Capítulo 9

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Al quebrar el alba Elentari se levantó para prepararse para el viaje y revisar su equipaje. Después de un largo baño, las sirvientas la vistieron con unos pantalones oscuros, unas botas altas y una blusa fina acompañada de una capa de tonos entre azules y verdes. Después recogieron su largo cabello rojizo en una trenza de raíz. Una vez que finalizaron la elfa agradeció a las sirvientas y agarró su equipaje para reunirse en los establos con los demás del grupo. 

Ala caída de la tarde decidieron descansar en las ruinas de un antiguo templo y pasar allí la noche. Se bajaron de sus caballos y se sentaron en círculo para hablar de cualquier cosa mientras comían una parte de todos los alimentos que le habían entregado para el viaje.

Bien el próximo destino es aquí- dijo Runar mientras señalaba en el mapa-.

¿Debbolion? ¿Qué criaturas son?-preguntó la princesa-.

Es un reino no muy reconocido ya que una parte su población son mezclas de otras razas y la otra parte de ellos son cambia pieles, pueden tener el aspecto de un elfo, un humano pero estos tienen una maldición en su sangre desde hace milenios que los convirtió en metamorfos.-Respondió Agni-.

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Dos días más tarde, cerca de Debbolion. Se encontraban atravesando un bosque de  altos árboles de color extraño. Elentari se aproximó a un árbol que estaba más cercano a ella, posó su mano en el tronco y cerró sus orbes color esmeralda para visualizar el estado de todos los árboles. Escuchó y sintió la naturaleza que le rodeaba mientras acariciaba la superficie rugosa e irregular de aquel tronco. Y de repente lo sintió, la bronceada piel de la elfa se erizó y sus orejas puntiagudas se agudizaron mostrando que había peligro en aquel bosque.

Tenemos que irnos de aquí, este sitio está corrompido-dijo Elentari sin bajar la guardia-.

Justo antes de que la princesa se alejase de aquel vegetal, una flecha impactó a pocos centímetros donde su mano descansaba rozando antes su mejilla creando un corte limpio pero de poca profundidad. Todos se giraron desenvainando sus espadas y mirando a un grupo de robustas criaturas de pieles como el carbón, colmillos muy afilados que sobresalían de sus bocas , orejas como las de un ciervo, ojos rojos como la sangre y cuernos delgados y puntiagudos. Estos seres eran bípedos a la hora de la lucha, pero son capaces de recorrer grandes distancias en poco tiempo cuando utilizan sus cuatro extremidades. Procedentes del núcleo del planeta, el reino más peligroso y oscuro de todos los existente su nombre es Abdulbaith. Cuyo rey Azrail este igual de oscuro que su reino, de mente retorcida, con sed de poder y capaz de manipular a cualquier criatura para obtener lo que desea.

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Todos los integrantes de aquella pequeña comunidad se encontraban luchando y asesinando en grupos de dos  aquellos seres ya que unos solo no tenía la fuerza suficiente. En aquella batalla parecían que los únicos que no se cansaban eran los procedentes de Abudulbaith. Pero de pronto sonaron unos cuernos avisando de la llegada de las tropas del reino Debbolion unos estaban transformados en diversas bestias  como: osos, lobos, tigres y algún que otro elefante.

Aquella batalla seguía sin indicios de finalizar, pero el lado bueno es que quedaban menos enemigos ya que dejaban de aparecer desde donde sea que se escondían  en las profundidades del bosque. Elentari echó a correr y trepó de forma ágil por un alto árbol, una vez que se estabilizó en una rama empezó a disparar con su arco hacia aquellas criaturas oscuras que se acercaban de más a su grupo o a algún guerrero. Solo le quedaba una flecha pero fallo ya que el árbol se balanceaba. La elfa dirigió su vista hacia el suelo buscando al causante de aquel balanceo. Acto seguido sacó una de sus dagas y saltó del árbol posicionándose detrás del enemigo y le atacó sin que este le diese tiempo a reaccionar.

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Tiempo después, la batalla fue concluida cuando los enemigos yacían sin vida sobre la tierra. Algunos de  los que se encontraban en el lugar descansando mirando la hoguera donde se estaban quemando los cadáveres del enemigo y algunos otros se encontraban atendiendo a los pocos heridos tras el enfrentamiento. La princesa élfica se encontraba vendando una herida que previamente había suturado. Movió sus orejar al escuchar unos pasos a sus espaldas.

Deberías curarte ese corte en la mejilla, si lo deseas puedo hacerlo yo- expresó una voz conocida para ella-.

El reino de los elfosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora