—¿Que haces aquí?— mi hermano mayor preguntó en forma de saludo al abrirme la puerta de su pequeño departamento.
—Yo estoy genial, Ezra. Y mi visita si... mamá, cree que seré capaz de llevarte de vuelta a casa.
Ezra pareció molestarle lo mencionado. Fue a la cocina del lugar, terminó de servirse su café.
—No estoy para esto. Tengo que trabajar y realmente no estoy para tus juegos, ni los de mamá. No regresaré a ningún lado— bebió de su café y mordió el pan tostado que tenía al lado de su taza.
El lugar estaba repleto de libros, algo desordenado y sus mesas repletas de exámenes que calificar.
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—Este lugar es un chiquero, puedo ayudarte con eso— susurré mientras seguía viendo cada detalle de su departamento.
—No necesito tu ayuda, ni la de mamá.
—Creí que era tu hermana favorita— murmuré a modo de chiste, el rodó sus ojos.
—Eres menos entrometida que Wesley, si a eso podemos llamarle "favorita", si.
—No creas que esto es lo mejor que tengo que hacer, Ezra. Mamá, en serio extraña a su hijo y yo a mi hermano mayor.
Ezra suspiró una vez que tragó el sorbo de café que había bebido y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.
—Ya se que carta usaras y no, no regresaré. Pero tú— murmuro lo último al mismo tiempo que se acercaba a mi, me abrazó— tú puedes quedarte aquí, un par de días conmigo si tanto me extrañas. No me haría mal algo de compañía.
Una gran sonrisa salió de mi, me alegró escuchar aquello.
—Prepárate algo de comer, te llamaré cuando esté libre y podemos ir por algo de tomar, ¿ok?— se separó del abrazo.
Asentí. El hizo lo que siempre hacía antes de dejarme de pequeña en la escuela, besar mi frente y regalarme una sonrisa.
—Yo también te extrañe, ____. Come algo, nos vemos.
Tomó su bolso y se fue.
Me recosté en su mueble y no se en que momento pero me quede dormida un par de horas allí.
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La puerta sonaba insistentemente, pase las manos por mi cara, estrujándola.
Talle mis ojos, me espabile un poco.
—¡Voy, joder!— me levante y abrí la puerta rápidamente.
Una hermosa morena de ojos grandes y avellana estaba tras la puerta, su cabello marrón caía perfectamente detrás de sus hombros.
