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La lista de dos posibles lugares para llevar a comer a YoonGi permaneció en la pantalla de la tableta de JiMin. Simplemente no podía elegir, quería que el alfa tuviera ambas opciones al mismo tiempo porque sabía que le gustaría tanto el tazón gigante de ramen como la carne de cerdo para asar.

Hizo una mueca con los labios hacia su dispositivo, escuchando lo que TaeHyung estaba diciendo sobre la última tarea de teoría. Ambos estaban sentados en la primera fila de sillas del salón de conferencias, accidentalmente habían llegado mucho antes que el profesor.

—Tienes razón. Es un tendón, en serio pensé que era un ligamento —respondió en un tono quejumbroso—. Tendré que contestar todas las preguntas de nuevo.

Tendría que responder de nuevo todo su cuestionario de cien preguntas bajo una diferente perspectiva. El beta tuvo la indecencia de parecer presumido ante su desgracia.

—Es por eso que eres el segundo mejor de la clase. —JiMin no tenía la intención de responder a eso. Suspiró y continuó mirando las fotografías de los dos restaurantes hasta que TaeHyung abrió la boca de nuevo—. Tú... Ya no te veo aquí en la hora del almuerzo, ¿estás ocupado haciendo tarea?

No era una sorpresa que TaeHyung lo hubiera notado. El beta tenía una mesa exclusiva en la cafetería, mucho más limpia que el resto de mesas en la facultad, justo frente a la que JiMin solía sentarse habitualmente.

—No en realidad. Antes sí, pero... —En medio de su explicación, JiMin se detuvo al darse cuenta de que en días pasados se sentaba en la cafetería intentando no morir de aburrimiento. En tiempo actual la hora del almuerzo era la hora más emocionante de su día, porque implicaba tener lecciones de YoonGi y pasar mucho tiempo con YoonGi. Significaba YoonGi, en conclusión—. Bueno, ¿me lo estás preguntando para decir que debería estudiar más?

—No, lo preguntaba porque tengo el derecho de saberlo.

La respuesta de TaeHyung no satisfizo a JiMin. Él no creía una excusa que no tenía ningún sentido, entendía que los betas tenían la necesidad de saber todo sobre su entorno para mantener el poder, pero sentía que había algo más ahí y lo habría descubierto de no ser porque unas manos cálidas cubrieron sus ojos.

En la ceguera total, intentó oler el aire para adivinar quién era, pero no encontró ningún aroma. ¿Un beta? ¿Quién estaba jugando algo así con él? Cautelosamente JiMin tocó los dedos sobre su cara, descubriendo que estaban llenos de bordes suabes. Del tipo de bordes en la piel que sólo se conseguían en cicatrices.

—¿Alfa YoonGi?

—Tardaste mucho en reconocerme —YoonGi dijo mientras liberaba su vista. JiMin aprovechó para mirarlo, sólo para descubrir que el alfa se veía un poco ofendido porque tardó tanto en nombrarlo. Eso lo hizo sonreír.

—No pude olerte.

—Estoy usando supresores de aroma. —La forma en que YoonGi lo dijo no sonaba como si estuviera cerca de su ciclo de calor. Pero la respuesta del supresor explicaba perfectamente porque existía una barrera que bloqueaba su atractivo aroma. Así que JiMin no lo entendió, ladeó la cabeza en forma de confusión, esperando otra respuesta. Él la obtuvo por verse tan lindo—. Estoy oliendo particularmente fuerte hoy, por todo ese asunto de... Eso. A veces pasa, me pone inestable en algunas cuestiones.

YoonGi resumió el resto del asunto con una mueca de frustración. Hablar de su tratamiento públicamente no era algo que le gustara, JiMin lo entendía.

Por desgracia, TaeHyung y su insensibilidad no lo entendió.

—No entiendo por qué mencionar los ciclos de calor es algo vergonzoso para los omegas —comentó, mirando despectivamente al jugador de hockey. YoonGi le correspondió la mirada, mostrándole un profundo ceño fruncido.

Nubes iridiscentes [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora