¡Ya está hecho! ¡Es hora de montar! Envuélvete en licra, conecta tus pedales y sal de la ciudad. Serpentea por carreteras tranquilas con poco tráfico. Conduce hasta que las casas sean más pequeñas y las señales de vida industrial sean escasas y distantes. Y luego: Inhala el aire fresco. Sol, prados y campos. ¡Hola Brandeburgo! Es hora de deslizarse por el asfalto donde los coches solitarios solo se cruzan en tu camino de vez en cuando. Ocasionalmente, pasarás junto a otro fugitivo de la ciudad que te saludará con un rápido y serio movimiento de cabeza mientras pasa en bicicleta. Y rápidamente olvidarás que pasaste tu día en una metrópolis de tres millones y medio de habitantes. Por cierto: No importa dónde empieces, tenemos algo para ti en todas las direcciones. Hacia el sur hasta Potsdam, hacia el norte a través de Mehrow, o alrededor de cualquiera de los aeropuertos—cada uno de estos circuitos inundará tu cerebro con hormonas de la felicidad, y querrás montarlos una y otra vez.

Actualización: Hemos añadido algunos circuitos de 100k para esas largas noches de verano.