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Posted: 25 Jun, 2016 @ 4:05am

CS:GO Review
Me ha encantado sobre todo la metáfora con la que se cuestiona la filosofia de Karl Marx, haré un breve resumen de su ideología:

Alienación
Es un complejo concepto filosófico por el que un sujeto se desposee o pierde algo de sí que se convierte en propiedad de otro. Para Marx el sujeto alienado es el trabajador al realizar tareas que no considera ni siente como suyas. En Manuscritos: economía y filosofía se plantea: ¿En qué consiste la enajenación en el trabajo? Y responde: “Primeramente, en que el trabajo es externo al trabajador, no pertenece a su ser; en su trabajo, el trabajador no se afirma sino que se ♥♥♥♥♥; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo, arruina su espíritu. Por eso el trabajador solo se siente en sí fuera del trabajo y, en el trabajo, fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado; trabajo forzado”.
La alienación también se refiere a la actividad religiosa. Esta no es una necesidad ni una dimensión del ser humano sino un producto más de la organización económica y social a la que justifica, legitima y perpetúa. En Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, Marx afirma: “La miseria religiosa es, de una parte, la expresión de la miseria real, y, de otra parte, la protesta contra la miseria real (...). La religión es el opio del pueblo”. La transformación de la situación material significaría el fin de la religión y evidenciaría el mito de la llamada dimensión religiosa del ser humano.

Comunismo
“Lo que caracteriza al comunismo no es la abolición de la propiedad sin más, sino la abolición de la propiedad burguesa”. Propiedad entendida como “la última y más perfecta expresión de la creación y apropiación de productos basada en enfrentamientos de clases, en la explotación de unos por otros”. La sociedad comunista que imaginó Marx propugnaba no solo la abolición de la propiedad privada sino también la de las clases sociales y de la explotación. En ella, el hombre no es un instrumento de producción sino alguien realizado que ha dejado atrás todo tipo de alienación. En la última y más perfecta etapa de la sociedad comunista desaparece también el Estado y la política, pues todas las discusiones y opiniones solo tendrán como objetivo avanzar en las mejoras de la comunidad. Por ello, muchos autores han visto en este concepto los rasgos de una utopía.

Conciencia de clase
Es el requisito inicial para que se ponga en marcha la revolución, la mecha que ha de mover al proletariado bien informado, movilizado y con unos objetivos claros y definidos. En la concepción marxista, el proletario no solo es alguien explotado, sino alguien consciente de ser explotado y con deseos de acabar con esa situación. Gran parte de los esfuerzos de Marx se dedicaron a la concienciación del proletariado. Una tarea ingente ya que como indica Pedro Ribas, profesor de Pensamiento Filosófico Español en la Universidad Autónoma de Madrid, y experto en Marx: “La equivalencia o casi-equivalencia entre ser proletario y tener conciencia de clase no es un hecho social”. Es más, en su opinión “si Marx escribiera hoy, hablaría de la cantidad de filtros que el capitalismo ha establecido para dificultar la conciencia de clase, para hacer creer que aquí el que no come y disfruta es porque no quiere o porque es tonto”.

Dictadura del proletariado
Es el régimen posterior a la revolución y anterior a la implantación del comunismo. En él, el poder adquirido por el proletariado permitirá expropiar a los capitalistas los medios de producción. Si las características de la sociedad comunista están nebulosamente definidas en los textos marxistas, las de la dictadura del proletariado son nítidas. Entre ellas, expropiación de la tierra; supresión del derecho de herencia; centralización del crédito y los transportes; imposición de la obligación de trabajar; educación pública y gratuita; interacción entre educación y producción material, etc.

Humanismo marxista
Toda la concepción marxista gira alrededor del ser humano. En Manuscritos: economía y filosofía, Marx declara al hombre “no solo ser natural, sino ser natural humano”. Al conjunto de relaciones biológicas que han dado lugar a los seres humanos, Marx añade la historia como “la verdadera historia natural del hombre”.
En ese contexto es donde se realiza la necesaria “conversión de la naturaleza en hombre”. Su característica esencial es la actividad, la producción de su propia vida y de la historia. El hombre se basta a sí mismo para estas tareas. No necesita ninguna espiritualidad. El humanismo marxista es ateo y afirma la primacía de un ser humano libre, racional y autosuficiente. Además, afirma la igualdad de estas características para todos los seres humanos.

Ideología
“Los hombres son los productores de sus representaciones, de sus ideas, etc (...)”. Ese conjunto de representaciones e ideas forma la ideología y la tarea que Marx asigna al ser humano es la de desentrañar cuáles son esas ideas. Algo nada fácil ya que el hombre está siempre “condicionado por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y por el intercambio que a él corresponde”.
Con Marx, el concepto se tiñe de un carácter negativo ya que se confunde con cultura adoptando valores deformantes. La deformación es consecuencia del interés de la clase dominante por mantener sus privilegios. “Las ideas de la clase dominante, son, en todas las épocas, las ideas dominantes”. Por ello, como producto social que es, la ideología no tiene una historia ni un desarrollo propio sino que depende de la sociedad y de los hombres concretos que la comparten. Es un mecanismo privilegiado de ocultar o deformar la situación real de las personas, un eficaz método de alienación.
Publicado el 19
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