Tu luz llena mis cosechas para que no pacemos hambre.
Tu fuerza llena a mi guerreros para que no caigamos ante mis enemigos.
Y es tu sangre la que me regala otro día. Y es esencia la que me regala esta dicha, y eres tu el que me ha regalado otro día mi señor.
Tu poder me llena y me hace grande, pero no será para siempre.
Tu sangre se secará, tus ojos por los años se nublaran y dejaran de vernos.
Tu fin se acerca igual que el mio. y si tu final llega, de su mano llegara el nuestro.
Pero mi señor, eso no pasara, pues si mi fin es el que he elegido, el tuyo se postergara.
dedicas tus días, ha darnos uno mas.
Y lloras por nosotros, cuando llegamos al final.
Hoy te ofrezco este fruto que en mi pecho se ha cultivado.
Y que los días que aun me han faltado, pronto sean los que por tus ojos hayan pasado.
Esos días, ami ya no me sirven.
Pido que a mi pueblo sean llevados.
Deja que los niños vean, lo que yo no pude ver.
Deja a mi pueblo florecer.
Y cuando la daga atraviese mi pecho, no llores por mi.
Cuando caiga sin aliento, no quiero que entristezcas.
Por que es un honor entregarme a ti.
Un honor ha sido vivir por ti.
Y un honor mas que glorioso, es ser tu siervo.