Periodo cultural que ciertas escuelas filosóficas y artísticas consideran posterior a la modernidad, aproximadamente iniciado durante la segunda mitad del siglo XX, y caracterizado por una actitud relativista, basada en el esfuerzo por aceptar diversas perspectivas culturales, y un escepticismo frente a la idea de que el progreso moderno y el conocimiento científico o racional tengan la respuesta definitiva a los problemas humanos.
Uso: a veces se escribe con mayúscula como designación de un periodo histórico.