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Mapa de Shanghái
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Shanghái (en chino 上海, Shànghǎi) es la ciudad más poblada de China. Ubicada cerca de las costas del Océano Pacífico y en el delta del río Yangtsé, Shanghái es uno de los principales puertos del país y el más importante punto de contacto que ha tenido el país en los últimos siglos con Occidente. En la actualidad, es el mayor puerto del mundo por volumen de mercancías.

Aunque fue habitada por años, la zona donde hoy se ubica Shanghái comenzó a convertirse en el eje comercial y financiero del país a partir del siglo XIX. La ciudad se volvió un puerto libre y rápidamente las potencias extranjeras se instalaron en la ciudad, estableciendo concesiones donde gobernaron bajo sus propias normas. Este sistema duró hasta los años 1940 producto de la Segunda Guerra Mundial y la victoria del Partido Comunista, pero el legado europeo aún permanece en las esquinas de Shanghái. Con las reformas económicas durante la década de los 1990, Shanghái experimentó un espectacular crecimiento financiero y turístico, siendo sede de numerosas empresas multinacionales y vanguardistas rascacielos.

Shanghái es un mundo diferente respecto al resto del país. El contacto con Occidente la convierte en una ciudad más amigable para los turistas extranjeros, con espacios que recuerdan tanto su pasado europeo como sus tradiciones locales. La Concesión Francesa es un espacio único con bares, restoranes de alto nivel y centros comerciales de lujo. La avenida Nanjing, bajo las luces de neón de sus tiendas, abren camino al Malecón (Bund) que con sus antiguos edificios coloniales, es una excelente plataforma para ver el reflejo de los rascacielos de Pudong, al otro lado del río.

Comprender

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Historia

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El Malecón de Shanghái en 1928.

Shanghái fue un pequeño pueblo, ubicado en el delta del río Yangtsé, dedicado a la pesca y la industria de la sal y el algodón. Durante la dinastía Ming (1368-1644), Shanghái comenzó a tener más relevancia como puerto y fue amurallada para evitar el ataque de piratas japoneses. Este crecimiento continuó durante la dinastía Qing (desde 1644), pero la victoria británica en la Primera Guerra del Opio cambiaría toda su historia. El Reino Unido exigió en el tratado de Nanking de 1842 la apertura de cinco puertos en las costas de China para el libre comercio internacional, incluyendo Shanghái y Cantón.

La apertura de Shanghái llevó a la construcción de «concesiones» fuera de los muros de la ciudad, en los que regían las leyes de cada potencia extranjera. En 1863, las concesiones inglesas y estadounidenses se fusionaron y se creó la Concesión Internacional de Shanghái, pero los franceses decidieron mantener su concesión separada. Más extranjeros llegaron en el siglo XX, destacando más de 20.000 exiliados tras la Revolución rusa. En 1932, Shanghái era la quinta ciudad más grande del mundo y hogar de más de 70.000 personas. Shanghái no sólo era un gran puerto, sino también un importante centro financiero, tanto de los intereses británicos en el Lejano Oriente como de los japoneses, cuyo imperio estaba en crecimiento.

El apogeo de la ciudad terminaría con la Segunda guerra sino-japonesa. En 1937, los japoneses sitiaron y ocuparon la ciudad, manteniendo las concesiones europeas, a las que llegaron miles de personas (especialmente judíos) huyendo de los crímenes ocurridos por la Segunda Guerra Mundial; la población llegó a los 150.000 extranjeros en 1942. Sin embargo, en diciembre de 1941, Japón invadió las concesiones una vez ocurrido el ataque a Pearl Harbour.

Tras la victoria de los aliados en 1945, Japón se retiró de la ciudad, pero el país siguió en conflicto. Shanghái, hogar de miles de trabajadores sometidos a paupérrimas condiciones laborales en las industrias extranjeras, se convirtió en uno de los centros del pensamiento político izquierdista. En 1949, el Partido Comunista logró imponerse en la guerra civil e instauró la República Popular. Esto ahuyentó a los pocos empresarios extranjeros que quedaban, quienes prefirieron partir a Hong Kong, bajo dominación británica.

Aunque continuó siendo el principal puerto de exportación, la economía en Shanghái sufrió un duro revés por décadas. Cuando Deng Xiaoping decidió iniciar el proceso de reformas económicas durante los años 1980, eligió a la provincia de Guandong en desmedro de Shanghái. Sería recién en los años 1990 que la apertura comercial llegaría a estas tierras. Al otro lado del río, el área de Pudong que se había mantenido como un sector eminentemente agrícola por siglos, se convirtió en la sede de las principales instituciones comerciales y financieras que comenzaron a ubicarse en la ciudad. Shanghái recuperó su sitial como eje económico de la nueva China y se convirtió en la cara de ésta a Occidente, tal como había sido 150 años atrás.

