El barrio Parque Cruz Conde cumplió en el 2017 medio siglo de vida aunque en el fondo es el más antiguo de Córdoba. Y es que está construido en la llamada Colina de los Quemados, la zona en la que hace 3.000 años se estableció un asentamiento humano dedicado a la explotación agrícola y metalúrgica que los turdetanos bautizaron como Corduba. Después, los romanos harían el resto hasta convertir a Corduba en la capital de la Bética y se ha documentado que en época islámica hubo en esta área un arrabal, con mezquita y hamman (baños) incluidos.
Han pasado 51 años desde que en 1967 se hiciera la primera entrega de viviendas en el Parque Cruz Conde, una zona de expansión urbanística de la Córdoba del siglo XX nacida al calor del PGOU de 1958 y ejemplo del desarrollismo de los últimos años del franquismo.
Por entonces estos bloques de edificios se encontraban en la periferia de la ciudad. Tras cinco décadas de planeamiento y de cambios en la fisonomía de la urbe, el Parque Cruz Conde está cada vez más cerca del centro.
Hoy residen en este barrio muchos de sus primeros habitantes, aquellos trabajadores y matrimonios jóvenes que en las décadas de los 60 y 70 buscaban una vivienda con precios más asequibles que en el centro y en una zona con un gran parque para que jugasen sus hijos. Muchos de ellos venían de los pueblos de la provincia en busca de mejores oportunidades laborales y pasaron a formar parte de aquel numeroso grupo de población que optó por abandonar la vida rural para amoldarse al nuevo estilo de vida de las ciudades.
Unos y otros se unieron hace varias décadas para crear un colectivo que con el tiempo ha ido ganando solera por su intensa actividad: la Asociación Vecinal Al-Ándalus, que el pasado año hizo un reconocimiento a los vecinos más antiguos del Parque Cruz Conde, los que llegaron en el 67 y que aún continúan dando vida a sus calles.
Los planes de barrio
Una de las señas de identidad de la asociación de vecinos ha sido la puesta en marcha de sus Planes de Barrio, planes de desarrollo estratégico que han sido pioneros en la ciudad y que han puesto sobre la mesa las necesidades específicas de quienes residen en esta zona de Córdoba.
Para el primero de estos planes, desarrollado en el 2001, se crearon «unas líneas de actuación que se han ido llevando a cabo por la reivindicación de la asociación de vecinos», como señala el presidente del colectivo, Carlos Ordóñez. Ordóñez reconoce que «estuvo muy bien hecho, como todo lo que se hace con pasión», y «de manos del Ayuntamiento y de nuestras reivindicaciones muchas de las cosas se han logrado».
El presidente de Al-Ándalus señala que hasta la fecha se ha conseguido el 95% de los proyectos previstos. Se trata de objetivos como el remozado de las calles, la supresión de las barreras arquitectónicas o la remodelación interior del Parque Cruz Conde, uno de los mayores de la ciudad y cuya actuación, que no estuvo exenta de polémica a cuenta, entre otras cuestiones, del firme que se iba a utilizar en el recinto, llevó a cabo el Ayuntamiento en el 2010.
Precisamente el Parque Cruz Conde, que lleva el nombre del alcalde bajo cuyo mandato se levantó este barrio, es, con sus catorce hectáreas, uno de los pulmones verdes de Córdoba y una referencia para los amantes del deporte al aire libre, ya que cuenta con un circuito deportivo señalizado, conocido como el del «Cola Cao» al que acuden vecinos de toda la ciudad. Pero es también una zona de reserva arqueológica de Córdoba, porque bajo su suelo está documentada la existencia de un asentamiento urbano del 3000 antes de Cristo.
Junto a este parque se encuentran otras grandes infraestructuras relacionadas con el ocio y la naturaleza, como son la Ciudad de los Niños, el Jardín Botánico y el Zoológico de Córdoba, todas ellas de titularidad municipal.
No obstante, aún quedan algunas cosas pendientes, como «volver a conseguir que haya una asociación comercial que pueda ir de la mano», aunque, «al ser vecinos, no conseguimos que los comerciantes peguen ese paso».
Se da la circunstancia de que en el barrio abunda el pequeño comercio, el de cercanía, muy en línea con el estilo de vida de los primeros residentes, poco acostumbrados a las grandes superficies.
Con los años, esa población ha ido envejeciendo. Unos ya fallecieron, otros han vuelto a sus lugares de origen y otros, como la población inmigrante que se estableció aquí hace unos años, tuvieron que marcharse por la crisis económica, como subraya el vocal de la asociación vecinal Juan Andrés de Gracia.
Sin embargo, se empieza a ver otro movimiento en el barrio, donde los precios de la vivienda son, en opinión de Ordóñez, «muy asequibles». «Hay mucha gente nueva que está llegando», pero también han vuelto al barrio quienes crecieron en estas calles y ahora se han ido a vivir «a los pisos de sus padres».
Con todo, el barrio cuenta con algunas de las más grandes infraestructuras de la ciudad, como el Teatro de la Axerquía, los Colegios Mayores, las pistas municipales de atletismo de El Fontanar o el complejo del Hospital Universitario Reina Sofía, una institución que genera un considerable volumen de tráfico, por lo que los vecinos demandan nuevos accesos al recinto sanitario.
A la actividad vecinal del barrio se suma la de la parroquia de San Pelagio, muy involucrada en el día a día del Parque Cruz Conde, y una de las «mas activas de la ciudad», según Ordóñez, ya que «fue fundada por jesuitas», quienes «han sido muy importantes en el desarrollo de este barrio, sobre todo por ETEA», que mantiene en esta zona su Universidad Loyola Andalucía, y que han sido «parte viva» de esta zona.
Flamenquín XXL
Si hay un lugar de encuentro en el barrio, conocido no solo por los vecinos del Parque Cruz Conde sino por toda Córdoba es «La cigala del Sur», un restaurante creado en 1978 que ha visto cómo ha ido cambiando la zona a lo largo de estas cinco décadas.
El restaurante abrió sus puertas de la mano de Valentín López Fernández y Juana Corona Ginés, hoy fallecida, alma mater de los fogones de esta casa conocida, sobre todo, por sus enormes flamenquines, de 43 centímetros de largo, y con 13 especialidades distintas.
Hoy este negocio ha pasado a manos de Valentín hijo, pero al igual que hacían sus padres sigue estando abierto a todos los colectivos del barrio, muchos de los cuales celebran aquí sus reuniones.
Un barrio con orquesta
A las distintas asociaciones que se han ido creando en el barrio, unas de carácter deportivo, otros de corte social y reivindicativo y otras de tipo cultural, se ha sumado una nueva formación, la Orquesta Joven Al-Ándalus, promovida por la asociación vecinal y por el Real Centro Filarmónico de Córdoba Eduardo Lucena.
Manuel Silva, presidente del centro filarmónico y miembro del colectivo de vecinos, señala que la formación se creó hace cuatro años con alumnos del conservatorio de grado medio, tanto de Córdoba ciudad como de la provincia. Los integrantes, niños y niñas de entre 9 y 14 años, se reúnen cada sábado en el antiguo colegio infantil Los Azahares para ensayar y dos veces al año ofrecen un concierto, uno en verano y otro en Navidad.
Ahora esta orquesta sinfónica, dirigida por Rafael Romero Gil y que cuenta con el respaldo del Ayuntamiento, ensaya nuevo repertorio, basado en bandas sonoras de películas y en música tradicional cordobesa.