Me comporté bien en todo lo que duró mi turno en la cafetería, las personas eran amables, eso hizo que me sintiera un poco más como en casa.
Cuando terminé con mi turno y agradecí poder salir a tomar aire porque los aromas de algunas comidas me disgustaban, fui hasta donde estaba Emilia, ella estaba en un descanso de una sesión de fotos paró para almorzar aunque ya era tarde para eso, así que la acompañé un ratito.
-¡Que lindo ese collar! No pasaste tres días acá que tenes un admirador secreto-Emilia elevó sus cejas entre risas-¡que lindo!
-No... No es alguien de acá, es la persona a la que dejé sola allá-tomé aire y lo solté, pensar en eso me hizo mal-mejor, mejor voy a recorrer, hay mucho para mirar, nos vemos después, ¿sí?
Ella asintió con la cabeza y la saludé con la mano para irme a ver lugares nuevos, uno de los motivos míos para viajar era para poder conocer, explorar, socializar, ver arte, mucho, finalmente iba a hacer la cola enorme para entrar al Museo del Louvre, admiraba la estética de pirámide que se veía desde todos lados, iba a ver pinturas, objetos y antigüedades.
Me dieron un mapa enorme y recién ahí caí en la dimensión que tenía el museo.
Caminando y con un mapa en mano me perdí, me di cuenta de que me había pasado eso porque había agarrado el mapa en francés, después conseguí uno en español.
Habían obras muy antiguas, la Venus de Milo, La Victoria alada de Samotracia, La virgen de las Rocas, la Dama Auxerre, el retrato de Luis XIV, pero nada me interesó más que ver a La Gioconda, pintada por Leonardo da Vinci en el año 1503, era una obra del periodo de Renacimiento.
-Así que también te gusta el arte-una persona me habló y volteé para ver de quien se trataba-soy Benjamín por si no te acordas-él esbozó una pequeña sonrisa- los días que tengo franco sigo recorriendo esta ciudad llena de arte e historia
Elevé mis cejas sorprendida.
-Yo estudié arte francés cuando era chica, mis favoritos son Claude Monet, Marc Chagall, Amedeo Modigliani.. Y de otros lados Jackson Pollock, Andy Warhol-asentí con la cabeza y también le sonreí- sé de arte francés pero no se hablarlo, me descargué una aplicación en el celular para empezar a entender lo básico
-Espero que eso pueda ayudarte, cualquier cosa podes acudir a mi-elevó sus cejas, supe de inmediato que estaba siendo coqueto conmigo, pero yo no estaba para eso en este momento, no quería.
-Por el momento no quiero nada de citas y eso...-se lo aclaré de entrada- primero quiero poder encontrarme en este nuevo país
-Tranquila, entiendo.. Es todo nuevo, primero queres hallarte.. Eso sí, no puedo negar que sos una mujer hermosa, además las argentinas.. Son únicas-cuando me dijo eso último me sonrió, después me guiñó un ojo- no pienso ser un denso, se dar espacios, además vamos a trabajar juntos, no quiero incomodarte
-Todo bien entonces-asentí con la cabeza- igual.. Nunca es malo tener buena compañía, ¿vamos por un café?
-Vamos-él me hizo señas y aceleré el paso para salir del museo.
Caminamos bastante hasta llegar a el Café de la Paix, una de las cafeterías parisinas más conocidas.
-Dos cafés y dos macarrons-Benjamín repasó lo que íbamos a pedir y asentí con la cabeza, él después le habló al mozo en francés- es mi primera lengua, el español es mi segunda
-¿Pueden ser tres macarrons para mi?-lo interrumpí, él asintió, después volví al tema de antes- pero hablas español re bien-me sorprendí.
-Dicen que cuando sos chico aprender es más fácil, sostengo esa postura, soy el resultado-él se señaló, ambos nos sonreímos.
Cuando quise darme cuenta ya que había hecho tarde, saludé con la tarde a Benjamín y volví al departamento, Emilia aún no había llegado, me entró una llamada perdida de Eugenia, tomé aire, lo solté y me decidí a ser valiente, cuando estaba por llamarla me agarró un mareo, sentí que todo mi alrededor estaba dando vueltas, ¡¿que mierda?!
Corrí al baño y terminé sentada en el piso sintiéndome frágil, lo que nunca.
