Cap:75

                                    

                                          
El sol ilumina el cielo celeste en lo más alto de su recorrido, mientras ninguna nube se atrevía a tapar su radiante luz que calentaba todo lo que tocaba en aquel claro lleno de hierbas y césped en el interior del bosque.
Yo me encontraba ahí, con mi cota de maya rasgada, mi peto de cuero desgarrado, una hombrera faltaste y la otra con abolladuras, un brazalete con una brecha en la mitad de este y el otro ya deformado, el yelmo golpeado y la mitad de su cota de maya ausente. Con piernas abierta y rodillas ligeramente flexionada, con mis puños al frente de mi vista y un mísero cuchillo en una de mis manos.
Estoy en la mierda. La sangre caía sobre mi ojo izquierdo y brotaba de mi boca también, con más de una costilla rota, respiración irregular y mi mana casi agotado. Todo mientras delante de mi hay un formidable enemigo.
¡Matalo! -
¡Cortale la cabeza! -
¡arrancale un brazo! -
¡Vamos! -
¡Ya está casi muerto! -
¡Un poco más y listo! -
El bullicio proveniente de una multitud de goblin's y hogblin's que formaban un círculo alrededor de mi y mi enemigo. Pude distinguir la mirada de preocupación de Lala, quien no podía ocultar las lágrimas en los extremos de sus ojos.
Vuelvo mi mirada contra mi rival. Un ogro, más de 2,8 metros, quisas 3, musculoso muy desarrollados, piel verde, con colmillos sobresalientes de su boca, cuernos que crecían en su frente y cara de aplastar cráneos cada mañana para despertarce. Todo esto armado con hombreras y brazaletes metálicos, acompañado con una gran espada de dos manos en su mano derecha que reposaba sobre su hombro como si nada, y un gran escudo metálico en su otra mano.
- je. ¿Es todo lo que tienes? -dijo el.
- ¡Cállate! -grite.
Extendí mi mano, y en su palma se firmó pentagrama que disparó una bola de fuego. El ogro se cubrió con su escudo y yo salí disparado asia el.
La bola de fuego choca contra su escudo, el cual no reviso mucho daño. El ogro al intentar salir de la protección de su escudo, fue cuando yo ataque. De forma rápida, al apenas apartar el escudo, vine desde la parte inferior de su cuerpo y salte asia el. Lo sujete de las correas que mantienen las hombreras en su lugar y clave mi cuchillo en su cuello. Pero este ataque no le hace mucho
El ogro no se queda quieto. Suelta su espada y con un fuerte puñetazo me da en mi pecho. El golpe me manda a volar una gran distancia y al llegar al suelo compense a rodar por el.
Esta desplomado en el suelo, con quisas un par de costillas rotas y muchas heridas internas. Yo regreso mi mirada al ogro y puedo ver que estés se extrae mi cuchillo de su cuello con sus manos.
- neseciaras algo más grande para matarme -dijo el ogro al extraerse el cuchillo.
La ira en mi interior comenzaba a burbujear tanto como mi sangre que hervía antes de ser derramada por mis heridas.
Estaba boca abajo en el suelo, oficialmente agotado, herido, pero no vencido. Me apoyo sobre mis brazos para levantarme. Pero mi estado no me lo permitía.
¡Cof! ¡Cof! ¡Cof!
La sangre comenzará a brotar con más fuerza mientras tosía. Coágulos salían expulsados de mi boca, junto a bocanadas de estas. Mi visión era borrosa y mis músculos no respondían. En este punto dudaba si sobreviviría.