Say Something pt2

                                    

                                          


                          
"Say something, I'm giving up on you, I'll be the one, if you want me to, Anywhere, I would've followed you"
                          
"Di algo que me estoy dando por vencido contigo, Yo sere el indicado si tu quieres que lo sea, a cualquier lugar yo te hubiera seguido"
                          


                          
Cuando fue el turno de Matthew solo pudo ir hacia la ventana incapaz de ver a su pequeña niña que llego a su vida hace más de 4 años tan llena de luz y vida, con ojos de asombro, siempre curiosos y con ganas de aventuras, postrada en cama, dando sus últimos alientos de vida.
                          
"Cuando te conocí supe que eras lo que siempre habría querido, demasiado callado para mi bien, tú eras la voz que me hacía falta, cambiaste los nombres de la Avenida, del Estanque de los Barry's y cambiaste mi vida, cuantas aventuras viviste, me duele que no hayas experimentando todas las aventuras que el mundo tenía preparado para ti, todos tus sueños, yo fui la primera persona de Avonlea que te conoció y yo fui la primera persona que te amo, que afortunados fueron las personas que experimentaron por lo menos una pizca de tu amor y bondad" Matthew se acercó a ella mientras pequeñas lagrimas corrían por sus mejillas en silencio, después de todo era el silencioso Matthew." Pero, Anne mi niña, tienes tanto que ofrecer, no puedes morir, hay tantas aventuras para ti y quiero sentarme a escucharlas por muchos años más a la luz del fuego cuando nos vengas a ver después de esas largas aventuras, pero si no lo haces tienes que saber que eres amado, eres tan increíblemente amado y eres tan libre y sé que tu elegirás tu próxima aventura, sea aquí en la tierra con nosotros o más allá de lo que alguna vez imaginamos, solo tu mi niña podría tener la más grande aventura de todas" 
                          
Y Matthew lloró tan ruidosamente después de eso, que todos en la casa se les rompió aún más el corazón al escuchar los sollozos, el callado Matthew, el que nunca había querido llamar la atención, lloraba y lloraba, pero ¿Quién podía juzgarlo? Su pequeña niña estaba muriendo. 
                          


                          


                          


                          
Cuando Gilbert bajo del tren espero ser recibido por Bash con una enorme sonrisa como siempre, pero fue recibido con una mirada de tristeza mientras negaba con la cabeza y lo abrazaba.
                          
"¿Qué pasa? ¿Es algo malo? Esperaba poder ir a Green Gables primero, pero si hay algo urgente puedo ayudarte" dijo Gilbert con preocupación
                          
"Es ahí donde vamos, lo siento, hermano" Dijo Bash mientras unas lágrimas se le escapaban.
                          
"¿Qué pasa Bash?¿Matthew volvió a tener problemas del corazón? Necesito ver a Anne, me necesita" 
                          
"No es Matthew, pero definitivamente Anne te necesita, hermano, Anne está muriendo" sollozo Bash
                          
Gilbert palideció terriblemente "¿Qué? ¿Cómo puedes decir eso? Si es una broma es una muy terrible" dijo mientras le temblaba la voz
                          
"Nunca podría jugar con algo así, es fiebre de tifoidea, la fiebre no ha bajado desde hace una semana y media, no creen que pase de hoy "
                          
De repente las rodillas de Gilbert se doblaron debilitadas, Bash lo recogió y lo ayudó a subir al Buggy. Gilbert ni siquiera notó nada en su camino, estaba en shock, no fue hasta que pudo ver a Green Gables que reaccionó, bajó de un salto del Buggy y fue directo a la casa del amor de su vida. 
                          
Cuando Gilbert entró a la casa todo estaba hecho un caos, en la casa se escuchaban gritos Marilla y Diana buscaban más paños y Matthew traía más agua fría, cuando entró a una habitación su corazón se detuvo.
                          
Anne estaba alucinando por la fiebre y trataba de luchar, lanzaba patadas y quería arañar, Roy y Cole trataban de agarrarla para evitar que se hiciera daño así misma