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el zumbido vespertino del tráfico de seúl llenaba el ambiente, calentando las aceras con sus odiosos motores, el olor a gasolina persistía durante demasiado tiempo. era esta hora en la que a menda le gustaba visitar su cafetería favorita, quedándose hasta altas horas de la noche disfrutando de su propia compañía. el dulce olor del café no hacía más que relajarla, despejando su cabeza de las preocupaciones de ese día y navegando constantemente por su computadora, intrigada por los cotilleos y las cosas que aparecían en su feed. como todos, era una adicta a las redes sociales, siempre es la primera en ver los nuevos posts de sus ídolos favoritos o las cosas de tumblr. sus ágiles dedos siempre estaban trabajando; a veces tenía que hacer una pausa de todo el tecleo profuso debido a calambres repentinos. su pequeño dispositivo rectangular era lo más importante para ella, guardaba todo lo que había escrito o las confesiones que tenía que soltar. nadie la vería sin el. en cuanto a hoy, esta vez no estaba sola. la acompañaba su mejor amiga, mei, que tenía una cita para tomar un café. 
al entrar en la pequeña cafetería, el aroma de la cafeína llegó al instante a sus fosas nasales. 
mei gimió. "dios, que ganas tengo de tomarme una taza grande de lo de siempre."
menda asintió con la cabeza, también había tenido un día agotador. rápidamente miró a su alrededor para ver si su mesa favorita estaba ocupada, y para su desgracia, así era. "no es para tanto," pensó.
la cafetería estaba bastante concurrida hoy, la gente charlaba en diferentes rincones, con una taza de café a su lado y una computadora portátil delante. menda se imaginó que ese era su aspecto cuando estaba en la misma posición: ojos desorbitados y postura perezosa. 
"menda, ¿vas a pedir algo?" habló mei, agitando la mano delante de menda. 
"oh sí, lo siento. una taza de café negro por favor, mediano."
"que asco, nunca entendí cómo podías soportar un sabor tan fuerte," mei contorsionó una cara agria, encogiéndose ligeramente ante la imaginación de un valor tan atrevido. 
menda se encogió de hombros con indiferencia. "es que me gusta."
encuentran su sitio en una zona estrecha justo detrás del mostrador principal, todavía visible para la puerta principal. justo cuando se acomodan, menda empieza a sacar su computadora, manipulando la información. 
"así que anoche pasó algo.." empieza mei, jugueteando con sus dedos.
menda miró la cara de mei, con expresión aburrida. el pelo de mei apenas le llegaba a los hombros; negro y liso, liso como un palo. menda no pudo evitar envidiarla un poco. mei tenía una bonita cara en forma de corazón, su piel siempre brillaba y la luz parecía darle siempre en todos los puntos adecuados. era guapa y bajita, mientras que menda podía ser igual, pero siempre se sentía como una versión rebajada. 
menda se vio rápidamente en el reflejo de su portátil: podría ser idéntica a mei si tuviera el pelo mucho más corto y los ojos más oscuros. menda dio gracias a dios por los ojos color avellana que había heredado de su madre y por los fantásticos genes capilares que había recibido de su padre. aunque le gustaría ser más alta y tener los labios más grandes, estaba satisfecha consigo misma. 
"anoche fue una noche sexo para mi," susurró mei, con la paranoia de que la gente la oyera. 
menda estuvo a punto de escupir el café en su taza. "¿qué?" jadeó, todavía sorprendida. 
menda sabía en su interior que no era una gran sorpresa, lamentablemente para confesar. a mei le encantaba ser el centro de atención y utilizar la ventaja de ser despampanante al máximo. pero, sin embargo, hay cosas que no se le ocurren a mei hacer como tal cosa. no es que fuera tan malo, pero es bueno ser precavida.