EPILOGO

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Un año después....


-Maia, has llegado temprano- dice mi abuela, ha dejado su libro a un lado, sonríe

-Si, por fin ha terminado el semestre- dejo mi mochila aun lado para dejarme caer en el sofá frente a mi abuela

-Que rápido ha pasado el tiempo, ahora ve a lavarte las manos para comer- dice mi abuela, asiento, subo a mi habitación.

Tomo mi diario, busqué la siguiente hoja en blanco para comenzar a escribir sobre mi último día de clase. Desde que comencé a tomar terapia, mi psicóloga me ha recomendado escribir todo, todo lo que para mí signifique un logro, una enseñanza, lo importante y también los malos momentos, los momentos de tristeza. Me ha servido demasiado, el escribir libera mucho. 

Había optado por mantener cierta distancia con mi familia, con mis amigos, el saber que estaban bien, que todo iba bien era lo que me reconfortaba.

Desde que llegué aquí, mi vida ha tenido muchos cambios, la mayoría para bien, mis abuelos han sido el soporte durante estos meses que han sido una eternidad sin mi familia.

Mi abuelo había logrado inscribirme en una de las mejores universidades de medicina en España, había comenzado una nueva etapa en mi vida, conocer nuevas personas era algo que me aterraba, confiar en las personas me costaba, pero poco a poco lo logre, he hecho grandes amistades.

El pasar tiempo en esta casa también ha logrado ser reconfortante, recordar cuando venía de pequeña con mis hermanos, primos, como disfrutamos, jugábamos.

Había decidido tener el mínimo contacto con mi familia, con mis amigos, no quería que el hecho de querer saberlo todo me generara aspectos negativos en mi. Sabía muy poco de lo que pasa por allá. Pero se que cada uno de ellos entendía mis motivos.

......

-Maia ha llegado correspondencia- dice mi abuelo desde la entrada que da al jardín, decidí salir al jardín para leer un poco, el libro que ansiaba terminar de leer, pero que mis deberes de la universidad no me permitían.

-Gracias abuelo, lo reviso luego- digo, suelen llegar avisos, publicidad, invitaciones a eventos por parte de la universidad, aunque no me explico porque aún utilizan el correo, habiendo herramientas electrónicas hoy en día

-Maia- me llama nuevamente, mi abuelo está algo desesperado, siempre dice que no hay que dejar las cosas para después si puedes hacerlo ya. Dejo mi libro, me levanto de silla, camino hacia él, me da toda la correspondencia

-Lo que no sea para ti, lo dejas con tu abuela- dice antes de irse, regreso a la silla del jardín, coloco los sobres sobre la mesa. A parto todo lo que tenga que ver con la universidad, hasta llegar a el último sobre, el cual solo tiene mi nombre y la dirección, me extraña un poco ya que no dice remitente.

Abro el sobre y desdoblo la hoja, mi corazón parece detenerse cuando leo la primera palabra con la que comienza. Lindura, en este mundo solo hay una persona quien me dice así, no puedo apartar mis ojos de esa palabra, una parte de mi quiere leer ansiosamente, pero la otra está aún procesando lo que mis ojos ven. Es una carta de Tyler, una carta que inconscientemente esperaba desde el primer día que llegué aquí.

Lindura

Debo comenzar diciendo que todo este tiempo ha sido una eternidad desde que desperté, que desde el primer instante que me entere que estaba en España, quise ir a buscarte, pero antes de eso leí tu carta y entendí. Sabía que necesitabas tiempo para procesar todo para sanar. Y tengo que contarte que hice lo mismo, que incluso tome sus consejos, he mejorado mucho la relación con mis hermanos, ha sido un proceso algo difícil no lo negaré, más cuando mamá se enteró de la existencia de Tati, me dolió mucho ver como se daba cuenta de quien realmente era papá. En cuanto a él, no tengo mucho por contar, trato de que todo vaya bien para evitar problemas.

NADIE COMO TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora