Capítulo 29 - Juntos

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◆SHAY◆

03 DE MAYO DEL 2011

Axl tomó un avión hacia Nueva York el domingo en la tarde. Como me he sentido miserablemente sola desde entonces, decidí pedirle a Reese que se quedara conmigo unos días. La invitación se vio extendida a su compañera de cuarto, ya que mi amiga, emocional por su embarazo, comenzó a llorar diciendo lo mal que se sentía abandonando a Allie. Acepté de buena gana su capricho, de todos modos. Hace unos meses pensar en incluir a Allie, o mantener una conversación con ella siquiera, era algo que parecía imposible. Pero esos tiempos han quedado atrás.

Así que ahora mismo Reese está acaparando a Mem, argumentando que sus piernas hinchadas necesitan reposo, mientras que Allie y yo estamos recostadas en el suelo, apoyando la espalda contra el sofá mientras comienza la película. Veremos La era de hielo, ya que Reese pensó que eso le gustaría a su bebé.

Nota mental para el futuro: nunca discutas con una mujer embarazada sobre cómo el bebé no está realmente viendo la película. Son muy sensibles.

Alexis está llevándose un puñado de palomitas a la boca cuando su celular, que se encuentra junto al mío en el suelo, vibra. Le ha llegado alguna notificación que provoca que la pantalla del aparato se encienda, permitiéndome ver la foto de la pequeña niña que tiene como protector de pantalla.

—¿Quién es ella? —pregunto con curiosidad mientras me tomo el atrevimiento de agarrar su teléfono para mirar mejor la foto. La pequeña tiene cierto parecido con Allie, aunque su cabeza está coronada por un montón de risos castaños cobrizos, tiene el rostro ovalado con mejillas algo regordetas, cejas poco pobladas, rosados labios llenos y dulces ojos marrones. No es que sea idéntica a Alexis, sin embargo hay un parecido entre ellas que no puedo explicar.

—La pequeña Demonio de Tasmania Grace —dice con una sonrisa de cariño mientras mira de reojo hacia la pantalla de su celular, que está en mis manos.

—¿Grace? ¿No es ese el nombre de tu mamá también, Allie? ¡Quiero ver! —Exige Reese, estirando su mano para quitarme el celular—. ¡Ella es tan linda! ¿Es tu pequeña hermanita?

Alexis parece un poco seria de pronto. Una sonrisa tensa, y claramente forzada, se extiende en sus labios, lo que me indica que ella no quiere hablar del tema, así que no insisto más. Empero, Reese, que no se da cuenta, sigue haciendo comentarios sobre la niña.

—Devuelve el celular —le digo, palmeando su pierna—. Y cierra la boca que ya está comenzado la película. Tu bebé se está perdiendo preciosos minutos de su filme favorito.

04 DE MAYO DEL 2011

Las conversaciones con mi madre no han variado mucho, se limita a saber de mí mientras que no me deja hacerle preguntas sobre ella o el bebé. Siempre me evade. Por otro lado Axl dijo que volvería hoy, no me contó mucho sobre su mamá, él solo dijo que todo estaba bien y que me contaría al volver. Esa es solo una de las razones por las que estoy realmente ansiosa esperando por él en el aeropuerto.

Según el registro, su avión aterrizó hace veinte minutos, por lo que él debe aparecer en cualquier momento. Estoy mordiéndome las uñas, observando fijamente la puerta de desembarque, cuando lo identifico caminando entre un grupo de pasajeros.

La pequeña sonrisa se traza en mis labios apenas unos segundos antes de que mi ceño se frunza al darme cuenta de que el hombre que viene detrás de él es su padre. Martin Jones. O al menos lo que queda de él, Martin parece desgastado y envejecido como nunca le había visto. Su cabello rubio está alborotado, hay ojeras debajo de sus ojos y una barba que lo hace ver desaliñado.

Plan BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora