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Era otra mañana y la princesa se estaba preparando para el día. Yeona sonrió para sí misma y bailó por la habitación, recordando los eventos con el príncipe Haechan la noche anterior.
Toc, toc, toc.
"Adelante."
Minhyung entró en su habitación y la miró. "Bueno, alguien está feliz".
Ella le sonrió y se dirigió al balcón del dormitorio. "¿Qué quiere decir, buen señor?"
Él la siguió y se paró junto a ella mientras los dos miraban a los sirvientes que atendían el jardín real. "Me refiero a ti y al príncipe Haechan anoche en el baile. Ya sabes, casi todos los reinos vieron cómo bailaban juntos".
Ella sonrió soñadora. "Oh, pero fue solo un simple baile".
Minhyung se rió entre dientes. "Por favor, Yeona. Vi la forma en que te miró esa noche".
"¿Y esa fue?"
El caballero se giró para mirarla. "Como si estuviera enamorado".
Yeona se quedó sin palabras cuando los recuerdos que corrían por los pasillos vacíos del castillo pasaron por su cabeza; susurros y secretos compartidos esa noche bajo la brillante luz de la luna y las estrellas.
Él le tendió una carta.
"¿Qué es esto?" Preguntó, agarrándolo. "Oh, por el amor de Dios, no digas que es del Príncipe Yuta otra vez".
Minhyung se rió. "Te aseguro que no lo es. Te veré después del desayuno, Yeona".
Observó a Minhyung salir de su habitación antes de mirar la carta. Sus dedos palparon el papel áspero del sobre y le dio la vuelta para abrirlo. Los ojos de Yeona se abrieron un poco cuando reconoció la cresta grabada en el sello de cera.
Abrió el sobre, desdoblando la carta que había dentro.
Mi amor,
Por favor, reúnete conmigo esta noche a las ocho en el jardín real de tu palacio. Espero verte allí.
De: Donghyuck
Yeona frunció el ceño y miró hacia el jardín desde el balcón. "¿Cómo se supone que va a pasar a los guardias a esa hora?"
Ella frunció los labios y se encogió de hombros, dejando de lado el pensamiento mientras se alejaba del balcón y salía de su habitación.
Después del desayuno, Yeona llevó a cabo sus deberes de princesa, acompañada de Minhyung, por supuesto. Al final del día estaba exhausta y todo lo que quería hacer era descansar en su cama.
"Buenas noches, Yeona", dijo Minhyung, cerrando las puertas de su dormitorio.
Se dejó caer boca abajo en su cama. "Buenas noches", murmuró a través de las sábanas.
Yeona permaneció en esa posición durante unos minutos antes de levantar la cabeza y jadear. Ella miró el reloj. 7:28.
Se levantó de la cama y rápidamente se quitó el vestido, dirigiéndose a la ducha. Después de la ducha, se secó el pelo lo mejor que pudo y se puso un sencillo camisón de seda.
Cuando terminó, eran las 7:54 y se apresuró a correr hacia el jardín real.
Yeona miró cuidadosamente a su alrededor, asegurándose de que nadie la viera deambulando afuera tan tarde en la noche. La brillante luz de la luna proporcionaba suficiente luz para ver a dónde iba y finalmente llegó a un pequeño banco.
Se sentó en el banco, respirando profundamente el aire fresco de la noche. Pequeñas luciérnagas volaban alrededor creando una hermosa vista y se podía escuchar el sonido de un búho ululando en la distancia. Ella sonrió ante la belleza de todo.