Quédate a mi lado

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Luego de un largo rato esperando a que los apostadores se retiraran, llegó la hora verde. Unas pocas horas donde las personas hacían tratos y encargos, saldaban cuentas o terminaban cortos trabajos.

- ¿Y qué te trae por aquí?- Preguntó Shun con seriedad - Tú no me molestas en lo absoluto, pero ese tipo...

- Sé que no te agrada, pero es un acosador cuando se trata de mí- Respondió cuidando sus palabras - Tranquilo, será la primera y última vez que lo verás

Realmente no tenía nada en contra de Fyodor por el momento, pero el gerente del Coliseo era muy estricto con las reglas dentro y fuera del bar. Únicamente quería evitar un incidente con las normas de privacidad, tenía clientes muy fieles y otros no tanto, pero que a final de cuentas eran su medio para conseguir muchas cosas.

- Cambiando de tema...- Chuuya sacó un pequeño sobre de papel - Un frasco por ahora, que sean amarillas

- Es el segundo en tres meses, ¿seguro de que tienes todo bajo control?

- Siempre lo hago

Por su lado, el ruso divagaba en sus pensamientos. No tenía ningún inconveniente, excepto todos los que Chuuya provocaba en él.

Al ser un completo inexperto en sentimientos y emociones, no era capaz de decidir lo que quería. Era alguien con un objetivo, y se enfocaba mucho en progresar, ¿entonces por qué era tan difícil?

Enamorarse era como entregarle un arma cargada a esa persona mientras apunta directo al corazón, y confiar en que no apretará el gatillo.

Quizás sus cuentas no salían rentables, quizás su planes eran fallidos uno tras otro, pero estaba seguro de que su corazón pedía a gritos estar a su lado.

- ¿Está todo bien?- Le preguntó el mafioso a su lado - ¿Te sientes mal o...?

- No, no, creo que tengo sueño, es todo

- ¿Quieres ir a la base? Puedo llevarte, ya es muy tarde y me da muy mala vibra que estés a estas horas en las calles de por aquí

Su sonrisa era lo único que pedía a diario, nada le hacía falta cuando Chuuya sonreía de esa manera tan encantadora. Había caído, y quería reconocerlo aunque no tuviera ni el valor para tomarle de la mano mientras caminaban de regreso.

Era todo lo que quería, quizás era lo que siempre necesitó. Un chico mafioso de baja estatura y hermoso cabello rojizo, la definición perfecta de lo que ahora era su amorío de telenovela.

Sus pasos se escuchaban ligeramente en el concreto, iban tomados de las manos otra vez, y aunque no tenía nada en contra, seguía poniéndole bastante nervioso y emocionado al mismo tiempo.

- ¿Has... pensado en lo que somos?- Soltó el pelinegro de la nada - No me malinterpretes, estoy bien así pero...

- Los besos se sienten diferentes ahora que estamos tan confundidos- Bromeó intentando mantener un ambiente tranquilo - Es que... no lo sé, es complicado

- ¿Complicado en qué?

Fyodor se detuvo, provocando que él también lo hiciera. Sabían que todo empezó como una broma por parte de los dos, sin embargo, ya habían sentimientos y sensaciones delicadas en el medio.

- No quiero hablar de eso ahora

- Tendrás que responderme tarde o temprano

- Lo que tú digas, pero ahora no

Había notado algo desde que salieron del Coliseo, y no iba a quedarse con la duda. Existían mil maneras de decírselo, pero ninguna terminaría del todo bien.

Kiss Me // FyoyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora