede que en un futuro podamos permitirnos alquilar un sitio así donde pasar una semana. Incluso me gustaría que también viniera la pesada de PJ para hacerla rabiar, y por qué no, también Ada para disfrutar una de sus peleas con Chad, esas que nos sacan una sonrisa a todos. Se les echa de menos.
Y no, no me he olvidado de ella. ¿Qué si me hubiera gustado llevarla conmigo? Pues claro. Sería genial que disfrutara de la nieve en el campo, la montaña, la casa y supongo que, en algún universo, acurrucarnos en el sofá frente a la chimenea. Quizás no esté bien decirlo, pero creo que es a la que más he echado de menos estos días y no veo el momento de volver a sentirla hablar sobre esos insectos voladores que tanto le gustan.
Volví de la casa de campo con la familia ayer por la tarde, y por supuesto que lo primero que quería al regresar era verla, pero me iba a conformar con una llamada si no le parecía bien hacer algo juntos. Desistí porque pensé que igual estaría ocupada como para estar con el móvil a su lado, así que me fui a la cama con un mal sabor de boca al no saber absolutamente nada de ella, pensando que al día siguiente la vería en el instituto.
El día de vuelta a la rutina llega, y por lo tanto el final de las vacaciones de Navidad. Es una pena, lo estaba pasando bien, he hecho bastantes cosas durante las vacaciones y volver al instituto significa volver a pensar en el futuro, en los exámenes, en la universidad, etc. Detesto los días postvacacionales, entras en una especie de depresión en la que detestas tu vida rutinaria y desearías vivir en un mundo donde no haya obligaciones.
Pero, en fin, todo lo bueno se acaba, en realidad todo tiene que acabar en algún momento porque nada es para siempre.
«Qué filosófico te has levantado hoy.»
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Enamorando a Sam
Teen FictionTodos en el instituto conocen a Chris Cooper, quien es famoso por dejar una estela de corazones rotos cada semana. Pocos saben quien es Sam, un enigma que deambula descalza por los pasillos. Para Chris, el amor se ha convertido en un juego, un clich...