Capítulo 44: La gran noticia

                                    

                                          


                          
Jungkook entró por la puerta de la casa de sus padres, olía delicioso, y ellos que escucharon la puerta se acercaron a recibirle. Ellos eran cariñosos entre sí y en cuanto les presentó a Yoongi trataron de mostrarse cercanos también.
                          
A penas pasaron cinco minutos desde que llegaron y sonó la puerta, eran los amigos del menor. Ellos entraron y saludaron a los padres del chico que conocían desde hacía muchos años pero se extrañaron al ver a Yoongi.
                          
-Traemos el postre –dijo Jin.
                          
-Espero que no sea como el último postre –dijo la madre de Jungkook y todos se echaron a reír.
                          
-Para que estuviera rico nos hemos asegurado de comprarlo y no dejar que nadie quemara nada –dijo Taehyung.
                          
Yoongi se sentía un poco fuera de sitio, pero Jin trató de ser más amable y sonriente, le había notado incómodo.
                          
-A la comida le quedan 20 minutos, id a dejar las cosas –dijo la madre.
                          
Ellos hicieron caso, fueron en grupo a la habitación del policía y dejaron los abrigos. Hacían comentarios que Yoongi no entendía, de amigos, de años que se conocían, aunque para él parecían hablar en clave, no se estaba enterando de mucho y en cierto modo se arrepintió de haber ido.
                          
-Vamos a ayudar a mi madre a poner la mesa.
                          
-Sí, vamos –dijo Namjoon.
                          
-No, tú mejor ve al sofá sin tocar nada –dijo Jin bromeando.
                          
Yoongi estaba en la puerta así que fue el primero en salir seguido de ellos dos, pero Taehyung cerró la puerta justo cuando iban a salir él y Jungkook.
                          
-¿Qué está pasando Yonghee?
                          
-Yoongi, Taehyung, que se llama Yoongi.
                          
-Eso... joder... como sea.
                          
-Es mi amigo también ahora –dijo Jungkook.
                          
-Claro, y al del pelo gris no le has invitado... ¿Cómo se llamaba?
                          
-Necesitas hacer ejercicios para tu memoria.
                          
-Da igual... Este es el que te gusta... ¿Es tu amigo de verdad o...?
                          
-Nos hemos besado –dijo Jungkook, eso era lo que quería saber y hasta que no se lo dijera no le iba a dejar salir del cuarto.
                          
-¿Os habéis...? Jungkook... Pero...
                          
-No lo sabe nadie más, así que no hagas bromas en la comida, no quiero que mis padres se enteren... Y pórtate bien con él.
                          
-Es que me cae un poco mal, te tenía siempre deprimido.
                          
-Eish... Pórtate bien, ahora estoy bien –dijo y salió de allí.
                          
Yoongi notó que se habían quedado a solas y miró la puerta cuando se abrió. Vio salir primero al menor y detrás el otro que le miró directamente. Aquello le intimidó un poco y buscó mirar a otra persona, encontrándose con Jin que no sabía por qué, pero estaba riéndose muy fuertemente de algo.
                          
La comida pasó, todos hablaban, se preguntaban entre todos, también a Yoongi ya que se enteraron de que estaba involucrado en el caso de Jungkook, pero al ver que le preguntaban algunas cosas que sabía que eran incómodas para él, el policía cambiaba de tema.
                          
Por la tarde todos los amigos de Jungkook se despidieron, incluido Yoongi, pues él quería huir un poco y poder ver a su madre biológica. No hubo nada especial entre ellos, un abrazo como todos los demás y un adiós.
                          
Por la noche se mensajearon, era más fácil para ellos escribir cosas bonitas que decírselas a la cara, además se mandaban emoticonos amorosos.
                          
Al día siguiente Jungkook iniciaba en su nuevo puesto de trabajo y por la noche los compañeros decidieron salir a celebrarlo, casi no pudieron hablar, pero se echaron de menos.