II

                                    

                                          
Aquel chico azabache la cuido y le consiguió un uniforme para cambiarse. Parecía ser un buen chico. La dejo en el pasillo que dirigía al salón de la chica.
                          
-Espera -Dijo antes de que el chico se alejara más.
                          
-¿Qué sucede? -Dijo volteando a verla.
                          
-Gracias y... ¿Puedo saber tu nombre? -Pregunto tímidamente. El chico sonrió ante esto.
                          
-Dime Ravn -Dijo para darse la vuelta y seguir caminando. Cuando lo perdió de vista sonrió y se dirigió a sus salón.
                          
De cierta forma había valido la pena perder la clase, no solo por que conoció a Ravn, sino que la clase había sido cambiada por matemáticas, ella no se llevaba bien con ellas, pero no solo eso, su profesor no le agradaba, había algo en su forma de verla que le causaba repulsión.
                          
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Ravn era un año mayor que Sook, era conocido por ser amable y apuesto, pero más que nada por rechazar a toda chica que se le declaraba. No tenia las mejores notas de la escuela, pero dentro de su salón era de los puestos más altos. 
                          
El chico vivía rodeado de amor. En su casa se encontraban sus papás que trabajaban desde casa para poder pasar tiempo con sus dos hijos. Al igual que contaba con el amor sobreprotector de su noona. En la escuela siempre había encajado ganándose siempre el afecto de todos. Se podría decir que era como un chico sin problemas, trataba a las personas como ellas lo trataban a el. Nunca se preocupo por nadie que no fuera su familia o su segunda familia. Su segunda familia consistía en un pequeño grupo de amigos. Este estaba formado por Seoho, Leedo, Keonhee, Hwanwoong y Xion. El compartía clases con Seoho y Leedo ya que eran de la misma edad, mientras que Hwanwoong y Keonhee eran un año menores y Xion era dos años menor que Ravn. En fin, Ravn nunca se había preocupado por alguien que no fuera su familia... Hasta ahora. El aseguraba que aquella chica no se había caído por accidente, alguien debió empujarla. No se la había vuelto a encontrara en toda la semana, era un tonto, debió haberle preguntado su nombre cuando ella se lo pregunto a el. Dio un fuerte suspiro mientras dejaba sus palillos y se revolvía el cabello. Sus amigos lo miraron algo curiosos y confundidos, aseguraban nunca haber escuchado un suspiro por parte de este.
                          
-¿Todo bien? -Pregunto Hwanwoong a su lado. El asintió dudoso.
                          
-Parece que alguien se enamoro -Dijo Xion burlándose.
                          
-No digas tontearías -Dijo Ravn.
                          
-No son tontearías, mi hermana suspira de esa forma cada que se enamora -Dijo Keonhee apoyando a su menor.
                          
-Entonces... ¿Quién es la pobre alma en pena? -Dijo Seoho uniéndose a sus menores, haciendo reír a Leedo.
                          
-No les incumbe -Dijo cruzándose de brazos evitando la mirada de sus amigos. Esta acción hizo que Xion rompiera a carcajadas.
                          
-¡Ni siquiera sabes su nombre! -Dijo tratando de controlar su risa. Los cuatro chicos no pudieron evitar soltar unas pequeñas carcajadas. Ante esto Ravn se mordió el labio mientras seguía sin mirar a sus amigos, lo que dio a entender que el pequeño Xion tenia razón. Sus amigos contuvieron sus risas.
                          
-¿Al menos sabes en que aula va? ¿O no es de esta escuela? -Pregunto Leedo. Ravn se puso a pensar y a pensar, movía los ojos de arriba a abajo, pensó unos segundos y después negó. Recordaba haberla dejado en el pasillo donde se encontraba el aula de Hwanwoong y Keonhee, pero no supo en que salón ingreso.
                          
-Solo se que va en onceavo grado, pero no en que grupo -Suspiro frustrado. Tomó sus mejillas recargando los codos en la mesa mientras daba pataditas-. Olvide preguntarle su nombre y ya va una semana que no la veo -Volvió a suspirar recostando su cabeza en el hombro de Hwanwoong. Este le dio unas palmaditas en su mejilla reconfortándolo.
                          
-No debe ser difícil encontrar a alguien en esta escuela -Dijo Keonhee mirando a sus amigos.
                          
-No sé, pero no creo que ella se sienta como yo, solo nos hemos visto una ves -Dijo un Ravn desanimado.
                          
-¿Qué? -Preguntaron todos al unísono. Ravn se escondió en el cuello de su amigo evitando la mirada de los presentes.
                          
-Ravn -Le susurro Hwanwoong ya que todos esperaban una respuesta de su parte. El azabache  se separo de su amigo y reposo su mentón en su mano derecha,
                          
-¿Recuerdan cuando no entre a la clase de química?
                          
-¿Te saltaste las clases? -Pregunto Xion asombrado.
                          
-Solo a esa clase... Ese día la encontré en los pasillos, tenia los brazos y las piernas raspadas. Dijo que se había caído, pero no creo que se haya caído por un descuido... Pienso que tal ves la empujaron, si se hubiera caído por descuido solo se hubiera raspado las piernas, pero tenia el uniforme completamente sucio y tal ves esto no tenga nada que ver, pero trataba de ocultar que tenia los ojos llorosos. No importa por donde lo vea, definitivamente la empujaron. Aparte ¿Quién es tan descuidado como para caerse y terminar de esa forma? -Dijo pasando su cabeza de su mano derecha a la izquierda.
                          
-¿Y si no la empujaron? -Pregunto Leedo ganándose una mirada asesina por parte de Ravn.
                          
-¿Y yo que se? ¡No soy adivino! -Los chicos rieron ante esa declaración.
                          
Si bien no sabia su nombre y tampoco sabia en que aula estaba, sabia como lucia, y su rostro es algo que no podía quitarse de la cabeza.
                          
Sus amigos planeaban como encontrarla mientras el no dejaba de mirar de un lado a otro tratando de localizarla, pero no la veía, no importaba si la buscaba ahí o en cualquier otro lugar, o si la buscaba en la entrada y salida del colegio, no la veía. Y eso le dolía. Por alguna razón sentía la necesidad de escuchar su voz y ver sus ojos, también quería ver su sonrisa, seguido la imaginaba sonriendo. Su sonrisa fue algo que no pudo ver aquel día, pero estaba seguro de que  su sonrisa debía ser hermosa, incluso más que todas sus fantasías juntas.
                          
Para mala suerte de nuestro protagonista así pasaron unos días mas hasta que la volvió a ver. Sin embargo, le aterro la forma en como la encontró.