Capítulo 28

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—No sabía que mi chico era tan conflictivo

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—No sabía que mi chico era tan conflictivo. —le estaba diciendo Marcos medio en broma a Nate, que alzó el mentón orgulloso como si fuera un héroe de guerra y estuviera a punto de recibir la medalla de honor al merito.

—Ha sido completamente innecesario. —puntualizó Alice dándole un sorbo a su gintonic. —Puede que Axel la haya jodido bastante, pero eso lo tiene que solucionar ella. —dijo señalándome a continuación.

Nate dio un pequeño golpecito en la barra para llamar su atención, frunciendo el ceño.

—Soy el primero que ha apoyado al sex.... al tonto del bioquímico desde el minuto uno. —aclaró rápidamente como si fuera necesario. —Pero una cosa muy distinta es que me utilice para hacerle daño a mi amiga.

—Bueno, creo que sólo quería hablar con ella para darle explicaciones y pensó que tú podrías ayudarle a crear el momento.

—¡Pues que me hubiera contado la verdad desde el principio!

—Mira.—Alice le señaló con un dedo acusador. —No estoy de su parte, por supuesto, pero tú igual que yo te has fijado en él esta mañana. Su aspecto era lo más decadente que he visto en mucho tiempo. Ha metido la pata, de hecho, la ha metido hasta el fondo, pero Emma le importa.

Los tres me miraron de repente, esperando que ofreciera mi punto de vista. Me apoyé sobre la barra, aprovechando que aún era temprano y que el Evil Club estaba mayormente vacío. Yo no tenía opinión, era como si me hubiesen desconectado todos los cables que hacían funcionar mi cerebro. Pero eso no significaba que no hubiese visto a Axel. Aún podía recordar con todo detalle la expresión cansada de su rostro, la mirada vacía, la falta de esa sonrisa que me había atrapado poco a poco sin remedio...

—No lo sé.

—¿Qué no sabes exactamente? —musitó Nate mordiendo su pajita con gesto impaciente.

Había una verdad absoluta. Para olvidar a alguien debes transformar ese amor, convertir los sentimientos de fuego en una completa nevada, odiar, no sentir; de lo contrario jamás podrás deshacerte de alguien cuyo recuerdo aún te haga palpitar el corazón.

Yo lo había intentado. Había tratado de convencerme de que todo, desde el primer día que puse los pies en la terraza y vi ese aro de humo, hasta el último en el que la puerta se cerró con el eco de sus palabras, había sido una mentira. Me dije una y otra vez que las risas no habían existido, que jamás escuchó mis problemas, que nunca agarró uno de mis rizos con una sonrisa, que no me hizo sentir especial, que jamás le había importado. Eso habría sido lo fácil para mí. Odiarle por haberse inventado nuestra amistad. Básicamente era de lo que yo le había acusado la última vez que lo tuve de frente. Le había gritado que todo había sido una mentira, y sin embargo... Y sin embargo no podía creer en ello.

—¿Se explicó? —me preguntó Alice.

Me pasé la mano por la frente.

—Creo que no. Tampoco se lo puse... demasiado fácil.

La mala del cuento ©.  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora