Capítulo • 26 •

                                    

                                          
El Oficial identificado como Cho Kyuhyun, fue herido esta madrugada frente al cuartel de las fuerzas especiales de a policía de seúl. Justo al tiempo en que Kim KongHoon, elemnto del mismo cuerpo policial fuera secuestrado por cuatro hombres en un auto de color negro. 
                          
Lo que pocos explican es la negligencia de la seguridad que se presumía ser tan estricta en las Fuerzas Especiales.
                          
Todas las miradas se quedaron atentas a las noticias, Minji empalideció enseguida, su corazón se cayó al suelo, la respiración se le detuvo y tomó de vuelta sus maletas mientras corría hacia la puerta del tren. 
                          
— Quiero bajarme— habló con la voz entrecortada, la señorita en la entrada la miró con una expresión insegura.
                          
— Pero señorita, no puede...
                          
— ¡Quiero bajarme ahora!— gritó de forma alterada, atrayendo la mirada asustada de varios pasajeros— Por favor... ¡Es mi hijo del que están hablando! 
                          
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— ¿Cómo te sientes?— la pregunta se Siwon le arrancó a Donghae una amarga y sarcástica risa.
                          
— Una de las peores redes que hemos enfrentado asesinó a Hyukjae y ahora, 
secuestraron a mi amigo. ¿Cómo crees que me siento?
                          
Siwon agachó la mirada, afuera había reporteros intentando descubrir lo que había ocurido, el asesinato de Hyukjae y el secuerto de JongHoon eran noticia en casi todo el país, lamentablemente, más por la incopetencia de la policía que por lo ocurrido. 
                          
— Minji— Donghae jadeó mientras corría hacia la mujer de cabello rosa que se dirigía hacia él con el semblante completamente confundido. 
                          
— Donghae, ¿qué pasó? Vi las noticias, ¿dónde está Kyuhyun?— preguntó de forma apresurada. 
                          
— Lo llevaron al hospital, lo golpearon en la cabeza.
                          
— ¿Cómo pasó todo? ¿Qué ocurrió exactamente? ¿por qué se lo llevaron?— Minji estaba al borde del llanto, era extraño verla perder la cordura, pero en esos casos... Realmente su preocupación era más que justificable. 
                          
— No lo sé, estaba esperándolo en la oficina cuando... JongHoon había cruzado la calle para tomar un descanso. 
La mujer abrazó al chico, Donghae intentó consolarla.
                          
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Minji se perdió en la taza de café entre sus temblorosas manos, el reloj marcaba las ocho de la mañana en punto. Escuchó pasos acercándose, y cuando la puerta se abrió, pudo ver una pequeña luz de esperanza en el horrible túnel de angustia que estaba viviendo. 
                          
— ¡Kyu!— el castaño llevaba una curación arriba de la ceja derecha, estaba más pálido que de costumbre—. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Quiénes son esas personas que tienen a mi JongHoon?
                          
A Kyuhyun se le llenaron los ojos de lágrimas. 
— Minji....
                          
Con cada palabra, con cada explicación, a Minji se le retorcían las entrañas, el corazón se le hacía puño y sentía una gran impotencia que la comía viva. Se dejó ir en llanto, desesperada por las malas jugadas de su mente en un momento tan crítico con ese. 
                          
— ¡No!— gritó— ¡Esas personas tienen a mi niño! 
                          
La madre de JongHoon cayó al suelo, Kyuhyun intentó levantarla, intentó decirle que no se preocupara, y que traería a Jong a salvo... Pero ni siquiera sabía si sus palabras podían ser verdad o mentira. Con Horangi no podía saberse nada. 
                          
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Kyuhyun miró con detenimiento el reloj de JongHoon, desde que se lo había dado en año nuevo, casi siempre lo llevaba con él, incluso en esos días dónde no se habían hablado en lo absoluto. 
Minji estaba charlando con Ji Chul; Siwon y Kai indagaban en las poquísimas cosas que él había podido decirles sobre las personas que se llevaron al pelinegro.