Quería un abrazo de esos fuertes con mis amigas.
Aún sintiéndome mal llamé a Eugenia, cuando ella me atendió nos vimos cara a cara.
-No soy un fantasma, pero tu cara parece como si hubieras visto uno boluda-esas fueron sus primeras palabras.
-Hola Eugenia, hola Chinita de mi corazón, ¿porque tanta insistencia con las llamadas?-fui directo a lo que quería saber, no estaba con mucha paciencia porque hace tan solo minutos había estado con nauseas.
-¿Ahora no puedo extrañarte?-ella se rió y después siguió riéndose aún más, pero noté que era una risa nerviosa-¿Candela te contó que yo fui la encargada de devolver las llaves de tu departamento?
-No.. No..-negué con la cabeza, ambas estábamos mirándonos gracias a las camaritas de los celulares-¿a que viene eso?
-Revisé todo tu departamento para ver si te habías olvidado algo y te habías olvidado esto-Eugenia levantó su mano mostrándome una caja.
-¿Y? Me olvidé remedios para el dolor de cabeza-suspiré- me vendrían muy bien en este momento..
-¡No estúpida! ¡Es tu caja de pastillas anticonceptivas!-Eugenia me miró firmemente a los ojos- está nueva, NUEVA... Sin abrir
Inmediatamente me puse a hacer cuentas mentales, lo cual no me ayudó en nada porque yo era malísima en matemática, siempre había sido mala.
Todo mi alrededor volvió a girar y dejé el celular hacia un lado porque me agarró nuevamente nauseas, me había puesto muy nerviosa.
-Chinita soy un quilombo con la organización de horarios y fechas pero.. Lo que me estas diciendo.. ¿me estás diciendo que hasta hoy no tomé ni una puta pastilla anticonceptiva?-la miré extrañada, después de esas palabras me agarró mucho pánico.
-Sí La... Hay posibilidades de que estes embarazada...-sus palabras me resonaron en el interior de mi cabeza, ¿yo?
No, no podía ser, nunca, nunca soñé o deseé algo igual.
¿Cómo pude ser tan estúpida y volada?
Viví mi vida de manera demasiado hippie.Cuando Emilia llegó también lo hizo con Mery.
-¿Que podemos cocinar hoy?-Emilia nos miró a las dos, pero yo estaba pensando en todo menos en la ceja- puedo hacer un arroz con verduritas, ¡que envidia Lali! Seguro comías paella todo el tiempo
Ellas se rieron, traté de volver a la realidad.
-¿Que pasa Lali?-Mery me dio un pequeño codazo- estas demasiado callada, con nosotras cero timidez eh, estate tranquila
-Estaba teniendo un día tranquilo hasta que me llamó una amiga de España y... Puede que esté embarazada-solté eso y me atraganté con el agua que había tomado, ellas se me quedaron mirando no entendiendo nada- fue un error mío, pero ahora que lo pienso no es.. No es tan descabellado que lo esté.. Solo.. ¡Solo cagaría todos mis planes!
Me agarré la cara con las manos mientras me agarraban ganas de llorar, finalmente me quebré, rompí en llanto y me puse a temblar del nerviosismo.
Las chicas intentaron todo para que me calme, me dijeron que habían pedido helado, en ese estado de completo desborde emocional bajé a pagarle al hombre que había traído nuesto pedido, cuando abrí la puerta el cuerpo se me paralizó, estaba frente a mi, mojándose con la lluvia, estiró sus brazos y me lancé hacia él completamente sensibilizada, lo rodeé con los míos, ¿porqué me había seguido hasta éste lugar?
-Peter...-lo llamé con la respiración acelerada, él rozó su nariz con la mía-volvé allá Peter...
-No...-negó con la cabeza- ahora sí estoy donde tengo que estar
Sus palabras me sensibilizaron aún más, no pude hacer otra cosa que llorar, abrazándolo debajo de la lluvia, mientras en el fondo de todo se alcanzaba a ver solo la puntita de arriba de la Torre Eiffel.
ESTÁS LEYENDO
La-liberal
FanfictionIbiza es el escenario donde Lali Esposito se reencontró con el compañerito del colegio que toda la vida la molestó, siempre lograba fastidiarla, la sacaba de sus casillas, él se divertía, ella no, solía volver a su casa llorando, la mayoría de los n...