Here's how you can assess the credibility of conference speakers and presenters using logical reasoning.

Un orador debe fomentar la sabiduría más allá de la inteligencia; la diferencia radica en que la sabiduría implica un conocimiento amplio, histórico, creativo y atrevido, capaz de visualizar el presente ideal (el futuro). Este proceso se manifiesta cuando emerge conocimiento que conecta a todos los oyentes en un mismo canal de entendimiento. Esto es posible cuando el orador posee un historial que denota dominio en diversas áreas, un interés excepcional por el conocimiento diverso y una comprensión profunda de múltiples opiniones. Más allá de un antecedente visible en un currículum, debemos evaluar el historial de un orador por el brillo de su discurso y cómo sus palabras cobran vida. Para ello, se requiere una mente creativa y disruptiva.

Hoy en día, existe una tendencia a utilizar palabras de moda y conceptos populares en redes sociales, convirtiéndose en una urgencia por aprender y aplicar. Sin embargo, estos conceptos suelen carecer de un estudio profundo y crítica adecuada, lo que resulta en un análisis superficial. Quien se guía solo por el sentido común, sin análisis crítico, corre el riesgo de llegar a conclusiones superficiales. Debemos evitar imitar el uso de palabras que crean una red de simulaciones. Un buen orador toma cada concepto y término en su contexto profundo, sin adornar el discurso solo para parecer brillante. Un discurso efectivo debe generar duda, criterio y creatividad en la audiencia. Evitemos solo informar, y comencemos a hilar conocimiento.

Debemos ser cautelosos con la supervivencia de grupos cerrados, ya que tienden a crear subjetivamente “personas brillantes” que se recomiendan entre sí, protegiéndose por carisma u otros atributos sociales. El verdadero “genio” podría estar en otra parte. ¿De quién provienen las recomendaciones? Es crucial que provengan de diversas fuentes: profesionales, académicos y técnicos, no de un solo grupo. Los comentarios de pares deben trascender el mismo entorno y recibir validaciones de distintos sectores. Esto asegura que el orador tenga recomendaciones diversas que eviten “conflictos de interés”.

Cuando preguntes debes identificar lo siguiente: Un buen orador tiene una habilidad de ir “más allá de los datos”, los datos son hechos y fotografías factuales de un momento y lugar; pero estará en el gran estudio profundo e histórico de por qué ese dato existe, porque ocurrió, qué hechos conectan con ese dato particular. Experiencia y pensamiento estructural deben ser elementos indispensables por sobre la simple opinión. El Storytelling va más allá de la narración, es una arquitectura de los hechos que ilustran a la audiencia. Ojo a las respuestas de un Orador luego de terminar su presentación. Estará calificado por sus respuestas más allá de su trabajo, todos preparan sus slides, el verdadero reto es el arte de enfrentar preguntas.

Para empezar, si un orador depende demasiado de las diapositivas y las lee, demuestra que no está lo suficientemente preparado. En realidad, las diapositivas deben ser puntos de apoyo específicos que destaquen visualmente el contenido para reforzar la memoria del público a medida que avanza el discurso o la ponencia. Una palabra bien expuesta genera imágenes mentales y activa la fibra asociativa del espectador durante el discurso. Cuidado con las diapositivas: pueden ser aburridas y, en muchos casos, solo sirven para adornar una presentación sin contenido sustancial.