Capítulo 24

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"Traición"

Raina Karsten.

Garin con su vestimenta de turista sale por la puerta dando un fuerte portazo. Desde una de las ventanas de la planta de abajo observo como siguen saliendo águilas de la casa vecina y montándose en coches para salir hacia un rumbo, por ahora, desconocido.

Garin es el encargado de averiguarlo junto con Cassian quién salió hace una hora con un cambio de look temporal para que ninguno de sus antiguos compañeros de copas lo reconozca. De moreno a rubio, lentillas azules y gran parte de los tatuajes tapados para pasar totalmente desapercibido.

Ray está encerrado en el cuarto de cámaras vigilando que no quede ni un alma en la casa de ellos, para darme luz verde y yo dar la orden de que todos los soldados de nuestra mafia irrumpan en nuestra casa.

— ¿Quién queda? — Presiono el pinganillo de mi oreja para dejar que los cuatro me oigan, aunque solo quiero la respuesta de Ray.

Corro la cortina lo justo para volver a ver una furgoneta aparcar y recoger a más de seis personas.

— Florian y cuatro guardias más.

— Localizador puesto.

— Cinco minutos.

Cassian y Garin inician una conversación sobre su misión. Mi móvil vibra recibiendo un mensaje de uno de nuestros soldados esperando la confirmación para venir a nuestra casa.

Golpeteo mis uñas en el marco de la ventana, mientras escucho de fondo la conversación de los dos que están fuera de la casa y cuento los segundos, ansiosa. Casi en los 350 segundos, escucho la frase "luz verde" de Ray.

Tecleo con rapidez en mi móvil y en menos de un minuto, dos grandes furgones aparcan delante de nuestra casa.

Abro la puerta y dejo que alrededor de diez soldados entren. Camino hacia el segundo furgón, hago un leve asentimiento con la cabeza a dos soldados que custodian y poco después, las puertas traseras se abren.

— Tuvimos que darle un tranquilizante. — Comenta una voz por detrás. — Estaba muy intranquilo.

El cuerpo de Adam yace medio moribundo por el tranquilizante en el suelo de chapa de la furgoneta. Sonrío al ver lo consumido y cansado que luce, nadie dijo que las torturas fueran un caminito de rosa, y él lo estaba viendo con sus propios ojos.

— Saquenlo y meterlo en la casa. — Doy media vuelta.

Se mueven con rapidez, entrando y dejándolo atado en una silla.

— ¿Cómo vais? — Inquiero por el pinganillo después de escuchar las voces de Cassian y Garin discutir.

— Es difícil seguirles la pista cuando tenemos que fingir ser turistas. — Suelta mordaz Cassian.

— ¿Y él localizador?

— El imbécil de Garin lo puso en un coche que no era. — Gruñe. — A no ser que quieras saber a donde van a comer unos ejecutivos de Estados Unidos que han venido de vacaciones, no tenemos ni idea de cómo averiguar su paradero.

La risa de Ray me suena por dos. Una por el pinganillo y otra en la casa.

— Ostia Garin esa ha sido buena. — Gimotea entre risas.

Los tres bufamos a la vez, sabiendo que esto solo retrasa la operación de extinción de las malditas águilas. Miro a Adam medio consciente y decido que es la única manera de no arruinar la misión.

— Tratar de encontrarlos, yo buscaré una respuesta en Adam.

Corto la comunicación con ellos y llamo a Ray para que baje.

Mafia Alemana | Herederos 1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora