Parte 40

                                    

                                          
NARRADOR LEVANA 
                          
Había anochecido y hacia bastante frio cansada de caminar  y de correr tome asiento en una banca, no tenia dinero no podía buscar a mis amigos ni a mis padres él me encontraría muy fácil, sin poder procesar nada ya estaba llorando.
                          
-¿Señorita se encuentra  bien?- Levante mi mirada era una señora a lado de ella le acompañaba un señor se notaban en sus rostros preocupación. 
                          
 No podía pronunciar ni una palabra sentía un nudo en la garganta y sin poder contestarle negué con la cabeza.
                          
-¿Se encuentra bien?-volvió a preguntarme 
                          
-Estoy perdida, no tengo dinero ni a donde ir- al fin pude contestar
                          
-Carlos no podemos dejarla a la joven aquí-dijo la mujer a su acompañante 
                          
-Vamos a ir a mi casa y mañana iremos al hospital-dijo la mujer mostrando una pequeña sonrisa.
                          
-Gracias-conteste secándome las lagrimas al menos no pasaría la noche debajo de un puente con el peligro de que ese loco de esposo que tengo me encuentre. 
                          
-¿Cuál es su nombre?-me pregunto mientras caminábamos
                          
-Me llamo Levana Jones- conteste
                          
-Mi nombre es Rose y él es mi esposo Carlos- dijo la mujer señalándome a su esposo, parecian ser buenas personas. 
                          
Me llevaron a su casa pequeña y cómoda me hizo recordar a la mía, me sirvió una taza de té y un pan casi devorando comí el pan, ya que durante la boda me había negado a probar algo de comida en todo el día.
                          
Me pregunto sobre mis padres y porque estaba perdida, tuve que mentir les dije que mis padres estaban muertos y que unos maleantes robaron mi bolso  y que no tenía como volver a mi casa.
                          
Los señores fueron muy amables me cedieron una habitación, estaba tan cansada que rápidamente cuando me eche en la cama quede dormida.
                          
A la mañana siguiente cuando estaba bañándome note que tenia demasiados cortes en mi piernas brazos, raspones, moretones y mis pies con muchas heridas. 
                          
El esposo de la señora se fue trabajar dejándonos solas y mientras tomábamos el desayuno  ella insistido en llevarme al hospital no quería ir, me sentía muy bien y mas lejos de Relish.
                          
Cuando llegamos me habían revisado habían curado mis heridas, luego me habían hecho quedar mas tiempo de lo que pensé, me habían sacado sangre supuestamente algo no estaba bien.
                          
-Estoy bien porque me tengo que quedar mas tiempo-cuestione a la enfermera
                          
-Es porque se ha encontrado una alteración en su pulso - dijo la enfermera
                          
-¿A que se debe?-pregunte algo preocupada, durante todos estos años nadie me había dicho que padecía de enfermedades del corazón o algo así.
                          
-No se preocupe, los análisis indicarán cual es la razón de esa alteración-contesto la enfermera mostrándome una agradable sonrisa.
                          
Su sonrisa me decía que tenga que ser paciente, sin embargo era todo lo contrario estaba ansiosa por saber a que se debía esa alteración después de una hora de esperar nos dijeron que volviéramos a la mañana siguiente sin tener respuestas del análisis.
                          
Ya afuera del hospital estaba preocupada no tenia dinero, ni un lugar para quedarme y no quería pedirle mas a la señora Rose.
                          
-Gracias por todo- dije y pausando para de nuevo hable –cuando pueda voy a pagar todo lo que le hice gastar-
                          
-No se preocupe , quédese hoy día mas ya que no tiene a nadie, mañana la acompañare para recoger sus resultados-dijo Rose muy amablemente
                          
-Gracias pero porque hace todo esto por mi-pregunte
                          
-Te pareces a mi hija Katrina ella esta en Alemania y no me gustaría que algo así le pasará a mi hija-dijo la señora un poco triste, se notaba que extrañaba a su hija.
                          
