53 | Muy buenos amigos

                                    

                                          
Puedes hacer que un pecador como yo cambie su rumbo.
Luego de recibir la llamada de Namjoon no perdí un minuto, tomé el auto y conduje.
De camino a la residencia Park durante los minutos que tardaba, no pude evitar recordar las experiencias que he vivido durante los años en los que mi estrategia favorita para tener mujeres a mi disposición era los contratos que redactaba mi abogado preferido. Meses atrás me habría parecido tan irrisible e ilógico encontrarme como me encuentro ahora, conduciendo a 120km/h rumbo a la casa de una mujer, por la simple necesidad de verla. Pero vaya que Hannah logro darle un giro completo a mi vida.
Cada fin de semana mi actividad preferida era visitar el Club, y disfrutar de los lujos que se puede obtener con mi indiscutible atractiva apariencia, y ahora con el pasar de los días solo veo al nuevo yo, caminando puntual a la empresa para realizar todos los pendientes que dependen de mi autoridad.
Pero lo que más ocupa mi mente justo ahora, es conocer el motivo por el que Hannah solicitó verme, pero cual fuera ese motivo, estoy dispuesto a aceptarlo, ya no continuaré forzando una realidad qué tal vez no es para nosotros.
*****
Mis nudillos golpean un par de veces la puerta de su habitación, luego de ser recibido por Yeonjun en la entrada principal, me permitieron ingresar con toda libertad, pero no me atrevía a asomarme más allá.
—¿Sí?
Su voz me obliga a mostrarme solo unos centímetros—. Hola, ¿puedo pasar?
—Sí, claro —Responde mientras se incorpora en la cama, apoyando su espalda en la cabecera. Una manta cubre la mitad inferior de su cuerpo, abrigándola del frio que nos acompaña estos últimos días. Teniéndola tan cerca luego de mucho tiempo, mi vista se fija en su vientre, ha crecido mucho, nunca se podría comparar verla frente a mí, a esperar más fotos en blanco y negro que Henrry me traía. Me mantengo de pie a un lado de su cama en completo silencio—. Siéntate, por favor.
Le tomo la palabra, y deja libre un pequeño espacio en el borde de su cama—. ¿Te encuentras bien? ¿Todo está bien con el bebé?
Trato de que se sienta como una conversación de lo más habitual posible, pero no es tan sencillo, luego de meses de no verla, solo escucho una y otra vez mi voz interna pidiéndome que deje los formalismos de lado, que la abrace, que la bese. Luce tan hermosa.
—S-Sí, todo se encuentra bien con nosotros —Responde en un tono tranquilo—. Si le pedí a Namjoon que te llamara es para conversar de algunas cosas importantes, sobre nosotros... —Me mantengo en silencio escuchando cada una de sus palabras—. hay muchas cosas que quiero preguntarte. Yo... me enteré por Yeonjun que..., bueno ya sabes él siempre sigue esas noticias, y me comentó sobre...
—Sobre el problema de la familia Kim... —La interrumpo para terminar la oración. Era inevitable que algún día una noticia de tal magnitud saliera a la luz.
—Sí. Y lamento lo que ocurrió... 
Si tan solo hubiera sido más sincero, y hubiera tomado la decisión de comentarle todo en ese preciso momento en el que lo poco que quedaba se fracturó, tal vez las cosas podrían haber tomado otro rumbo.
—Debí habértelo dicho ese día pero sentía que no era el momento, no quería tomarlo como una excusa, no quería que tú lo tomarás como...
—¿Cómo qué?  —Su tono de voz cambia radicalmente.
—No quería que me llamarás por lastima. Lo que menos deseo es que quieras tenerme cerca solo por lastima.
Esa idea rondaba mi cabeza día y noche, lo que menos quería es tenerla cerca solo por que ella deseara consolarme o algo parecido, me sentía capaz de superar ese tema por mi cuenta.