La pelea.

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Capítulo 651.

ʺMide tus palabras si no quieres terminar como él".
Tan pronto como Saeng termino de hablar, mandó al suelo con un solo movimiento al hombre que había manoseado a WoonBin. Después levantó las cejas y comenzó a reírse de los demás. Al principio había creído que en verdad podrían ser una amenaza, pero resultó que se había equivocado.

ʺ¡No lo puedo creer! Es solo un chico y no pueden con él. Entra y pide refuerzos. Vamos a ver de qué cuero salen más correasʺ.
Ningún hombre querría nunca perder frente a un joven. Si lo hicieran, su orgullo se sentiría gravemente herido. Dado que esos maleantes se encontraban en su territorio, en un par de minutos otros hombres se les habían unido.

ʺ¿Qué? ¿Van a atacarme todos juntos?ʺ
Preguntó Saeng, sonriendo de lado. Mientras sus oponentes fueran solo pandilleros comunes, él sabía que podría derrotarlos, independientemente de cuántos fueran. Solo tomaría un poco más de tiempo y esfuerzo, pero el resultado sería el mismo.

ʺ¡Jajaja! ¿Ahora sí ya tienes miedo? Aún estás a tiempo para obedecernosʺ.
Dijo su lidercillo, sacudiendo el cuerpo de forma engreída. Miró a Saeng despectivamente, como si fuera el dueño del mundo. Su mirada reflejaba el deseo imperioso que sentía por el.

ʺ¿Miedo? Esa palabra no está en mi diccionario. Lo voy a decir una vez más: déjalo irʺ.
Los hermosos ojos de Saeng le lanzaron una mirada amenazante, mientas sonreía con cierta malicia. La expresión de su rostro podía hacer que cualquiera temblara con solo verlo. El ambiente se volvió sumamente perturbador de inmediato.

ʺ¡Muy bien! Que gane el mejor. Dudo que un chico como tú pueda vencernos. Chicos, escuchen; si logran derrotarlo, esta noche podrán hacer lo que quierenʺ.
Al parecer ese hombre era el líder en esa zona, pues les daba instrucciones y los demás lo obedecían.

ʺComo tú digas. ¡Jajaja! Hemos lidiado con todo tipo de chicos en el pasado, pero nunca habíamos tenido la oportunidad de jugar con un joven uniformado. Parece que esta noche vas a estar lleno de placerʺ.

Cuando los pandilleros escucharon que Saeng sería su premio si lograban derrotarlo, todos se entusiasmaron. La gente silbaba enardecida, sin tener en cuenta el hecho de que el era soldado. Evidentemente estaban todos fuera de control.

ʺCuida tus palabras o haré que te las traguesʺ.
Dijo Saeng, frunciendo un poco el ceño. De cierta forma se sentía un poco emocionado pues no había estado involucrado en una pelea desde hacía bastante tiempo. Además, ese podría ser su ejercicio vespertino. Al parecer esos vándalos estaban ansiosos por probar sus habilidades en artes marciales y el no tenía motivos para negarles ese gusto.

ʺ¡Escucha, jovencito; no nos importa qué nos hagas tragar! ¡Jajaja! Sólo de pensar en lo que me comeré, ya me siento extasiado".
Sus risas desagradables y sus vulgares palabras retumbaban en los oídos de Saeng. El comportamiento salvaje de esos hombres hizo que caminara hacia ellos sin titubear. Con un rápido movimiento de su puño, golpeó al líder en la nariz, tomándolo por sorpresa y arrojándolo al suelo.

Ya tendido, lo pisó con fuerza y les dijo a los demás: ʺSi quieren terminar como él, solo acérquenseʺ.
Saeng examinó toda la escena sin cambiar la expresión de su rostro. Aunque sus ojos se posaron por un momento en los tipos que acababan de salir del bar, no tuvo miedo en lo absoluto. Por el contrario, una sonrisa fría y despectiva se dibujó en su rostro.

ʺ¡Maldición! ¿Qué están esperando? Solo agárrenlo y enséñenle a no meterse con las personas equivocadas. ¡Cómo me encantaría verlo rogando clemencia en la cama!ʺ
Dijo el hombre llamado Sen con una expresión grotesca, y sin un rastro de pudor o vergüenza. Todos habían sido disuadidos por la agilidad y la fuerza de Saeng, quedándose congelados, sin poder reaccionar. Al escuchar el rugido furioso de su líder, todos salieron de su estado de letargo y se prepararon para luchar contra Saeng. Soltaron a WoonBin y centraron toda su atención en su oponente.

ʺ¡Saeng, déjame ayudarte!ʺ
Mientras estaba pensando en un plan para terminar la pelea lo antes posible, HongKi se le acercó de repente y le ofreció ayuda.

ʺ¡Ajá! Parece que la suerte está de nuestro lado esta noche. Un lindo chico seguido de otro, igual de hermoso. ¡Hola niño! ¿No te han dicho que estás precioso?ʺ
La repentina aparición de HongKi conmocionó la escena nuevamente. Los ojos de todos esos malvivientes se posaron sobre su hermoso cuerpo.

