Capítulo 17

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17 de agosto del 2022

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17 de agosto del 2022

Con cansancio mental y físico camino hasta mi habitación con un solo pensamiento en mente: ¿qué hice? Todo estaba muy bien, tal vez no debí decir nada.

La tarde y noche estuvo muy lenta después de mi encuentro con el chico whisky y mi ánimo no ha sido muy bueno tampoco, me siento raro.

Arrastro los pies hasta mi puerta y me adentro a mi habitación oscura, enciendo las luces para ir a buscar mis cosas para darme un baño largo y relajante, para después dormir hasta que está sensación de incomodidad y ansiedad ante lo que sucedió en el prado desaparezca. Busco mi pijama en el closet y con cansancio me dirijo al baño, hay una silueta recostada junto a mi ventana.

—¿Layden? Pensé que estabas en código rojo. Lo siento si te provoque algún descontrol de tus emociones, estábamos muy bien, no entiendo lo que a...

—¿Gavin? —me interrumpe con el rostro confuso, no luce deprimido o extraño como siempre le pasa después de los códigos o como siempre está últimamente—. ¿De qué hablas?

—De lo del prado, escucha chico whisky, no quiero causar problemas, para eso hicimos los códigos, creo que es mejor que hablemos mañana. —digo acercándome hasta él— Nuestras emociones están raras y actuamos diferente, fue un buen día y aprecio cada segundo que yo...

Mis manos buscan sus hombros para poder tocarlos y afirmar más mis palabras, mis dedos acarician parte de su piel antes de traspasar su cuerpo con mi mano, mis palabras mueren en mi garganta y mis ojos se abren. Miro con horror al rostro del chico whisky que me mira sorprendido.

—¡Oh, por todos los dioses! ¡Me ves como Layden!

Ese grito, ese grito no es propio de Layden, miró con horror a la persona que tengo enfrente y casi tropiezo con mis propios pies, un sudor frío recorre mi cuerpo y me siento palidecer en un escalofrío que me da ganas de vomitar.

Ese no es Layden. Esa mirada traviesa no es un rasgo que lo caracterice, aun si se está divirtiendo siempre tendrá a penas una sonrisa ladeada o una sonrisa verdadera que oculta a los segundos.

—¿Davinia? —digo con temor y el rostro del chico whisky sonríe de manera enorme y maliciosa.

—Al Cupido líder le gusta Layden, se va a volver loco cuando se entere de cómo me ves. —habla y estoy casi seguro de que un tic nervioso me ha salido en el ojo, esto no está pasando.

—¡Ni se te ocurra decirle algo! ¡Cámbiate la cara! —grito y Davinia empieza a reír con ganas, su risa no es melodiosa como la de Layden.

El suicidio de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora