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Miércoles 29 septiembre
Otoño.
                          
Luego de esa linda y tranquila salida con Yoongi, lo fui a dejar a su casa a eso de las ocho de la noche, el tiempo se pasó tan rápido que ni siquiera nos dimos cuenta que comenzaba anocheser, hasta que nuestros pies de tanto caminar ya no podían más. Lo llevé a su departamento con la promesa de que lo llamaría antes de que se fuera a dormir.
                          
Dando las doce de la noche, decidí marcar a su numero, con la esperanza de que no estuviera aún dormido. Pero luego del tercer pitido escuché su voz.
                          
—¿Diga?— dijo la voz del otro lado del teléfono.
                          
—Buenas noches señor Min yoongi— dije burlesco.
                          
—Muy buenas noche para usted también— los dos empezamos a reír hasta que se hizo un silencio cómodo en la línea.
                          
—Solo llamaba para desearte una linda noche, y que soñaras bonito— le dije mientras comenzaba a dirigirme a mi cama y acostarme en esta.
                          
—Gracias TaeTae, me la pasé muy bien hoy— sonreí inmediatamente a lo que dijo —Espero volvamos a repetirlo—dijo.
                          
—Y así será tenlo por seguro— después de lo que dije nuevamente se hizo un silencio, pero Yoongi fue quien lo rompió.
                          
—La caminata de hoy fue muy larga—
                          
—Lo sé, me estoy durmiendo del cansancio— dije —Deberíamos...—
                          
—Espera. Antes de colgar, dime una palabra a ver si puedo soñar con ella— propuso.
                          
Pará mí, me hubiera gustado decirle: Sueña conmigo, Sueña que estamos en una cafeteria que salimos juntos, que yo luzco un traje bonito, color blanco y tú uno color beige. Sueña que ambos nos hemos llevado un libro para leer, pero que no dejamos de intercambiar sonrisas por encima de los capuchinos, y que en lugar de acompañarte a casa al salir. Vamos al parque y jugamos en los columpios como dos niños. 
                          
—Café— fue lo primero que se me pasó por la cabeza. 
                          
—No me costará nada, sabes que el café me vuelve loco— dijo Yoongi y los dos reímos 
                          
—Bueno, es que el café está muy bueno— dije. 
                          
—Yo quiero que tu sueñes con... A ver— se interrumpió un momento para pensar —¿Gatos?—
                          
—¿Por qué gatos?— me extrañé, comenzando a reírme. 
                          
—¡Y yo que se!— exclamó Yoongi a la defensiva —Mira, tu sueña con algo alucinante—
                          
—Trato hecho— prometí —¿Yoongi?—
                          
—¿Si?— dijo con su voz ya un poco más adormilada. 
                          
—Te quiero— dije, pero la línea se quedó en silencio, suponiendo que Yoongi ya se había quedado dormido. Pero pronto iba a colgar hasta que... 
                          
—Yo también te quiero— dijo y yo me sentí la persona más feliz del mundo, los dos colgamos, y me mantuve recostado viendo hacia el techo. 
                          
Desde ahí me propuse a marcarle todas las noches a Yoongi. 
                          
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