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Bahréin: Poner fin a los ataques contra manifestantes pacíficos

Al menos cinco muertos y cientos de heridos; el último ataque parece haber sido planeado desde altos niveles del Gobierno

(Washington, DC) - El rey de Bahréin, Hamad Al Khalifa, y el ministro del Interior, Shaikh Rashid Al Khalifa, deben ordenar inmediata y públicamente el cese de los ataques mortales contra manifestantes pacíficos, señaló Human Rights Watch hoy. Los ataques dejaron al menos cinco muertos y cientos de heridos, algunos de gravedad, desde el 14 de febrero de 2011.

Human Rights Watch también pidió al rey Hamad explicar quién fue el responsable de ordenar el ataque del 17 de febrero las 3am en un campamento de manifestantes de Pearl Roundabout, en Manama, mientras que la mayoría de los que estaban adentro, incluyendo familias con niños, estaban aparentemente durmiendo. El Rey debe hacer rendir cuentas a los responsable del uso ilegal de la fuerza letal. El ataque, que dio lugar a tres muertes, involucró a cientos de policías antidisturbios y al menos un helicóptero, lo que indica que fue planeado y autorizado desde niveles muy altos del Gobierno, dijo Human Rights Watch.

"No hay absolutamente ninguna excusa para este uso excesivo de la fuerza letal y aparente mal uso de armas como gases lacrimógenos contra personas que duermen", dijo Sarah Leah Whitson, directora para Medio Oriente de Human Rights Watch. "El rey Hamad y otros altos funcionarios deben explicar cómo y por qué sucedió esto y hacer rendir cuentas a todos los que autorizaron y llevaron a cabo este ataque".

Alrededor de las 3 de la mañana, cientos de miembros de las fuerzas de seguridad rodearon y atacaron el campamento donde manifestantes se habían reunido pacíficamente el miércoles temprano. Testigos dijeron a Human Rights Watch que los miembros de la policía antidisturbios estaban armados con gases lacrimógenos, porras, y "perdigones". El reportero de la ABC-TV, Miguel Márquez, en una transmisión en vivo de la escena , dijo que la policía estaba "disparando toneladas de gases lacrimógenos" en el campamento. Momentos más tarde, Márquez fue golpeado por hombres vestidos de civil a quienes calificó de "sicarios".

Maryam al-Khawaja, quien trabaja para el Centro de Bahréin para los Derechos Humanos, se encontraba en una tienda para medios de comunicación enfrente de Pearl Roundabout cuando ocurrió el ataque. Dijo a Human Rights Watch que el ataque se produjo sin ningún aviso o solicitud para que se dispersaran. Al-Khawaja dijo que la policía rodeó el campamento por todos lados, lo que hizo imposible escapar de los gases lacrimógenos y armas de fuego. "Si ellos hubieran querido dispersar la reunión habrían dejado una salida", agregó.

Varios cientos de manifestantes fueron llevados al hospital Salmaniyya de Manama y otros al Hospital Estadounidense de Misiones. Nabeel Rajab, presidente del Centro de Bahréin para los Derechos Humanos, dijo a Human Rights Watch que cuando estaba en el hospital Salmaniyya por la mañana vio los cadáveres de tres personas asesinadas horas antes. Dijo que vio a muchos heridos, sobre todo en la cabeza.

Human Rights Watch también habló con un hombre que afirmó haber estado en Pearl Roundabout al momento del ataque, pero que pidió no ser identificado por razones de seguridad. Dijo que durante varias horas observó a la policía bloquear las ambulancias y los médicos para impedir que llegaran a los manifestantes atrapados. Estima que al menos 3,000 personas se encontraban en el campamento.

Como Estado parte del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Bahréin debe proteger y promover el derecho a la vida, la libertad de expresión y de asociación y el derecho a reunirse pacíficamente. Bahréin también debe cumplir con los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego, que establecen que la fuerza letal sólo podrán utilizarse cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida, y debe ser ejercida con moderación y en proporción a la amenaza.

Los Principios también exigen a los gobiernos "garantizar que se persiga como delito, en virtud de su legislación, el uso arbitrario o excesivo de la fuerza y armas de fuego por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley" y que "los altos funcionarios rindan cuentas si tuvieran conocimiento, o debieran haberlo tenido, de que los funcionarios bajo su mando están recurriendo, o han recurrido, al uso ilícito de la fuerza y armas de fuego, y no tomaron todas las medidas a su alcance para prevenir, eliminar o denunciar ese uso".

Los manifestantes ocuparon la zona de Pearl Roundabout después de que miembros de la policía atacaron las manifestaciones anteriores del 14 y 15 de febrero y mataron a dos manifestantes e hirieron a muchos otros.

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