—Filósofo: ¿Y son versos los que queréis escribirle? —M. Jourdain: No, no; nada de versos. —F:¿Preferís la prosa? —J:No. No quiero ni verso ni prosa. —F:¡Pues una cosa u otra ha de ser! —J:¿Por qué? —F:Por la sencilla razón, señor mío, de que no hay más que dos maneras de expresarse: en prosa o en verso. —J:¿Conque no hay más que prosa o verso? —F:Nada más. Y todo lo que no está en prosa está en verso; y todo lo que no está en verso, está en prosa. —J:Y cuando uno habla, ¿en qué habla? —F:En prosa. —J:¡Cómo! Cuando yo le digo a Nicolasa: "Tráeme las zapatillas" o "dame el gorro de dormir", ¿hablo en prosa? —F:Sí, señor. —J:¡Por vida de Dios! ¡Más de cuarenta años que hablo en prosa sin saberlo! No sé cómo pagaros esta lección.Molière. El burgués gentilhombre.