Al día siguiente fuimos al hospital a recoger los análisis fue la hora mas larga que pude esperar, ingresando al fin al consultorio del doctor, me realizo varias preguntas y dentro de ellas estaba la pregunta si tenia relaciones sexuales. 
                          
-Sus análisis indican que usted tiene dos semanas de embarazo- dijo el doctor 
                          
Tomando aire para no llorar  fue inevitable, todo mi futuro y mis sueños estaban acabados que haría a partir de ahora.
                          
-¿Sus padres donde están?-pregunto el doctor
                          
- Están muertos, como le dije ya soy mayor de edad-conteste y limpiando mis lagrimas del dorso de la manga del suéter.  
                          
Después el doctor me dio una serie de recomendaciones como cuidarme que alimentos comer que vitaminas tomar que ejercicios.
                          
Al salir del consultorio estaba destruida lo primero que me recomendó no hacer mi madre sucedió, le he fallado estará tan decepcionada de mi cuando le cuente. 
                          
Le conté cuales eran los resultados del análisis  a la señora Rose que se había portado tan amable conmigo, me dio un abrazo reconfortándome. 
                          
-Un bebe no va impedir que cumplas tus sueños, solo tendrás que esforzarte mas-dijo la señora
                          
-gracias- conteste  aún algo llorosa 
                          
Llegamos a su casa me quedaría con ellos un día mas, Rose y su esposo me contaban sobre su hija que esta en Alemania y la carrera que ella eligió, luego me preguntaron que carrera que pensaba postular para la universidad. 
                          
  La conversación fue interrumpida alguien tocaba el timbre, la señora Rose fue abrir la puerta de repente ella me llamaba. 
                          
-Si-conteste y al ver de quien se trataba comencé a sudar frio era él como siempre luciendo impecable e imponente mostrando una sonrisa mientras me veía.
                          
-Levana dice este joven que es tu esposo- pregunto la señora desconfiada
                          
Como era posible que él haya dado con mi ubicación, yo que pensaba que jamás me encontraría o que no lo vería por mucho tiempo.
                          
-no me habías dicho nada sobre él-contesto Rose algo molesta
                          
-No le dije porque no veía conveniente hacerlo-conteste y se notaba que Rose no le gusto que le no le haya dicho nada. 
                          
-Seguro mi esposa no quiso hablar sobre mi por guardar mi imagen ante los medios soy empresario de los fármacos y hoteles Relish- como siempre con total seguridad se mostraba Ryan.
                          
-Si recuerdo usted salió en la portada de la revista que se iba casar-contestó la señora
                          
-Si, ¿Cómo la encontraron a mi esposa? - pregunto él 
                          
- Levana nos dijo que la habían atacado unos maleantes- contesto el esposo de Rose
                          
-Es cierto eso Levana- me pregunto Ryan mirándome
                          
-Si- conteste bajando mi mirada, quería escapar huir de ese demonio.
                          
Después de eso Relish le entrego cheque, ellos no querían aceptar, pero tuvieron que hacerlo por la insistencia de él por haberme cuidado, por suerte la señora Rose no menciono nada del embarazo.
                          
Me encontraba en el auto las puertas estaban con seguro y las ventanas igual, el miedo se apoderaba de mi por lo que me haría, hasta el momento iba callado su mirada estaba al frente del volante 
                          
Cuando bajamos del auto me jalo del brazo bruscamente a dentro de la casa, su mirada reflejaba furia y su fuerza que ejercía en mi brazo era fuerte.
                          
-Ahora si que vas pagar por todo lo que has hecho-dijo mirándome a los ojos y sin soltarme. 

                          
-¡Me lastimas! ¡Suéltame!- grite porque su agarre era demasiado fuerte.
                          
-Tu lo has buscado al escaparte, te advertí y ahora va hacer peor-dijo y soltándome 
                          
Retrocedí unos cuantos pasos para correr sin embargo fue mas rápido y cargándome a la fuerza me llevo  a la habitación lanzándome al suelo, por instinto me lleve la mano al vientre recordando al bebe que crece en mi interior.
                          


                          
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Queridos lectores comunicarles  que estaré actualizando la historia cada cinco días .