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Fue bastante sorprendente ver a alguien como Tsumiki en la clase lugar que "S" era. Y no obstante lo impresionado que estaba de verla fue y se acercó a saludarla.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Langa con curiosidad y extrañeza. Al igual que él, Tsumiki parecía un poco pasmada de toparse con alguna cara conocida en ese sitio.

— Vengo a ver a mi amiga patinar —contestó y con un ademán dio a entender que hablaba de la chica de cabello verde chillón—. Parece que hoy tiene una carrera... O algo así.

— Hmm, entiendo. Nunca te había visto aquí antes.

— Es primera vez que me atrevo a venir.

— Oh, pero si tú eres Hasegawa — intervino la chica de pelo verde volteándose hacia ellos con patineta en mano—: el chico lindo que patina en el colegio. No me sorprende verte aquí.

— Hola —le saludó un poco, tal vez bastante, cohibido.

— ¿Cómo sabes su nombre? —inquirió Tsumiki con perspicacia y repentino interés.

— Mi tierna Tsumiki, sé el nombre de todos los chicos guapos de la escuela. Ese es mi trabajo —confesó ella inflando el pecho de orgullo.

— Pff, debí suponer —expresó la otra entornando los ojos bajo las finas y redondas gafas.

— De cerca eres más impresionante —comentó la de pelo verde mirándolo de hito en hito apreciando la diferencia de altura entre los dos.

— Gracias —balbució Langa con timidez y rubor.

— ¿Es verdad lo que dicen? ¿lo de que te criaste en Canadá? A ver, dime algo en inglés.

— Mino, lo incomodas —la retuvo Tsumiki con juicio en su tono. Vaya, así que la chica guapa de cabello verde y brillante como el neón se llamaba Mino.

— ¿Cómo me dirías que soy linda en inglés? —insistió ésta inclinándose hacia él.

— Mino —le advirtió Tsumiki.

— ¿Todos los canadienses son igual de guapos? —continuó, meciendo sus largas y espesas pestañas negras en el proceso.

— Ay, detente, mira, está rojo de la vergüenza —mencionó Tsumiki agarrándola del antebrazo para hacerla entrar en razón de alguna forma. Mino miró el ruborizado rostro de Langa y se detuvo en su sonrisa incómoda.

— ¡Qué tierno! —no pudo evitar decir en voz chillona.

— Discúlpanos —dijo Tsumiki con gentileza, tirando a la otra chica de la cabeza forzándole una reverencia—: es así, simplemente no siente pena.

— Des... Descuida... —respondió Langa cortado.

— Ahora discúlpate — le ordenó a Mino con severidad y sin soltarla.

— No quiero —respondió la otra como una niña.

— Discúlpate —repitió con un tono aún más áspero.

— Perdón —dijo finalmente con resignación. Parecían madre e hija.

— Muy bien.

— Está bien, no es nada... —trató de decir Langa que de pronto se percató de algo en su entorno y no supo muy bien qué hacer.

— Wow Tsumiki, ¿viste sus ojos? ¿Cómo pueden ser tan claros?

— ¡Mino!

Volteó a mirar a su alrededor y entre los corros de gente que se amontonaban como charcos en todo el espacio, no vio a Reki por ninguna parte.

Silly Boy Feelings ❀rengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora