[9] - Graves problemas xd

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Dorrego

Mientras toda esa escena en el río transcurría, Dorrego ya había terminado de ducharse unos cuantos minutos atrás, se había puesto su traje y estaba dispuesto a ir a hablar con San Martín respecto al ascendado de su puesto, sin embargo mientras se dirigía a la cabaña del General, encontró que el toldo de Belgrano había quedado abiero

—Ja, apuesto a que tiene cuadros de hombres desnudos para su autodeleite—

Dijo el guerrillero para si mismo mientras el rencor hacia Belgrano iba en aumento, celoso más que nada debido al especial trato y favoritismo de San Martín hacia él.

Con sigilo y precaución de que nadie estuviese cerca merodeando, Dorrego se hace paso al toldo de Manuel, esperaba encontrarse en el peor de los casos las ropas del general alrededor de su cama, pero no, por suerte, estaba todo muy oscuro y una sola vela de cera que se estaba a punto de consumir emanaba una luz muy débil, ésta llamó la atención del intruso y al agarrar dicha vela, encontró una carta al lado suyo.

—Esta caligrafía de señorita... es obvio que es suya—

Reía por lo bajo de una forma bastante siniestra mientras comenzaba a leer lo que decía la carta, sus expresiones iban variando, asco, repulsión, curiosidad, gracia, y las ideas le llovían al imaginarse todo lo que podría extorsionar al pequeño hombre con semejante humillación de confesión.

Satisfecho con lo leído, dobló el papel en cuatro y se lo guardó en su bolsillo para luego apagar la llama con sus dedos, salió del toldo y antes de que alguien lo viese, salió disparado a la cabaña del general, donde depositó el papel por debajo de la alfombrilla de pelo de alpaca que ayornaba su puerta, cumpliendo esto se esfumó de alrededor

A estas alturas Dorrego odiaba a Belgrano, y sabía que lo peor que podría ocurrirle a un hombre de renombre como él sería la pública noticia de su enfermedad, que el pobre San Martín quien había sido el elegido de la aberrante condición de Belgrano lo rechaze y eyecte del ejército, y si tenía algo de suerte, su ejecución.

Belgrano

Los dos amigos ("") iban hacia los toldos, luego de bañarse, en un medio abrazo iban caminando lentamente.

Llegaron al de Belgrano, San Martin le dió una palmada en la espalda y le sacudió el cabello sedoso y castaño.

—¿Seguro que no quieres el cannabis?—

Le ofreció por tercera vez a Belgrano

—Estoy bien, tranquilo—

Belgrano estaba anonadado con la mirada del general, siempre atento y amable

—Bueno, espero que te cuides macho—

Dijo San Martín

Luego en un impulso Belgrano acarició el hombro del hombre y fue muy rápido a su toldo ya que se puso incómodo y no sabía cómo reaccionar o pedir disculpas.
Esperó a que San Martín se fuera sin decir palabra.

Belgrano iba a tirar las cenizas de su carta cuando...

—¡¿Qué?!—

Notó que el cubo estaba vacío y la vela partida, se ve que en un movimiento rápido y brusco se partió.

Belgrano entró nuevamente en una crisis nerviosa y comenzó a tirar todo, la banqueta de madera y su pobre escritorio, tenía un toldo bastante privilegiado a diferencia de los negros indios, y tenía más cosas para desahogarse.

|Enfermo| [SAN MARTÍN X BELGRANO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora