cinco

                                    

                                          










                          
Después de que sonara el timbre de fin de clases, Nora corrió hacia la salida para reunirse con Scott y Stiles, este último se encontraba preocupado por la desaparición de Heather y su cabeza no paraba de crear las mil y una situaciones en la que se podía encontrar la rubia.
                          
— No quiero que te tomes a mal lo que voy a decir — habló la pelirroja, al momento que empezaron a caminar los tres juntos por el pasillo — pero, ¿ estás seguro que no se fue por ahí con otra amiga o amigo, quizás?
                          
Soy una perra sin corazón.
                          
Stiles la observó, parecía como que estaba pensando en las palabras exactas para contestarle para luego soltar un suspiro.
— Estoy seguro, Nora — la chica asintió con la cabeza — Creo que la secuestraron para convertirla.
                          
—¿Quiénes? — preguntó Scott, confundido— ¿los Alfas? 
                          
—Según Derek, es fácil con adolecentes — explicó Stiles.
                          
— Pero piénsalo bien, Stiles — volvió a hablar Nora — ¿ Por qué una manada de Alfas querría a una adolescente Beta? 
                          
—No lo sé, Nora, no lo sé — le contestó de mala manera, la pelirroja estaba sorprendida por la manera que le había contestado al igual que el hombre lobo — no me importa, esta chica... — suspiró — Nuestras madres eran amigas antes de que la mía muriera, nos bañabamos juntos cuando teníamos tres años. Debo encontrarla — explicó, deteniéndose en medio del pasillo, haciendo que sus dos amigos se detengan también.
                          
— Entonces, Isaac tendrá que recordar — dijo Scott.
                          
—¿Cómo? — preguntó incrédula — Peter y Derek no lo lograron, se los digo yo que estaba presenciando todo el show.
Scott y Stiles se observaron por unos segundos, Nora los miraba sin entender hasta que los dos, al mismo tiempo, giraron sus cabezas hacia ella— Oh — dijo, al darse cuenta — me encantaría ayudar, en serio, pero todavía no controlo todo mi poder y no quiero quemar el cerebro de Isaac.
                          
— Está bien, Nora, no te preocupes — contestó Stiles — ¿Conocen a otro hombre lobo con un truco mejor? 
                          
—Quizás no un hombre lobo — dijo Scott— sino alguien que sepa mucho sobre ellos.
                          
Deaton. 










                          
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—No, me niego a que congelen a Isaac — espetó Nora.
                          
Los tres adolecentes se encontraban en la veterinaria junto a Deaton, Derek e Isaac, al parecer la única forma de que Isaac recupere su memoria era metiéndolo en una gran bañera con hielo hasta que entre en una especie de trance.
                          
— No es tu decisión, Nora — le contestó su primo, cruzándose de brazos— Además, no voy a congelarme. 
                          
—¿ Cuánto debemos reducir su ritmo cardíaco? — preguntó Derek.
                          
—Mucho.
                          
—¿ Cuánto es mucho? — preguntó la pelirroja.
                          
—Casi muerto 
                          
Oh por dios, si mamá se llega a enterar me mata.
                          
— Pero es seguro, ¿verdad?— esta vez fue Isaac el que hizo la pregunta, se notaba preocupado.
                          
—¿Quieres que te sea honesto?
                          
—No, la verdad que no.
                          
Un sonido extraño llamó la atención de todos alli, cuando giraron a ver de dónde provenía se encontraron con Stiles, el cual se había puesto un guante de látex.