ʺ¿HongKi, no te dije que te fueras a casa? ¿Por qué no me hiciste caso?ʺ
Preguntó Saeng. Al verlo se comenzó a sentir un poco angustiado. Unos minutos antes creyó que tenía todo bajo control, pero una vez que apareció HongKi la situación se le escapó de las manos. Ahora Saeng no solo tenía que luchar contra esos perdedores, sino que también tenía que asegurarse de que su amigo no fuera a salir lastimado. Tendría que dividir su atención y energía, por lo tanto su eficiencia y sus posibilidades de ganar disminuyeron.

ʺHermano, acabo de llamar a la policía, estarán aquí en cualquier momento. Así que no te preocupes por míʺ.
HongKi le susurró al oído a Saeng, y miró a su alrededor rápidamente. Aunque se sentía bastante seguro de sí mismo, era la primera vez que se enfrentaba a una situación tan horrible, por lo tanto no pudo evitar temblar un poco.

"HongKi, si ya llamaste a la policía, entonces quédate allí y espera a que vengan. ¿Qué voy a hacer si te lastiman? ¿Cómo se lo voy a explicar a KyuJong y a tu hermano?ʺ
Ante los ojos de Saeng, HongKi era un pequeño príncipe que siempre había sido protegido y colmado de amor. Y si resultara lastimado, Saeng no sabría cómo enfrentar a los hombres que tanto amaban a este chico.

"Saeng, como vi que te superaban en número pensé que podrían lastimarte, así que vine a ayudarte sin detenerme a pensar en las consecuencias. Pero no te preocupes, no te estorbaré".
Dijo HongKi, haciendo un puchero. El comprendía que Saeng solo quería protegerlo, pero no podía evitar sentirse molesto después de haber sido reprendido.

ʺOye niño, tu piel se ve muy suavecita. ¿Por qué no vienes conmigo? No tengas miedo, yo sabré cuidarteʺ.
Ver de cerca a un chico tan hermoso como HongKi estimuló los sentidos de esos vulgares pandilleros y todos observaban de manera obscena su delicada piel.

ʺ¿Irme contigo? Ni siquiera eres digno de atarme los cordones de los zapatosʺ.
HongKi era un muchachito tremendo y no permitiría que nadie se aprovechara de él, ni siquiera con palabras. Levantó su fina barbilla y mostró su postura más arrogante.

ʺEstúpido. ¿Cómo te atreves a hacerme enojar? Veo que eres muy jovencito. Estaría más que feliz de hacerte un favor y quitarte la virginidad. Aunque debo aclararte que no suelo perder el tiempo domesticando a chicos inexpertos como túʺ.
Sen no pudo tolerar haber sido ridiculizado por HongKi, frente a su pandilla. Mientras seguía hablando, intentó atacarla de repente, pero Saeng inmediatamente acudió a su rescate y lo detuvo.

ʺ¿Hacerme un favor? ¿Llamas a eso un favor? Nunca había visto a nadie tan descarado y caradura como túʺ.
HongKi era muy práctico para poner a la gente grosera en su lugar, nadie podía vencerlo en una discusión. Y por si eso fuera poco, era sumamente inteligente. A decir verdad, el estaba haciendo todo eso a propósito. Quería hablar lo más posible para poder contener la situación hasta que llegara la policía. Sin embargo, atacar con palabras no podría considerarse una forma sabia de tratar de engañar a tipejos como esos. Más de uno estaría furioso por esos comentarios tan mordaces. Justo entonces, los hombres que sólo estaban observando, volvieron a recibir instrucciones de Sen y se alistaron para continuar con la pelea.

ʺChico tonto, tú lo pediste. Ya verás cómo te diviertes conmigo más tardeʺ.
Ningún hombre podía permitir que un chico pisoteara su orgullo. Antes de que los demás pillos pudieran hacer algo, Sen fue tras HongKi. No podía comprender cómo alguien como él, que lucía tan delicado y dulce, podía ser tan exasperante.

Por otro lado, HongKi no esperaba que esos tipos de repente se volvieran tan hostiles y violentos. Se sentía muy aturdido por sus acciones. Solamente se pudo recuperar del shock después de que Saeng lo jaló para que se alejara. No había tiempo para pensar en nada, lo único que le quedaba por hacer era rescatar a HongKi. Rápidamente lanzó un puñetazo para derribar a un hombre que intentó tocarlo. HongKi no perdió el tiempo y lo pateó y lo pisoteó. Ya no parecía un dulce niño frágil. Se había convertido en un hombre malvado que podía derribar a cualquiera que se cruzara en su camino.

ʺ¿Así que sabes cómo pelear?ʺ
Preguntó idiotizado, el hombre al que HongKi había pateado, pues se distrajo cuando él levantó la pierna.

Un verdadero amor.  4a parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora