*Narra Rachel*
Me sentía abrumada con toda la situación de Jaden y el beso ¿que pretendía con aquello?Me dolió escuchar su historia de como le rompieron el corazón pero yo no debía ser aquella que repare un corazón roto,su corazón roto.
Lo que más molestaba era haberle correspondido,eso solo haría todo más confuso e incómodo entre ambos,el solo intentaba confundirme y no lo lograría,mi corazón tiene dueño desde que tenía diez años solo que ahora tiene una intensidad y cariño distinta a la de entonces y él no cambiaria eso.
No quería hacerle daño a Jaden pero no iba a corresponderle de la misma forma que él espera que lo haga.
Es cierto que me siento atraída y quizás eso sea la única razón por lo que seguí aquel beso,pero al recordar a quien verdaderamente amo todo aquello se esfumaba por completo.
Para liberar mi mente decidí ir hasta la casa de Sammantha,no sin antes darle millones de gracias a mamá por aquel vestido que ansío que mi chico de rulos me lo vea puesto esa tarde del baile.
Jamás había estado en casa dé Sammantha ya que nunca antes fuimos amigas,ni nos llevábamos del todo bien,y al llegar hasta su entrada me quedé sorprendida por lo enorme que era.
Cuando golpee aquella puerta la rubia me hizo saber de su presencia abriéndome con una perfecta sonrisa.
Antes de poder decir algo se lanzó sobre mi dándome un gran abrazo.
Solía ser muy expresiva,lo noté,algo más que agregar a la lista de cosas agradables de Sammantha Obrien.
-RACHEL HASTINGS-dijo señalándome con un intento de enfado por su parte-El ser amigas significa ser siempre sincera con la otra, incluso con cosas que hacen que nos sintamos incapaces de hablarlos con nadie.
Tenía razón.
-Lo siento tanto-dije en un susurro y a punto de ponerme a llorar como toda una sensible.
-Ven aquí Tecita-dijo envolviéndome en un tierno abrazo.
-Un momento-la aleje-¿como me llamaste?
Ella empezó a reír.
-Rachel a partir de ahora eres Tecita-contestó divertida.
-¿¡Y eso por qué!?
-COMO NO TE PUEDE GUSTAR EL TÉ,ES QUE NO LO ENTIENDO-dijo gritando a los cuatro vientos.
Recuerdo aquella vez en mi casa cuando se ofreció en prepararme algo caliente para tomar,le dije que con un café estaba bien y ella me preguntó si no tenía Te,le respondí que me parecía asquero y que por eso no lo comprábamos en casa y fue demasiado gracioso ver su reacción por decir aquello,Sammantha era una obsesionada con todo tipos de té,según ella su favorito era el de frutilla,me dijo que lo probase pero me negué a lo cual conseguí hacerla enfadar y ofenderse al mismo tiempo.
-Rubia que no es para tanto-sonreí.
-¿QUE NO ES PARA TANTO?
Reí y procedimos a entrar.
Al entrar a su casa quede sorprendida,era muy elegante pero un poco siniestra para ser sincera,tenía cabezas de animales por toda su sala de entrada,y un aspecto un poco escalofriante,la paredes eran todas blancas y unas que otra con decoraciones en ellas de cuadros,al llegar a su cocina empezó a preparase un té como obsesiva que era y observé un estante completamente llenos de ellos y de todo tipos,desde té verde hasta de mango y melocotón,me asqueé de solo pensarlo.
-Ansio que llegue la tarde del viernes-dijo más que entusiasmada.
-¿Ya le pediste a Jaime que vaya contigo?
Ella negó con la cabeza.
-Lo pienso hacer esta misma noche-respondió mientras empezaba a prepararse su té de Frutos rojos.
-Oh pues entonces me voy yendo tienes que preparar todo para cuando llegue.
Ella rio negando la cabeza.
-iremos en la madrugada al lago,es romántico.
-Oh claro ir al lago donde no hay absolutamente nadie y donde están alejados de toda la gente y en horas de la madruga ¿segura que no piensas cometer homicidio?
Ella rio como loca.
-Rachel y sus ocurrencias-sonrió divertida.
Se empezaba a hacer más de noche y tenía que volver a casa así que después de un buen rato de charla con la rubia decidí que era hora de volver.
Al llegar hasta la esquina de mi cuadra observé a alguien esperándome en mi entrada,pero como soy medio ciega no distinguí de quien se trataba.
Di unos pasos más hasta llegar a una a proximidad en las que mis ojos pudieran notar quién era.
August.
Estaba abrazado a sus piernas eso no era buena señal,al acercarme más el noto mi presencia y su mirada me demostró que estuvo llorando.-Ey Romeo ¿que tienes?-indague mientras lo envolvía entre mis brazos,sentados en los asientos de mi entrada.
Él sollozaba con dolor.
-Rachel..-dijo apenas en un susurro.
Me dolía,me dolía verlo en ese estado.
-Tranquiló,estoy aquí-agarre sus rulos entre mis manos,se que eso a veces lo calmaba.
Odiaba no saber que le pasaba,siempre era así,y sabía que presionar no ayudaría en nada,solo si él quiere contarme lo podría ayudar pero casi nunca lo hacía o si lo hacía en realidad no sabía si esa era su verdadera verdad.
-¿Quieres que entremos?-pregunte luego de unos largos minutos en el que mis dedos acariciaban su cabeza apoyada sobre mis piernas.
Después de unos segundos asintió levantándose para entrar.
Al entrar observé una nueva nota de mamá diciendo que salía y que no la esperara despierta.
Esta vez no aclaró que saldría con amigas así por un momento sentí ilusión de que estuviese viendo a alguien,ya era momento de que su corazón volviese a sentir.
Prepare dos tazas de chocolate caliente para ambos.
-Se que te preguntas porque estoy así y odio no poder decírtelo.
Me acerqué a él hasta chocar miradas llenas de sentimientos y coloqué mi mano en su pecho.
-Jamás te presionaré para que me cuentes que te sucede,solo cuando estés listo y quieras hacerlo,me lo dirás.¿bien?
El asintió lanzándome una perfecta y hermosa sonrisa de calma para ambos.
-Nunca te lo eh dicho aunque lo sabes pero Te amo más que a mi vida Rachel Hastings.
Es cierto que no lo decíamos en voz alta,aunque ambos lo sabíamos perfectamente.
Aunque de mi parte ese Te amo no es como se lo dirías a un amigo,no sé si por su parte también lo sentirá así,desde que Sammantha me confesó aquello en aquel baño del cine mis sentimientos dieron un giro inesperado hacia el,pero nunca salió de su parte decirme si lo que sentía por mi también iba más allá que una simple amistad.
Escucharlo decirme decir aquello me hizo no solo sonrojarme si no sentirme llena y feliz.
Quería besarlo,decirle que lo amaba más que un amigo,pero los miedos se apoderaban de mi,evitándolo.
-También te amo Romeo-Ambos nos dimos un abrazo llenó de amor y quizás de algo más,yo quedaba envuelta debajo de sus brazos y allí me volvía a sentir tan pequeña y completa a su vez,sabiendo que todo iría bien si estábamos juntos.
-¿puedo quedarme aquí esta noche?.
-Creí que eso ya era obvio.
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"Una triste tarde de octubre"
Teen FictionDos amigos y más que eso,un secreto que puede desatar más que dolor y tristeza. Octubre época de cambios y quizás de transformaciones mucho más allá de lo emocional. ¿Que secreto oculta aquel chico y de que tanto teme que salgas a la luz? ¿Y si aque...