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𝟏𝟗 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐥 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟏.
𝐌𝐨𝐧𝐭𝐞𝐜𝐚𝐫𝐥𝐨, 𝐌𝐨𝐧𝐚𝐜𝐨.
Los pies de Julie duelen de tanto correr, no quiere pasar ni un segundo más en la casa de su madre. No tolera la cara de Anna. Ni la de Charles. Ni la de Pascale mirándola con pena.
¿Por qué todo el mundo notaba que amaba a Charles menos él mismo? ¿Por qué tuvo la magnífica idea de decirlo en el día de su cumpleaños?
Porque nunca se lo has dicho, quizás, le recuerda su mente.
De haberlo dicho ¿hubiera cambiado algo? No, jamás hubiera cambiado nada. Todo seguiría igual, o incluso peor. Él la miraría con lástima por no corresponderle, o quizás ni siquiera la miraría. Tal vez incluso ni siquiera seguirían siendo amigos.
—¡Detente, por favor! ¡Dios! ¡Vas a matarme! ¡No tengo una buena resistencia física!—grita Arthur llegando a su lado y poniendo su mano sobre su pecho, intentando recobrar la postura.
—De verdad, si vas a...
—No diré nada, quiero estar a tu lado.
La castaña asiente y se deja caer en la arena. No sabe en qué momento sucede, pero las lágrimas bajan por sus mejillas sin parar.
—Ven, Ju. —dice el pequeño abriendo sus brazos y estrechándola entre ellos.
Él se limita a acariciar su pelo y abrazarla. Sabe que nada de lo que diga conseguirá calmarla. Pero necesita que ella sepa que él está ahí, a su lado, y que puede confiar en él para lo que sea que necesite.
—Es... mi cumpleaños.
—Lo sé, no sé cómo disculparme...
—No es tu culpa, Arthur, solo...
Un sollozo se escapa de los labios de la ojiazul y vuelve a refugiar su cara en el pecho de Leclerc.
—Mi hermano es un idiota, Julie. Pero te ama, lo sé, todos lo sabemos. Él se dará cuenta en algún momento.
—Estoy cansada de esperar, Arthur. He esperado tanto tiempo por una mirada, por un abrazo, por algo que me haga creer que me quiere de la misma manera que yo a él. Que también sabe con cuantas cucharadas de azúcar tomo el café, que mi película favorita es Titanic o que no puedo dormir sin medias, pero no lo hace, ¿sabes por qué? Porque no siente lo mismo que yo y jamás repararía en esos detalles. Esas son cosas que uno ve cuando ama a la otra persona. Él no me ama, Arthur.
