Noche con Luffy y recuerdos

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— Ustedes cuatro han estado taan ocupados últimamente...— Dije jugando con mis manos sobre la mesa.

— ¿Necesitas algo?— Preguntó Zoro sin darme tanta atención.

Me paré de mi asiento y me senté junto a el.

— Zoro...— Dije tocando su pierna bajo la mesa.

— Lo siento t/n, sabes que me encanta pero esta noche no puedo.— Dijo dando la vuelta a su periódico. Me paré de lugar y fui a con Usopp que estaba lavando los trastes.

— Usopp...— Me acerqué a él de espaldas y junté mis pechos a su torso.

— Perdón, t/n, esta noche estoy algo ocupado pero si quieres...

— Está bien— Respondí antes de que terminara. Si Sanji o Luffy están ocupados también, tendré que tocarme yo sola.

Fui a con Sanji-kun.

— ¿Sanji-kun, qué harás...—

— T/n, me duele esto más a mi que a ti pero lo siento, esta noche no puedo.— Suspiré y salí de la cocina.

Luffy, dime qué tienes tiempo para mí.

— Capitáaaan— toqué el cuarto.

— Adelante, t/n

— Capitán... ¿Estás ocupado?— Abrí la puerta y la cerré después de entrar.

— Na, no tengo nada qué hacer.— Dijo sin darme mucha atención y sin darse cuenta de lo que quería.

— Entonces... ¿Puedes darme atención?— Me acerqué mientras iba desabrochando mi blusa.

— Estabas encerrada en ese cuarto por tanto tiempo que creí que estaban haciéndolo ustedes cuatro...— Me miró acercarme y el también comenzó a desnudarse.

Al terminar de estar desnudos, nos besamos. Las manos de Luffy me apretaban de la espalda baja, pegándome a él. Sentía su entrepierna dura contra mi vientre.

Nuestros rostros estaban tan cerca, su nariz con la mía rozaban al igual que su polla contra mi entrada.

Pegó su frente a la mía y sin quitarme la mirada, metió dos dedos en mi boca.

— Llenalos de saliva.— Dijo con su voz acelerada.

Lamí bien ambos dedos, los sacó de mi boca y dirigió su mano hasta abajo donde yo ya estaba escurriendo.

Metió ambos dedos y los movió un poco, quería prepararme pero mi cuerpo se preparó solo.

Me tumbó a la cama, abrió mis piernas lo suficiente y me penetró. Sin esperar nada fue a su propio ritmo.

Se supone que esto se trataba de mi pero al parecer el también necesitaba atención.

Dos horas con cuarenta minutos es lo que duró el día de hoy. Y eso que estaba cansado. Normalmente ni si quiera me entero de la hora, solo me doy cuenta que empezamos de noche y terminamos de día.

— t/n, duerme con Zoro o alguien más esta noche. La cama está sucia y viscosa.— Me susurró Luffy.

Me levanté con pocas fuerzas y me dirigí hacía cualquier cuarto, ni si quiera veía por dónde caminaba. Seguro que me di más de un golpe intentando entrar en algún cuarto que tuviera cama.

Zoro

T/n entró a mi cuarto a media noche, parecía que no sabe dónde está o qué está haciendo.

La acosté y la arropé. Seguro acaba de tener sexo con alguien más.

Es una maldita niña hormonal. Lo es desde que tenía 16 años.

Besé su frente y me dormí con ella.

Recuerdo cuando t/n tenía 16 y era una niña.

Pasado cuando t/n tenía 16

T/n y yo estábamos solos en el barco.

— Zoro, ¿por qué no puedo salir a dar la vuelta?— Me preguntó mientras veía por la ventana.

— Porque cuando sales, los hombresillos te hablan y te coquetean. Y no sabes cuando en verdad quieren invitarte un helado o cojerte.— Respondí

— Pero si el de aquella vez era guapo...

— Eres una niña, para ti, todos son guapos.

— Tu eres el más guapo— Sonrió pícara.

— Me vuelves loco— Suspiré. — Sal pero si voy a buscarte y te encuentro de coqueta, ya verás.

T/n alargó su sonrisa, besó mi mejilla y salió corriendo apenas poniéndose los zapatos.

Cuatro horas después llegó t/n al barco con un montón de bolsas.

— Llegas tarde.

— Solo fui por compras, una adolescente no puede quedarse atrás en la moda. ¿Quieres ver lo que compré?

— No me interesa

— ¡A mí sí, t/n-chwaan! Preparé tu cena favorita para cuando llegaras.— Salió el rubio de la cocina corriendo como un remolino.

— Ya voy Sanji-kun, déjame guardar esto en el armario y ya vuelvo.

Entró a la cocina y t/n estaba por marcharse hasta que noté algo en sus muñecas.

— Algo ahí, ¿Qué es eso?— Me paré de mi asiento y fui directo a ella.

Hice que soltara las bolsas al suelo cuando la tomé bruscamente por el brazo.

— ¡Auch! Me lastimas, suéltame— Se forzaba a quitarme su brazo de mi mano.

— ¿Quién te hizo esto?— Señalé las marcas rojas en su muñeca.

— Nadie, no ha sido nadie, suéltame— Seguía forzandose.

— ¿Alguien te lo hizo?... ¿O te lo buscaste?— Cambié mi tono de voz a uno más desafiante.

— ¡Fue un cangrejo!

Hice una mueca y la solté.

— ¿Un cangrejo? ¿Esperas que crea eso después de las extrañas marcas que últimamente has tenido en el cuello? ¡Y sin si quiera salir del barco!

— Me quedé dormida en la arena cuando volví de las compras, me desperté por el pellizco del cangrejo y fue cuando volví. Me crees ¿Verdad, Zoro?— Claro que le creo, es notable cuando miente.— Ve a con Chopper a que te haga algo en ese brazo, parece que está a punto de sangrar.

— Te adoro— Saltó a besarme con una sonrisa. Una sonrisa que contagia a quien sea.

De cristal. (One piece x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora