¿Cuál es la mejor época para viajar a Polonia?

Las primeras semanas del año nuevo son muy tranquilas en Polonia. La emoción por la Navidad y la Víspera de Año Nuevo ya pasó, pero las temperaturas siguen estando por debajo de cero, por lo que la gente se queda en su casa viendo caer la nieve. Por eso, sin duda vas a tener que abrigarte bien si viajás en enero, que, a pesar de ser un mes frío, tiene varias ventajas. En Zakopane, por ejemplo, la temporada de esquí está en su mejor momento. Podés explorar el Alto Tatra y el paisaje que lo rodea (dominado por montañas pintadas de blanco) recorriendo las rutas de esquí nórdico de fondo, que salen de centros como Szymoszkowa y Nosal.

Si no te gusta esquiar, podés tentarte con un safari para admirar la vida salvaje en el Bosque de Białowieża. Cuando hay nieve fresca en el suelo, es mucho más fácil encontrar bisontes, ciervos y hasta lobos salvajes. Tené en cuenta que es necesario hacerlo con un guía local autorizado. Para explorar las zonas rurales, vas a necesitar un buen par de botas resistentes.

Las condiciones climáticas en Polonia siguen siendo muy frías en febrero, con temperaturas que no suelen pasar los 0 °C. Los días son cortos, pero cuando sale el sol, el tiempo es fresco y seco. Al igual que en enero, la mejor forma de aprovechar al máximo el invierno es ir a los pintorescos centros de esquí del sur. La cobertura de nieve es constante, y cuentan con pistas para esquiadores de todos los niveles, de principiantes a avanzados. Sin embargo, las pistas se llenan por completo en las vacaciones de invierno, por lo que quizá quieras viajar antes o después de esas fechas. Los montes Cárpatos del sur, cubiertos de nieve, también se pueden recorrer a pie. Lo único que necesitás son zapatos especiales y un buen guía que te indique el camino.

El jueves previo al comienzo de la Cuaresma, se le hace frente al clima frío con un festival calórico conocido como “Tłusty Czwartek” o “Jueves gordo” en español. Se realiza en todos los rincones del país y el objetivo es simple: comer todas las donas y facturas grasosas y dulces que puedas antes de que empiece el ayuno.

En marzo, empieza a subir finalmente un poco la temperatura, pero no mucho. De todas formas, vas a necesitar varias capas de abrigo para salir a recorrer durante el día, cuando las temperaturas máximas están entre los 0 °C y los 4 °C, ya sea que vayas a esquiar a Zakopane o a explorar ciudades como Varsovia o Cracovia. No es sino hasta finales del mes que se empiezan a notar los primeros signos de la primavera, como el deshielo de las praderas y las lluvias repentinas. Por eso, no te olvides de llevar una campera impermeable y calzado resistente.

En los centros de esquí del sur, ya no va a haber tanta gente, y es el momento ideal para aprovechar las tarifas de temporada baja. Otra opción es ir a Varsovia para asistir al “Fin de semana retro”, un festival de swing y blues que dura tres días y se realiza a principios de mes. El festival de cine Short Waves de Poznań también se hace en marzo, y los cines de toda la ciudad proyectan cortos.

Después del helado y largo invierno, en abril Polonia comienza a tener días más largos y un clima más cálido y soleado. Es muy bueno para los destinos populares, como Gdansk, Cracovia y Breslavia, que empiezan a recibir más visitantes a medida que pasan los días. En el sur, la llegada de abril indica el fin de la temporada de esquí y el comienzo de un largo período húmedo debido al aumento de las lluvias y la nieve derretida. Los ríos en las zona rurales pueden desbordarse en estas condiciones, así que meté ropa impermeable en la valija y asegurate de mirar el pronóstico.

El Domingo de Ramos y el siguiente fin de semana de Pascua son eventos destacados del mes en toda Polonia. Hay procesiones religiosas, rituales para pintar huevos y vidrieras repletas de tortas elaboradas en todas las panaderías. Otros eventos clave de abril son la semana de los restaurantes, el maratón de Cracovia y el día la memoria que se celebra el 19 de abril para conmemorar las vidas que se perdieron durante el levantamiento del gueto de Varsovia en 1943.

En mayo empieza la temporada alta de Polonia, pero no te conviene esperar mucho para viajar si querés evitar las multitudes. La temperatura durante el día ronda los 15 °C, y las plantas florecen creando paisajes urbanos vibrantes para contemplar desde las terrazas de restaurantes, cafés y bares. También vas a poder ver pájaros carpinteros en acción y otras aves migratorias cantando en los bosques de Polonia en mayo. Uno de los destinos más populares en esta época son los pantanos de Biebrza. En las regiones del sur, el tiempo es muy húmedo a medida que avanza la temporada de lluvias, así que no te olvides de llevar paraguas y ropa impermeable.

El clima primaveral viene acompañado de una gran variedad de festejos culturales en todo el país, como la feria Florianski en el barrio Praga de Varsovia, que se realiza en mayo. Vas a poder disfrutar de música en vivo, arte, mucha comida local y artesanías. Unos días después, en la pequeña ciudad de Częstochowa, se puede escuchar música religiosa de distantes denominaciones, mientras que el Festival de Música de Películas que se realiza en Cracovia y el carnaval Juvenalia, que se celebra en todo el país, se suceden uno después del otro a fines de mes.

En junio es seguro que va a hacer calor, pero también va a estar muy húmedo en casi todo Polonia, particularmente en Zakopane y en Varsovia. La temperatura puede pasar los 30 °C en los días más calurosos. Por eso, siempre llevá con vos protector solar y anteojos de sol, y quizá también quieras meter un piloto en la mochila por las dudas. Si estás de vacaciones en alguna ciudad, un buen consejo es visitar los lugares de interés más importantes lo antes posible para evitar las multitudes que llegan después del mediodía.

Lo mejor del mes para muchos locales es Corpus Christi, considerada la tercera celebración religiosa más importante después de Navidad y Pascua. El mejor lugar para observar las festividades es Łowicz, donde los participantes se realizan una procesión por la plaza principal y la catedral con vestimentas tradicionales coloridas. Otros eventos importantes son el festival Good Beer de Breslavia, el Festival Internacional de Teatro de Malta, que dura una semana y se celebra en Poznań, y el Festival de Cultura Judía de Cracovia a fin de mes.

En julio, la mayoría de las zonas de Polonia tienen un clima caluroso con mucha humedad y lluvias frecuentes, y la temperatura promedio suele estar entre los 22 °C y los 25 °C. Es posible que ciudades como Varsovia y Cracovia se llenen de visitantes. Por eso, lo mejor es reservar el alojamiento con bastante anticipación. Otra opción es hacer lo que hacen los locales y visitar las playas frescas de la costa norte. Ubicado entre Gdinia y Gdansk, Sopot es el resort de verano más popular de Polonia. Si lo que buscás son playas tranquilas, andá un poco más al oeste a Łeba, Ustka y Międzyzdroje cerca del parque nacional de Wolin.

Julio es el mes que da comienzo a la temporada de festivales de música. Encabezado por superestrellas mundiales, el festival Open'er de Gdynia atrae a miles de fanáticos del indie rock y pop durante el primer fin de semana del mes. Mientras tanto, en la capital, se lleva a cabo el Festival Internacional de Arte Callejero, el evento al aire libre más grande que se celebra ahí, junto con una serie de conciertos en el Summer Jazz Days de Varsovia. Y, cuando llega el fin de mes, las calles de Cracovia se llenan al ritmo de música folclórica de los montes Tatras durante el festival de música tradicional Crossroads.

A pesar del clima impredecible de agosto, Polonia se llena de una gran cantidad de turistas en esta época del año. Cada día es diferente, y te podés encontrar con un sol radiante o lluvias torrenciales. Como en julio, hay más probabilidades de que haya buen clima a lo largo de la costa norte, en los resorts de playa bálticos como Sopot, Dębki y “Hel”, un término algo inexacto para cuando alguien se acuesta en las arenas blancas idílicas de la playa bajo un cielo azul despejado. También podés evitar las multitudes si vas a ciudades menos conocidas, como Toruń, Malbork u Olsztyn, que queda de paso a las colinas ondulantes y los pantanos de Warmia. Pero preparate para la lluvia.

Durante casi todo el mes de agosto, en Gdansk, se lleva a cabo la Feria de Santo Domingo, un evento enorme que se realiza hace siglos e incluye música en vivo, artistas callejeros y puestos y negocios tradicionales. En Poznań también se lleva a cabo una gran celebración gastronómica que se llama Good Taste Festival a mediados de agosto. Además, a fin de mes, está el Festival Internacional de la Canción de Sopot, que se realiza en un hermoso estadio abierto, y el Festival Singer’s de Varsovia, que la capital prepara a lo grande.

A medida que el verano llega a su fin y vuelven a abrir las escuelas, ya no hay tanta gente en las ciudades más grandes y la temperatura promedio pasa a ser un poco más fresca, entre los 14 °C y los 16 °C. En los resorts de la costa, sigue habiendo suficiente sol como para que uses ropa ligera y protector solar y disfrutes de un descanso en la playa antes de llegue el otoño. Mientras tanto, se reducen las lluvias en el sur, por lo que septiembre es un buen momento para caminar por los montes Tatra y el Parque Nacional Bieszczady.

Antes de que el verano llegue a su fin y comience el otoño, hay algunos eventos culturales más. En Łódź, el Festival de las Cuatro Culturas celebra su diversidad histórica con espectáculos artísticos que son manifestaciones de las culturas judía, polaca, rusa y alemana. En Breslavia, los locales disfrutan de una serie de recitales de música clásica y folclórica durante Wratislavia Cantans. Además, en el pequeño pueblo de Biskupin, se realiza uno de los festivales arqueológicos más grandes de Europa. Ahí, vas a poder ver muestras de artefactos antiguos acompañadas de música medieval, actividades y representaciones de batallas famosas.

En noviembre, la temperatura está por debajo de los 5 °C y, según cuál sea tu destino, es posible que también llueva bastante. Por eso, no te olvides de llevar ropa abrigada e impermeable. Las únicas zonas en las que no es común que llueva tanto están bien al sur, al menos no hasta fin de mes, cuando empieza a verse nieve en lugar de las copas doradas de los árboles. Más al norte, la pequeña ciudad de Kazimierz Dolny es otro lugar ideal para contemplar los colores del otoño, en especial desde los altos muros de su castillo del siglo XIII.

El 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos, un feriado nacional. Y después viene el 2 de noviembre, conocido como el Día de los Muertos, cuando las discotecas, los bares, y las iglesias de Cracovia se llenan de músicos internacionales que participan del festival de jazz más antiguo de Polonia. El otro evento importante del mes cae el 11 de noviembre: el Día de la Independencia de Polonia o, como le dicen en Poznań, la Fiesta de San Martín. Allí, los locales lo celebran a lo grande, con desfiles coloridos y festines de deliciosas medialunas de San Martín.

Los preparativos alegres que ocurren los días previos a la Navidad ayudan a no pensar tanto en los cielos grises y las temperaturas heladas que llegan en diciembre a Polonia. Los mercados festivos iluminan las plazas a lo largo de todo el país, pero el Mercado Navideño de Barbacana en Varsovia es el favorito de todos. Montado frente a un espectacular fuerte de ladrillos rojos, el mercado está repleto de puestos que venden artesanías tradicionales, productos de pastelería y vino caliente para que no sientas frío mientras paseas por ahí.

En Cracovia, diciembre empieza con una competencia para ver quién puede construir el pesebre navideño más increíble. Como hay nieve casi en todos los rincones, es fundamental llevar ropa de invierno bien abrigada y un par de botas impermeables. Y tampoco te olvides los esquís si vas a ir más al sur. Los centros de deportes de invierno cerca de Zakopane ya van a estar abiertos de nuevo, con pistas para todos los niveles y cabañas de montaña rústicas disponibles para alquilar. En la Víspera de Año Nuevo, hay muchas fiestas y fuegos artificiales, además de un concierto especial en la Filarmónica de Cracovia.