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•Narra t/n•

                          
2 semanas después:

                          
—¡Justin!—lo llamo por décima vez 
                          
¿Donde diablos se ha metido este chico? He aprendido que sin dudas tiene un talento para desaparecerse. 
                          
Miro por los pasillo uno por uno hasta que lo encuentro en el penúltimo. Esta sentado en una de las  dos sillas que poseen los escritorios que hay por doquier aquí, que son justamente para ubicarse a leer más cómodamente. 
                          
La otra silla a su lado estaba ocupado por una chica. Bajita, pelirroja, bonitas piernas y maquillada a la perfección. Su pelo bastante largo perfectamente recogido en una cola alta. Ello lo observa con una sonrisita, que de repente y sin saber bien porque me parece la mas tonta y artificial que he visto nunca. 
                          
Justin le hablaba y una sonrisa picara adornaba su rostro. Pude notar a la perfección como sus ojos bajaban hacia el cuerpo de ella de vez en cuando. Sin embargo la joven no se quedaba atrás y le daba miraditas y mordidas de labios. 
                          
Maldito mujeriego. 
                          
Veía como sus labios se movían para entablar lo que parecía ser una amena charla. Ella lo miraba como hechizada, no se movía ni un poco y asentía a cada rato. 
                          
Bueno, no puedo juzgarla, Justin sabia como encantar chicas. El idiota tenia un don. 
                          
De repente me encuentro con una sensación rara y desconocida en mi estomago. Era como un ardor horrible, me sentía mal al verlos. 
                          
¿Que pasaba conmigo? 
                          
Estoy por dar la media vuelta y largarme cuando de repente veo como la chica se abalanza sobre Justin y lo besa con desespero. El lejos de separarse y recordar el decoro y respeto de este local, le devuelve el beso. Lo peor son los toqueteos que comienzan a darse de un momento a otro. 
                          
En el segundo en que ella pone su mano sobre el cinturón del pantalón de Justin y el sobre el trasero de ella, mi paciencia se agota totalmente. 
                          
—¡Justin Bieber!—chillo caminando hacia ellos furiosa
                          
El maldito idiota se separa de repente y empuja un poco a la pelirroja hacia atrás, dandole fin al baboseo. 
                          
—Estas en tu maldito trabajo ¿Acaso no tienes vergüenza alguna?—musito cruzándome de brazos 
                          
La sensación fea sigue latente en mi estomago, pero la ignoro y me repito que solo es asco por ver tal escena y no celos o algo parecido. 
                          
—Diablos t/n, me has asustado—dice el y da un resoplido molesto
                          
—Y tu me has asqueado, ¿crees que esto es un motel o que?
                          
—Creí que eras mi madre—me suelta tranquilamente 
                          
—No tienes vergüenza—continuo molesta
                          
Lejos de intentar excusarse, se voltea y mira a la chica.
                          
—Dame un minuto Sara, ya estaré contigo—le dice, su tono es seco pero hay un deje pervertido en el