730 El suicidio.

                                    

                                          
Capítulo 730 El suicidio 
                          
ʺ¿Cómo está Hero?ʺ
Le preguntó Saeng al director, después de haber entrado corriendo hospital. Su frente estaba cubierta con una fina capa de sudor, a pesar de que no hacía mucho calor. 
                          
ʺTodavía está en el quirófano, al parecer está muy graveʺ.
Respondió el hombre. De pronto, una enfermera pasó corriendo frente a ellos. Segundos después, la misma enfermera pasó de regreso, pero esta vez con una bolsa de sangre en la mano. 
                          
ʺDisculpe enfermera, ¿cómo se encuentra el paciente?ʺ
Saeng estaba tan preocupado por Hero que no pudo evitar preguntarle. Sin embargo, no logró que la enfermera se detuviera a contestarle. 
                          
ʺEstá en tratamiento de emergencia. Por favor, no interfiera con nuestro trabajoʺ. 
Respondió la enfermera rápidamente, mientras entraba corriendo al quirófano y cerraba la puerta detrás de ella. 
                          
ʺNo se preocupe, coronel Saeng. El doctor está haciendo su mejor esfuerzoʺ.
Dijo gentilmente el director mirando a Saeng. 
                          
Había escuchado que el hombre que tenía en frente era el legendario Coronel de la base militar de la Ciudad S. Saeng era famoso por ser frío, despiadado e implacable. Esa fue la razón por la que el hombre no pudo evitar sentirse nervioso cuando lo tuvo frente a frente. 
                          
ʺ¿Por qué no hicieron bien su trabajo? ¿Que no sabes lo especial que es ese hombre? ¿Por qué no enviaste a más personas para vigilarlo?ʺ
Preguntó Saeng, mirando al director con frialdad, pues dudaba de sus capacidades para realizar el trabajo que se le había encomendado. 
                          
ʺLe hemos prestado más atención que a nadie. Sinceramente, no tengo ni idea de cómo pudo atentar contra su vidaʺ.
Explicó el hombre nervioso. Estaba seguro de que había hecho todo lo que estuvo en sus manos, por lo que todavía no podía creer lo que estaba sucediendo. 
                          
ʺ¿Qué hay de los guardias que lo estaban vigilando en ese momento? ¿Les has preguntado qué pasó?ʺ
Preguntó Saeng, esta vez sin voltear a verlo. Sabía que no era el momento adecuado para investigar ni señalar culpables. 
                          
ʺNo he tenido tiempo de preguntarles. Tan pronto como me enteré de lo sucedido, seguí a la ambulancia hasta el hospitalʺ.
Contestó él, observándolo tímidamente, pero su mirada no se quedó inmóvil, la desvió tan pronto como notó la expresión de enojo en el rostro de Saeng. Era una expresión que podía hacer temblar a cualquiera. 
                          
ʺDe acuerdo. Interrógalos una vez que tengamos el resultado de la operaciónʺ. 
Ordenó Saeng, mientras se secaba la frente. Estaba comenzando a desesperarse al no recibir información concreta acerca del estado de salud de Hero. 
                          
¡Que extraño! La última vez que Saeng lo vio, lucía bien. ¿Por qué de repente habrá decidido suicidarse? 
                          
ʺAquí tiene, Coronelʺ.
Dijo Marco. Se acercó a Saeng y le entregó una botella de agua. Frunció el ceño al notar lo pálido que estaba. 
                          
ʺGraciasʺ.
Dijo Saeng, después abrió la botella y bebió unos tragos. El clima seco de la Ciudad S durante el otoño le resecaba un poco los labios. 
                          
ʺ¿Por qué no toma asiento, Coronel? Quizás la operación sea algo largaʺ.
Sugirió Marco. Su deber como escolta de Saeng no era solo mantenerlo a salvo, también debía cuidarlo en todo momento. 
                          
ʺNo, estoy bien aquíʺ. 
Saeng no quiso moverse de donde estaba y levantó la vista hacia el gran letrero rojo que estaba en la pared y decía: ʺEn cirugíaʺ. 
                          
Mucha gente pensaba que Saeng era un hombre insensible, pero eso no era cierto; tenía un corazón muy noble. Esa era la única razón por la que podía perdonar a las personas que lo lastimaban una y otra vez.