Luego de años de contener sus emociones, Kageyama Shigeo, también conocido como Mob, al fin es libre de sentir lo que lo lleva a descubrir que tiene sentimientos hacia su maestro, Arataka Reigen, quien es mucho mayor que él. Pero también descubrirá...
Se pasó la mano por la cara para limpiar el sudor a pesar del frío de inicios de octubre. Reigen lucía visiblemente ansioso e irritable mientras intentaba leer los correos en su ordenador.
—¿Cómo sigues, Reigen?—le preguntó Serizawa muy preocupado.
—Mal. Hoy ya son tres días fumando sólo uno diario y siento que voy a volverme loco.
—¿Estás dejando de fumar?—Tome no estaba al tanto aún.
—Sí, se lo prometí a Mob—contestó y se sintió algo avergonzado por nombrar al chico.
El sonido de los aplausos hizo que levantara la vista del ordenador, un tanto confundido.
—Felicitaciones por tu progreso, Reigen-san.
No pudo evitar ruborizarse, a causa de la abstinencia le era difícil disimular sus emociones. Les sonrió mientras se frotaba la nuca. Sin embargo, creía que había escogido un mal momento para dejar de fumar. Pensar en Mob le causaba mucha ansiedad y no saber nada de él por un mes era demasiado estresante. Suponía que el chico se encontraba bien, de lo contrario, Hoyuelo le habría dicho algo. Pero esto no le bastaba, sobre todo con lo que ocurrió entre ellos. Sólo podía suponer que Mob lo odiaba y que, tal vez, no había tenido el valor para denunciarlo. Porque se sentía como un criminal. Cada vez que se miraba al espejo, su reflejo le gritaba "pedófilo". Amaba a Mob, pero no quería lastimarlo. Su situación actual era frustrante.
Ya era suficiente, necesitaba aire fresco y tenía cita con un cliente. Se despidió en forma breve y se marchó. Hoyuelo se apresuró a hablar con los otros dos.
—El diez es el cumpleaños de Reigen.
—¡¿Su cumpleaños?!—exclamó Tome.
—El año pasado se peleó con Shigeo y tuvo que pasarlo solo. Tal vez este año sea igual—dijo con una sonrisa burlona—. Me voy, debo alcanzar a ese charlatán para evitar que se meta en problemas.
Salió dejando a Tome y Serizawa muy sorprendidos.
—¿Pasó su cumpleaños solo?—Serizawa miraba el escritorio de su superior—. Me cuesta creerlo. Tal vez deberíamos regalarle algo. ¿Qué regalo crees que sería bueno,Tome?
La chica sonrió con picardía.
—Mob-kun.
—Sí, Reigen lo extraña mucho y Kageyama no ha venido a verlo desde que renunció.
—Creo que podríamos organizarle una fiesta sorpresa e invitar a Mob-kun.
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El club de mejora corporal realizaba sentadillas bajo la mirada atenta de sus sempais que se graduaron en la primavera. Los chicos estaba orgullosos de ver cómo su antiguo club había crecido tanto y gracias en parte a Shigeo quien había inspirado a los nuevos a unirse en busca de mejorar su estado físico igual que él. Gouda aprovechó el momento para postularlo como vicepresidente a lo que todos accedieron gustosos. El chico, con las mejillas sonrojadas, agradecía el nombramiento.
