Es algo personal

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Entre varios conos de helado y llamadas desesperadas de Dazai, llegaron a un callejón algo estrecho. Yumeno no tenía ni idea de que hacían ahí, pero estaba con su persona de confianza, y eso era suficiente.

Desde su secuestro se sentía inseguro caminando solo por Yokohama, miraba a todos lados antes de dar un simple paso y siempre estaba alerta a cualquier persona que pasara a su lado.

Por eso era importante ir acompañado, y que mejor que ir con Chuuya.

- No provoques peleas o discusiones, vamos a ver a un amigo mío... sólo... no te separes de mí- Pidió el mafioso con tranquilidad

El pequeño asintió, tomó la mano de Chuuya buscando apoyo, donde el contrario apretó ligeramente. La puerta frente a ellos emitió un "clack", y luego el mayor caminó hacia ella.

Era un silencio casi puro, el reloj en la pared era lo único que sonaba además de un constante pero diminuto golpe en la madera.

Poco a poco fueron juntos hasta otra puerta más grande. Chuuya tocó la puerta y un grito de terror se escuchó del otro lado.

- Soy yo, Chuuya, ¿recuerdas el favor que me debías? Bueno, creo que lo necesito ahora- Dijo el mafioso sin quitar la mano de la puerta

- ¡E-E-En u-un mi-minuto!- Respondió la otra voz, temblorosa a más no poder

Los disturbios y los murmullos eran bastante fuertes, como si un elefante estuviera dentro de una biblioteca. Ya cansado de tanto esperar, abrió la puerta de golpe, encontrándose con algo no muy agradable.

- ¿Qué tal sombrerero?- Saludó Ranpo muy sonriente

- MIERDA- Gritó Chuuya internamente - Oye, vengo a hablar con él y ya...

- Lo si-siento m-mucho, no esperaba tu vi-visita ju-justo ahora- Se disculpó Poe escondiendo su rostro entre un libro

- Tranquilos, pueden hablar, imaginen que no estoy aquí- Sugirió el detective sin quitar esa enorme sonrisa, la cual comenzaba a ponerlo nervioso

Miraba incansablemente cada rincón de la habitación, buscando una manera de salir rápido de ahí. Pero aunque lo hiciera, el detective era muy inteligente y lo más seguro era que lo delataría a la más mínima oportunidad.

Yumeno abrazó su pierna intentando reconfortarlo, mientras le dirigía una mirada asesina al detective. También se sentía amenazado, su confianza no le gustaba en lo absoluto.

- Descuida, yo me encargo- Susurró despacio, acariciando su cabello bicolor - Necesito una cortina de humo para lo que ocurrió hace poco en la Port Mafia

- ¿Y se puede saber el porqué?- Preguntó divertido, esto empezaba a gustarle

- Supongo que ya lo sabes... y Poe me debía un favor, así que ayúdame a que las cosas no se...

- Dostoievsky te está usando

Cuatro simples palabras le dolieron en lo más profundo de su corazón. No era verdad, por supuesto que no lo era, aún así fue horrible escucharlo. Suspiró con fuerza, apretando un poco los puños y regulando su propia respiración, no había razón para hacerle daño a nadie, tenía que controlarse en estos casos.

- No lo hace, y me encantaría darte mis razones pero no vengo a eso- Respondió en su defensa, volviendo a alzar la mirada

- El criminal más buscado de todo Japón cayó en las redes del amor- Hizo una pausa para reírse en su cara - Vamos, ¿de verdad te crees eso?

- ¿Dime cuántos ataques de la Casa de las Ratas han habido en estos últimos cuatro meses?

La sonrisa tan confiada de Ranpo pareció desaparecer por unos segundos, pero volvió de inmediato, y quizás con más fuerza.

Kiss Me // FyoyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora