10-Provocacion de Malfoy

                                    

                                          
"Pobre muchacho, escuché sobre ti" El profesor Flitwick miró a Mike con simpatía, "Te aseguro que nadie en Hogwarts se atreve a discriminar tu sangre".
                          
Mike se sorprendió cuando escuchó el sonido, luego sus ojos estaban rojos.
                          
Inmediatamente se dio cuenta de que el profesor Flitwick estaba hablando de lo que sucedió antes en el Bar del Caldero Chorreante. No esperaba que llegara a los oídos del profesor tan rápido. El mundo mágico británico es realmente pequeño.
                          
Mike casi se olvidó de este incidente, siempre sintió que no era una persona que guardara rencor y lo denunció en el acto.
                          
Pero la apariencia todavía es algo por hacer. Afortunadamente, décadas de experiencia en la vida le han dado habilidades de actuación perfectas.
                          
Flitwick casi se rompió cuando vio la apariencia agraviada de Mike, pensando que era el mismo que el niño antes que él porque su sangre de hada era discriminada por las personas que lo rodeaban.
                          
Pero su temperamento era muy malo en ese entonces, sin importar quién fuera, mientras Flivy sintiera que lo ofendía, sacaría su varita y le pediría que comiera una comida en llamas.
                          
No fue hasta que ganó el campeonato de duelo que su temperamento mejoró lentamente, porque nadie se atrevió a ofenderlo más.
                          
"Oh, pobre chico. Está bien, está bien ahora" El profesor Flitwick extendió la mano y acarició el corto cabello rubio de Mike.
                          
"Gracias,Profesor Flitwick. Eres la primera persona que me trata bien" Mike se secó las lágrimas que no existían.
                          
Después de otra charla entre los dos, Mike se despidió del profesor Flitwick.
                          
"¡Muchas gracias, Profesor Flitwick!" Mike se inclinó profundamente ante Flivi, "¿Puedo preguntarte de nuevo en el futuro?"
                          
"Por supuesto, hijo mía, la puerta de mi oficina siempre estará abierta para ti, date prisa o te perderás el almuerzo". Flitwick sonrió y asintió con la cabeza a Mike, y pareció pensar en algo, luego parpadeó extrañamente hacia Mike. Parpadeó, "Por cierto, Mike, no experimentes con la magia en el salón, estropeará el salón. Puedes ir al octavo piso y deberías ser recompensado".
                          
"Gracias, Decano."
                          
Después de despedirse de Flitwick, Mike caminó solo de camino al restaurante, la trágica venta de hace un momento valió la pena.
                          
No solo consiguió su propia solución al débil poder mágico, sino que también consiguió la promesa de que Flitwick lo apoyaría.
                          
Lo más importante es que Flitwick le dio permiso.
                          
El octavo piso es el piso donde se encuentra la Casa de los Menesteres, las últimas palabras de Flitwick indudablemente implican que puede entrar en la Casa de los Menesteres. De esta forma no tendría que preocuparse de que Dumbledore dudaría de él cuando entrara en respuesta.
                          
No es que Mike fuera demasiado cauteloso. Según el trabajo original, el castillo de Hogwarts en sí es un objeto mágico. Es probable que el director mismo tenga derechos de vigilancia sobre las instalaciones de la escuela.
                          
Estaba pensando, Mike ya había entrado en el restaurante.
                          
Había tantos pequeños magos cenando en el restaurante. Mike casualmente encontró una mesa y se sentó. El plato frente a él enseguida mostró comida humeante: estofado de patatas y pan blanco.
                          
"¡Mike! ¿Qué estás haciendo estos días? Siempre queremos encontrarte".
                          
Mike miró hacia la voz y vio al salvador tres de pie frente a él.