Todos conocen la historia de amor de la cantante que fue a formar parte de la familia de Fórmula Uno y terminó enamorada de uno de los pilotos promesas de Gran Bretaña. Pero una serie de malas decisiones tomadas por ambas partes hacen que su amor se...
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ALICE HILL
Tanto Carlos como Lando se habían quedados paralizados cuando escucharon que alguien me estaba buscando. Victoria y yo teníamos miradas cómplices y ambas sabíamos de quién se trataba.
Matthijs De Ligt no se iba a dar por vencido yan rápido, pero lo que no sabía probablemente era que Lando y yo habíamos vuelto.
–Ya vuelvo–les habló a todos para empezar a caminar con destino al vestuario.
Siento como una mano coge mi brazo y hace que gire lentamente hacia esta persona.
–¿Voy contigo?–me pregunta el inglés con un tono bastante serio.
Bueno bueno, esta faceta de Lando siendo novio celoso nunca la había visto.
–Si gustas, pero no me voy a tardar mucho la verdad–le respondo con una pequeña sonrisa.
El inglés no me responde, sólo empieza a caminar a mi costado y tomados de la mano. El trayecto hacia los camerinos fue bastante tranquilo, nadie hablaba y yo lo agradecía bastante.
Solo faltaban unas horas para que yo pueda volver a Los Ángeles y vivir mi vida tranquila en compañía de mi novio.
Una vez al frente del vestuario del que parecía ser de la Juventus, el de seguridad nos hace una seña para que pasamos y ahí está la imagen del compatriota de Max Verstappen recién bañado.
–¿Me llamabas?–le pregunto al jugador y al percatarse de la presencia del inglés, una sonrisa de oreja a oreja se forma en su rostro.
Como si esto fuera un juego para él.
–Sí, pero no esperaba ver a un piloto de Fórmula Uno contigo. Sobretodo porque me dijiste que habían terminado hace unos días–habla sin temer a las consecuencias el número cuatro de la Juventus.
–Pues para tu mala suerte, justo volvimos después de que te vio–le responde mi novio para luego darme un beso en la cíen.
¿Alguna vez han visto a los perritos orinar en su árbol para así marcar territorio? Pues así era como exactamente me sentía.
–Bueno ya–hablo para calmar las aguas–El partido estuvo muy bueno Matt, te felicito por tus jugadas.
–Gracias Al–me responde con una pequeña sonrisa–La verdad te había llamado a buscar porque mi amigo y yo queremos invitarlas a ustedes a cenar.
