Entorné los ojos leyendo por cuarta vez la nota informativa que Deivid, nuestro profesor de biología, había repartido tras finalizar la clase.
Por alguna extraña razón que nada tenía que ver con Cayden y Axel(ironía por supuesto), mi cerebro había decidido omitir que la actividad de Convivencia tenía lugar el viernes, aunque bueno, para ser más precisos, más bien le había dado por borrar la actividad en sí, como si nunca se hubiese hablado de ella a pesar de que todo el mundo lo hacía constantemente.
La nota básicamente se dedicaba a recalcar que aquellas personas a las que les hubiesen tocado los papelitos con el número uno, dos o tres, deberían coger los dos primeros autobuses que saldrían de la facultad a las cinco y media de la mañana del viernes, mientras que los afortunados de los grupos cuatro, cinco y seis, deberían coger los dos siguientes salvo que a las nueve de la mañana. Traté de hacer memoria y recordar el número que me había tocado en el sobre el día del sorteo, pero sólo conseguí recordar mi puesto que era algo así como: Preparadora de Gymkana.
—Os recuerdo, —comenzó a decir Deivid detrás de su mesa —si no lo habéis hecho ya, claro, que no debéis decir vuestro número de grupo ni ocupación a ningún compañero para que la actividad pueda ser al menos divertida. Si hay algún despistado que haya perdido su número puede venir a hablar conmigo luego, os tengo a todos fichados.
Por suerte yo había dejado el sobre a buen recaudo en casa, y lo único que hice mientras me levantaba de mi asiento, fue cruzar los dedos por que me hubiese tocado en la segunda tanda de autobuses y no en la primera.
—¿Te puedes creer que había olvidado completamente que teníamos esto el fin de semana? —me soltó Alice de malhumor cuando llegué a su mesa. Se había sentado detrás del todo y tenía tres manuales abiertos y docenas de folios repartidos por la mesa.
—Ya veo que te estás preparando a fondo para el jueves. —comenté sentándome en la silla de delante. Agarré uno de los libros y ojeé su contenido mientras mi amiga soltaba el bolígrafo concentrándose en mí. —Creo que esta vez será la buena.
La risa suave de Alice me hizo sonreír.
—Tienes demasiada fe en mí. —dijo al cabo de unos segundos. —Sé que la maldita lista no significa nada, que es una tontería, pero no sé, odio leerme siempre al final de ese dichoso trozo de papel. Sólo quiero llegar al número cien... O al menos estar entre los ciento cincuenta primeros pero claro... Ojalá fuera como Nathaniel.
Me incliné sobre la mesa soltando el libro en el mismo lugar que había ocupado instantes atrás.
—¿Otro rey de las malas notas en el grupo? Gracias pero me niego. —respondí cruzándome de brazos. —No creo que lo de la lista sea una tontería, quiero decir... cada uno le da un significado y me parece que eso es lo importante y lo que se trata de buscar. Están a los que les da igual, como Nate; los que necesitan puestos altos para seguir haciendo lo que aman, que serían los del equipo de futbol y luego están los que tienen ese afán de superación que los hace fuertes y valiosos, sin importar el número que obtengan al final. De esos últimos eres tú.
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La mala del cuento ©. [TERMINADA]
RomanceNo hay nada peor en el mundo que un corazón roto, y eso Emma Wallace lo sabe bien. Dos años después de que Cayden se apartara de su vida, Emma sigue sin ser capaz de superarlo. Lo ha intentado todo: sentir indiferencia, mirar hacia otro lado cuando...