11.- Las dudas

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HALLIE.

Me acerque hasta quedar frente a él. —¿Que eres realmente, Sebastián Kenner?

La mirada del castaño era confusa, parecia no entender mi pregunta, lo cual me ponía más histérica de lo que ya estaba.

—¡Responde!, ¡¿Qué eres?!

—¿De verdad no lo sabes? — se acercó —. Creí que todo sobrenatural sabia reconocer a otros, sobre todo sabiendo lo intuitivas que son las banshees.

Mi respiración se aceleró al escuchar la palabra banshee salir de sus labios. Él lo sabía, él sabe lo que soy.

—¿Co...como lo sabes? — estaba tan confundida y consternada que las palabras sé que quedaban atascadas en la garganta —. ¿Cómo... como puedes saber que soy una banshee?

—Es bastante obvio, la verdad. Cuando naces en este mundo, aprendes a detectar con rapidez— avanzó otro paso —. Además, tu olor es diferente al del resto, saber que eras sobrenatural fue algo sencillo, aunque nunca había conocido a alguien como tu antes.

El aire apenas entraba en mis pulmones y todo a mi alrededor comenzo a dar vueltas. Esto no podía estar pasando, durante años mi madre me ha dicho que todo lo que involucra al mundo sobrenatural es peligroso, atemorizante y retorcido, que a pesar de que creas que este mundo es genial, la oscuridad que esconde puede ser el camino a la destrucción.

Y ahora estoy a solas en el bosque con un chico que también pertenece a este mundo, y por lo que parece, conoce bastante de este.

—No, no, no, esto no es bueno— balbucee mientras me llevaba las manos a la cabeza —. Tu no deberías estar aquí, tu familia no debería estar aquí.

—¿Por qué?

—Ustedes, todo lo que tiene que ver con ese mundo es malo, destructivo— lo mire fijamente, con el corazón en la garganta —. Yo... ustedes...

Las voces en mi cabeza comenzaron a hablar, advirtiendo, gritando, rogando y pidiendo diversas cosas, frente a mis ojos aparecían pequeños puntos negros mientras escuchaba a los lejos la voz del ojiverde.

—Hallie, ¿estas...

Todo se volvió negro.

SEBASTIÁN.

Rápidamente alcance a tomar el cuerpo inconsciente de la rubia antes de que cayera al suelo. ¿Pero qué mierda?, ¿cómo es que no sabía que yo soy un sobrenatural?, ¿acaso no ha estudiado lo básico de nuestro mundo? Definitivamente no entiendo a esta chica.

La alcé mejor para cargarla y llevarla a casa, necesitaba respuestas de ella, y no pensaba aguantármelas. Hallie Branson es todo un misterio.

Al llegar al jardín trasero de casa me lleve la sorpresa de ver a mamá y papá, estos al verme quedaron sorprendidos.

—¿Qué le paso? — preguntó mamá mirando el rostro de la chica inconsciente en mis brazos.

—Se desmayo después de enterarse que soy un sobrenatural.

—¿Qué?, ¿ella no lo sabía?, creí que las banshee eran intuitivas— soltó papá con extrañeza.

—Pues parece que Hallie es la excepción de las banshees.

Entramos en la casa, mamá me indicó que dejara a Hallie recostada en lo que esperábamos que despertara. Axel entró en la cocina con una taza en las manos, su ceño era entre extrañado y cómico.

—Sabes que hay una banshee inconsciente en nuestro sillón, ¿verdad?

—¡Vaya, Axel!, si no nos dices no lo habríamos sabido— rodé los ojos.

Lazos Perversos [Libro 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora