14 | En sus brazos Parte 1

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—Hannah lamento lo de hace unas horas —su aliento choca con mis labios sutilmente.

—Enserio no logro comprenderlo, Señor Kim —Y es verdad a veces es tan bestia, impulsivo, un hombre sin sentimientos, y otra vez me trata con una dulzura que jamás podría experimentar al lado de un hombre como él.

—No tienes que hacerlo, solo debes disfrutar. ¿Qué dices Hannah? Mhm ¿Quieres hacerlo?

¿Qué podría perder? Me siento acorralada, pero algo dentro de mí grita que lo haga, que ceda, que me deje llevar, que disfrute de todo lo que me puede enseñar.

—Quiero hacerlo.

Esas dos palabras tan pequeñas pero importantes le dieron autorización a iniciar. Ataca mis labios y yo sigo el beso. Su brazo se aferraba a mi cintura pegándome más a su pecho, sus manos toman con dominación mis muslos para hacer que lo rodeara con mis piernas. No sé en qué momento habíamos llegado a su habitación, me bajo, dejándome muy cerca de la cama dándole la espalda, nuestros labios no se despegaron en todo ese recorrido, esta vez no ejercía esa violencia que lo caracteriza, sus manos pasan por mi cintura para desabrochan los botones de su camisa. Su boca deja suaves besos sobre la piel de mi cuello, su nariz roza con el lóbulo de mi oreja.

—Déjate llevar Hannah —su susurro logró erizar mi piel en un segundo.

Dejo caer mi cabeza en su hombro, cerrando mis ojos concentrándome en la sensación que me brindan su caricias.

Su camisa cae dejándome nuevamente ante sus ojos únicamente en ropa interior. Me decido a girar en busca de sus labios. Observo a detalle su rostro, esas facciones tan perfectas, por alguna extraña razón, mi cuerpo dejó de seguir ordenes de mi cerebro, esta noche intentaré olvidar todo lo atemorizándote que puede llegar a ser.

Sus labios se encuentran entreabiertos jadeando al mismo ritmo que late mi corazón. Sin pensarlo un segundo más atrapó sus labios, ambos probando uno del otro, nuestras lenguas juegan sin desesperación.

El frío que sentía había desaparecido, ahora solo capto el calor que su cuerpo me brinda. Quita el broche de mi sujetador. Continúa con las bragas hasta bajarlas por completo. Sus manos acarician mi espalda, mientras su cuerpo me empuja hacia atrás.

Mis piernas chocan con el borde de la cama con su ayuda quedó tendida sobre esta, totalmente desnuda ante él.

—Eres perfecta —admira mis pechos con hambre, muere por probarlos, y yo simplemente dejo que lo haga.

Su boca se siente tan tibia, atrapa uno de mis pezones con su boca, su lengua juega, succionando y mordisqueando suavemente, mientras que su mano masaje mi otro pecho con algo de fuerza—. Ahh —un gemido apenas audible escapa de mis labios, se siente tan bien.

Mis manos tiemblan mientras las acerco al borde su camisa, intentando desabrochar los botones de esta, es un poco injusto que aún siga vestido.

—Deja las manos quieta Hannah —sostiene mis muñecas cada una al lado de mi cabeza, hago lo que se me pide. Muerdo mi labio con fuerza, verlo quintándose la camisa de forma tan sexy es demasiado para mi corazón, se presenta ante mí, su cuerpo no es tan marcado, pero se ve demasiado ¿perfecto?, no tiene mucho vello, me encanta eso—. ¿Cuál es tu color favorito? —susurra en mi oído.

¿Que?

—Ro-rojo.

—Muy bien esa será la palabra de seguridad. ¿De acuerdo? No haré nada que no toleres Hannah. Si dices esta palabra me detendré de inmediato —Asentí lentamente.

Observo su piel se ve tan tersa, me encantaría tocarla, sentirlo, pero debo mantenerme quieta. Desabrocha su pantalón bajándolo con su bóxer, mis ojos se abren demasiado, su miembro es... tan grande, ahora demasiado erecto chocando contra su vientre, no puedo evitar mirar a otro lado. Escucho una risita apenas audible proveniente de sus labios, lo sé, se burla de mí.

Un espasmo sacude mi cuerpo, al sentir sus labios sobre mis muslos, cortos besos húmedos, tan tibios recorres mi piel, hasta llegar a mi zona más íntima. Arqueo mi espalda al sentir más que un espasmo, mi cuerpo tiembla, reacciona ante cada acción, siento su aliento sobre mi intimidad, jadeo esperando el inminente momento.

Se siente tan bien.

—Dime lo que quieres Hannah —su voz se escucha tan cargada de lujuria—. Quiero que me lo digas o no obtendrás nada.

—Quiero...

—¿Qué quieres?

¿Por qué juega de esta forma conmigo? Necesito más de él.

—Quiero que me toque.

—¿Dónde exactamente?

Taehyung
[_____]

Con sus manos, como si fuera una niña pequeña, comenzó a acariciar su intimidad, indicándome el punto exacto donde deseaba que la tocara. Mi mano reemplazó la suya y la acaricié. Me arrodillé y en un movimiento la atraje hacia mí. Clave mis ojos en su centro deseando con ansias probarla, Hannah tomo una bocanada de aire esperando cualquiera de mis movimientos. Abre un poco más sus piernas dándome acceso a ella.

Relamo mis labios antes de acercarme por completo a su centro donde di una lamida haciendo que su cuerpo de forma inmediata se contrajera por la sensación. Lleve mis manos a sus caderas para sujetarla y evitar que continuara moviéndose. Gemidos demasiado débiles se escuchaban de su parte, no pude evitar reír, a toda costa intentaba ser silenciosa, pero no lo conseguirá por mucho tiempo.

Hundo mi rostro por completo en su centro, para besar, lamer y chupar de una forma muy apasionada, obteniendo al fin lo que tanto esperaba, Hannah gimió algo desesperada, disfrutando mis movimientos. Meto uno de mis dedos y comienzo a moverlo, me alejo un poco para observarla mucho mejor retorcerse en la cama.

Hannah permanecía con los ojos cerrados y su boca abierta respirando agitada. Llevo mi boca a su intimidad nuevamente, mientras continuo metiendo y sacando mi dedo. Realmente está disfrutando mis caricias, esto era lo que más me gusta, quiero que disfrute cada exquisita sensación conmigo.

—¿Te gusta? —Elevo un poco mi rostro esperando su respuesta. Muerde con algo de fuerza su mano, intentando nuevamente contenerse. Aumento el movimiento de mi dedo, metiéndolo y sacándolo con mayor velocidad—. Responde Hannah.

—S-sí, me gusta, me gusta —respondió de forma desesperada. Inmediatamente saqué mi dedo de su intimidad, no quería que terminara, si dejaré que se corra, será con mi pene dentro de ella.

Me levanté, pase uno de mis brazos por detrás de su espalda, la levanté un poco para llevarla hasta el centro de la cama, y subí haciéndome espacio entre sus piernas.

SUBMISSION › Kth ❛ 18❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora