Tierra. Tierra mojada y fértil. El aroma llenó mis pulmones. Respiré hondo sin abrir los ojos. Qué mierda había pasado? Inari me dijo que reencarnaría en un personaje que conocía, pero luego dijo algo sobre el embarazo. Cuál embarazo? Navier no se embarazaba hasta llegar a Occidente, así qu-
No.
Oh, no. Oh, no. Oh, no, no, no, no, no.
Rashta.
Cómo? CÓMO ERA POSIBLE!?
Mi cerebro comenzó a entrar en pánico. Había reencarnado en... en... LA RATA?
No, no, nonononononononoNO!
Abrí los ojos solo para encontrar más oscuridad. Cuando me adapté a ella, distinguí árboles. Dónde estaba? Fue entonces que escuche un sonido rítmico que me había pasado desapercibido.
Alguien cavaba? Levanté la cabeza solo lo suficiente para ver la espalda de alguien haciendo un hoyo a unos metros de mí. No estaba vestido como un noble, así que no podía ser Rotteshu o Alan. Además, qué haría un hombre noble cavando un hoyo? Eso era trabajo de esclavos.
Fruncí el ceño. Qué estaba pasando? Esto no pasaba en la historia.
A ver. Recapitulemos.
Claramente había visto un niño muerto en mis brazos. Ese debía ser el momento en que a Rashta la engañaban haciéndole creer que Ían estaba muerto. Esa parte de la novela se salteaba porque era parte del transfondo de Rashta, pero estoy segura que ella escapaba –luego– de embarazarse de Glorym, con la ayuda del vecino quiensabecómosellama. Ping? Era Ping? Pine? Pi-QUÉ IMPORTA CÓMO SE LLAMABA!?
Ah, ahora entendía.
Inari había hecho que den por muerta a Rashta en ese momento, evitando que se volviera a embarazar. Así que ese hombre estaba cavando la tumba de la rata.
Sonreí, orgullosa de mi lógica.
Un momento.
–Yo– soy la rata. Ese hombre estaba cavando –mi– tumba.
Puta madre.
El esclavo, ajeno a mi despertar, seguía cavando mientras refunfuñaba insultos por lo bajo. Con suerte, su perorata amortiguaría cualquier sonido que hiciera al arrastrarme lejos.
Con el cuerpo pegado a la tierra como una serpiente, repté lentamente hacia la línea de árboles que había visto antes. Las briznas de pasto se aplastaban bajo mi peso, por no emitían sonido alguno.
Agradecida con el de arriba.
O la de arriba?
Como sea.
Continué mi camino sin volver a mirar atrás. Mientras escuchara el sonido de la tierra siendo removida, estaba a salvo.
Palada, tierra cayendo a un lado.
Un poco más.
Palada, tierra cayendo a un lado.
A pesar de la oscuridad, pude ver el espacio entre unos arbustos. Me dirigí hacia allí. De vez en cuando, soplaba una brisa que movía las copas de los árboles. El sonido que hacían parecía un murmullo.
Palada, tierra cayendo a un lado.
Ya casi llegaba.
Palada, tierra cayendo a un lado.
Me detuve un centímetro antes de tocar los arbustos y miré hacia arriba, rogando por un poco de viento.
Palada, tierra cayendo a un lado.
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Ayuda! Reencarné en la Rata!
HumorMariana cumple su sueño de escaparse de Latinoamérica al casarse con el japonés que conquistó su corazón. Pero los cuentos de hadas no duran para siempre. Toda su vida da un giro cuando su matrimonio se desmorona por una tercera en discordia y termi...