Incertidumbre

                                    

                                          
Un par de días después del festival, dos eventos paralelos llegaron al punto de inflexión que los obligó a interactuar, en pro de algunos, en contra de otros.
 
El Emperador recibió a un mensajero del pueblo mongol con una invitación para reunirse con el Rey Mongol Temuyín, ambos monarcas sabían que una guerra entre ambos pueblos llegaría a ser inminente si la expansión de ambos territorios continuaba, por lo que era el momento oportuno para crear lazos de amistad y crear tratados de paz que garantizaran la prosperidad de ambos pueblos.
 
El Emperador Tianlong suspiró con duda, bien podría ser una trampa de los mongoles para deshacerse de él y conquistar sus territorios, pero, por otra parte, no ir sería una declaración de guerra directa, no tenía otra opción, ahora sólo debía determinar, quién iría con él.
 
Tianlong mandó a llamar a sus dos hijos, ambos chicos entraron y se inclinaron ante él, el Emperador los analizó lo más objetivo posible, los amaba a los dos, tenía la certeza de que cada uno tenía sus cualidades, y en base a ello debía elegir adecuadamente.
 
- Tao, Zhao, saben por qué los llamé ¿cierto? - comenzó el Emperador.
- Temuyín del clan mongol lo ha invitado a visitarlo- aseguró Tao.
- Padre Imperial, eso podría ser una trampa- comentó Zhao.
- Lo sé, lo pensé también- confesó el Emperador.
- Pero si no lo es, puede ser un tratado beneficioso para ambas partes. - indicó Tao.
- Es una apuesta, incluso si no es una trampa, no podemos asegurar que lo que los mongoles quieran sea algo que no podemos darle- continuó Zhao.
-  Un intercambio o delimitación de territorios es un pequeño precio por la paz de los civiles- defendió Tao.
- ¿O la paz a cambio de un matrimonio con tu Hermana Imperial? - sugirió Zhao.
- Uno dice que no vaya, el otro que sí, la incertidumbre es la peor compañía de un Monarca y es la única fiel- se lamentó Tianlong en un suspiro.
- Si Padre Imperial decide ir, no puede ir con guardia baja- cedió Zhao con algunas ideas formulándose en mente.
- Al menos la mitad de la Guardia Imperial debe acompañarlo- sugirió Tao.
- Será difícil lidiar con las provisiones, un tercio de la Guardia, lleve a Primer Hermano y al General Liu, que lo acompañen algunos eruditos y Ministros también, la caravana será así más ligera y menos intimidante. - sugirió Zhao, era una resolución rápida y brillante, no se podía competir contra el cerebro de Zhao, Tao lo entendía de vez en cuando, y el Emperador lo tenía claro como el agua.
 
- Iremos con esa formación, Tao me acompañará en su armadura junto al General Liu, Zhao se quedará y lidiará con los asuntos de estado. - concluyó Tianlong.
 
Ambos chicos asintieron y reverenciaron a su padre antes de marcharse, no se dirigieron la palabra en todo el camino, ambos lo sabían, era una prueba, si Zhao fallaba como Emperador interino, su carrera por el trono terminaría dejando el paso libre a Tao, si Tao fallaba como Príncipe emisario, no le darían la oportunidad de probar su valor en la corte, para acortar su camino a la victoria, tendrían que lograr que el otro fallara en su misión.
 
Por otro lado, la Emperatriz leía y releía la carta de Chu Xian, una sorpresiva carta solicitándole reunirse con ella para asegurar el trono a Tao, más por curiosidad que por interés, Baimei citó a Xian ese mismo día.
 
Ambas mujeres se reunieron en un quiosco sobre un estanque en el ala privada de la Emperatriz, las sirvientas les llevaron té y bocadillos, no parecía una reunión nada especial, solo una hija de Chu y la Emperatriz.
- Es un hermoso día soleado para tomar el té- dijo Xian.
- Un hermoso día soleado para que expliques tu presencia frente a mí- dijo Baimei desafiante, Xian sabía que sus intenciones podían ser malinterpretadas por lo que le debía una explicación a la Emperatriz.
La chica bajó su taza de té y se preparó para hablar.
- Su Majestad, si me lo permite, me temo que usted tiene en mente pronto llamar a mi prima, Chu Lian, para ejercer como su Dama de Compañía- dijo Xian segura, recordando la sonrisa de satisfacción de Baimei ante la respuesta de Lian en la tarde que compartieron juntas.
- ¿Es así?- cuestionó Baimei alzando una ceja.
- Y creo que es una mala idea, Chu Lian no es apta para acompañar a la Emperatriz- continuó Xian, Baimei rió con ganas.
- Detente ahí, tus palabras me divierten, ciertamente me interesa Chu Lian, mas no como mi Dama de Compañía, sino como futura esposa de Tao...- dijo Baimei, Xian no pudo disimular su gesto de impresión e ira. -... creí que ese era el tema que deseaba discutir conmigo el día de hoy, pero veo que no es más que una chiquilla tonta, vuelve a casa Chu Xian.- dijo Baimei haciendo un ademán para que Xian se marchara.
- ¡Con mayor razón debe evitar que eso pase!- exclamó Xian rehusandose a irse, Baimei la miró fastidiada. -... Chu Lian es malvada y solo traerá desgracias al Primer Príncipe.- continuó Xian despertando la curiosidad de Baimei.
- ¿Que quieres decir?- 
- Dudo que usted lo sepa, pero el día del festival, Chu Lian deliberadamente huyó de la mano del Segundo Príncipe, me temo, que su relación es más íntima de lo que imaginamos- soltó Xian, Baimei frució el ceño y permitió que Xian se volviera a sentar.
- ¿Li Zhao?- 
- Desaparecieron por bastante tiempo, y reaparecieron juntos, tengo la seguridad de que si permitimos que Lian se case con el Primer Príncipe eso resulte fatal para el Príncipe Tao, no dudo que desde ahora Lian esté conspirando con el Segundo Príncipe para tomar el trono.- sentenció Xian.
Baimei quedó pensativa, Zhao siempre tenía como interferir en sus planes, ya venía siendo hora de quitarlo del camino.
- Li Zhao... la cabeza de todo impedimento para Tao es él, sin Zhao, Lian no será problema...- reflexionó Baimei.
Xian sonrió, su plan había funcionado, la Emperatriz quitaría del camino a Zhao, a Lian y por su ayuda la recompensaría con aquello que más quisiera: Li Tao.
- ¿Hay algo que yo pueda hacer?- ofreció Xian.
- Sí, escúchame con mucha atención Chu Xian.- comenzó la Emperatriz.