Geografía

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 Clima Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Máximas (°C) 8913192428323127231711
Mínimas (ºC) 1261116212525211593
Precipitaciones (mm) 51579989102170156158137624637

Shanghái se ubica junto al delta del Yangtsé, el principal río del país y el tercero más largo del mundo, que desemboca en el océano Pacífico a unos kilómetros del centro de la ciudad. Un pequeño afluente, el Huangpu cruza la ciudad. En el margen occidental a éste se encuentra la ciudad antigua de Shanghái, conocida como Puxi, y que comprende a ocho distritos. En este sector está el área comercial, las antiguas concesiones y siguiendo el borde del río, el Malecón o Bund. Cruzando el río, está el área de Lujiazui, donde se ubican todos los rascacielos y que forma parte de Pudong. La incorporación del margen oriental del río comenzó hace unas dos décadas aproximadamente.

Shanghái tiene un clima subtropical húmedo, con las cuatro estaciones marcadas. Los inviernos son fríos y unos pocos días tienen nevadas. El verano, en tanto, es cálido y húmedo, llegando varios días a superar los 35°C de temperatura y ocurrir algunas tormentas eléctricas. La primavera es aún algo húmeda, pero mucho más placentera, mientras el otoño es seco y soleado.

Llegar

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En avión

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Vista interior del aeropuerto de Pudong.

Shanghái es una de las principales puertas de acceso a China y a sus dos aeropuertos llegan varias aerolíneas desde varias ciudades del mundo. El Aeropuerto Internacional de Pudong es el centro de las operaciones internacionales que llegan a la ciudad, mientras el Aeropuerto de Shanghái Hongqiao se dedica principalmente a atender vuelos de cabotaje.

La aerolínea China Eastern usa Pudong como su hub principal, mientras Air China lo utiliza como foco secundario. Éstas, junto a otras aerolíneas extranjeras, tienen vuelos a diversos destinos de Europa, América del Norte y Medio Oriente.

Tenga precaución si tiene vuelos de conexión, pues puede que salgan de aeropuertos diferentes. La distancia entre ambos es bastante, al estar en dos extremos diferentes de la ciudad. En taxi, esto puede tomar más de una hora y el metro, aún cuando ambas están en la misma Línea 2, puede superar las 2 horas. El aeropuerto de Pudong tiene una conexión al metro utilizando un tren de levitación magnética, uno de los sistemas más veloces del mundo, lo que le permite reducir este tiempo de forma importante.

Es mejor reservar boletos de avión para vuelos domésticos con anticipación en alguna agencia de viajes o por Internet, pero también puede ser adquiridos en el aeropuerto en el día de partida. Generalmente las tarifas son relativamente baratas pero varían según la temporada.

En tren

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El tren de alta velocidad que conecta Pekín con Shanghái.

El tren es uno de los medios de transporte más comunes entre los chinos y varios servicios llegan a Shanghái desde varios extremos del país. Existen cuatro estaciones diferentes: Shanghái, Shanghái Sur, Shanghái Oeste y Shanghái Hongqiao. Las tres primeras reciben los servicios interurbanos y de larga distancia, mientras el último está dedicado a los servicios de alta velocidad.

Es este servicio, que conecta al puerto con Pekín, el que acapara las miradas de los turistas. Los trenes de alta velocidad dentro de China son un lujo, alcanzando los 300 km/h y conectando en menos de 6 horas ambas localidades. Existen varios servicios por día y que, además, conectan la ciudad con destinos cercanos como Nanjing o Hangzhou. Para estos destinos suelen haber cupos, pero hasta Pekín o Cantón suelen agotarse por lo que es recomendable reservar lo antes posible.

Desplazarse

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Vista de la estación Plaza del Pueblo del metro de Shanghái.

Shanghái tiene, al igual que otras ciudades de China, una impresionante red de transporte público que permite conectar fácilmente con otras partes de la ciudad. Esto incluye la red de metro y tranvías, además del sistema de buses que recorren las calles de la ciudad, los taxis y los ferris.

La red de metro consta de dieciséis líneas, incluyendo tanto algunos trenes ligeros y el sistema de levitación magnética (maglev) que conecta con el aeropuerto de Pudong. El metro recorre gran parte del casco urbano, especialmente las líneas 1 y 2, con las que puede moverse entre los principales destinos turísticos de la ciudad. El costo del servicio depende de cada tramo, partiendo en los ¥3 y llegando en el peor de los casos a los ¥15. Los trenes tienen aire acondicionado, la señalización está en chino e inglés y las principales estaciones son bastante modernas, aunque en hora punta pueden haber grandes concentraciones de personas (11 millones de personas usan este sistema diariamente). Puede comprar boletos en las máquinas expendedoras ubicadas en cada estación, también en chino e inglés y que reciben billetes o monedas. Para ingresar a las estaciones, tenga en consideración que si lleva algún bolso o maleta deberá pasar por una rápida revisión de seguridad. En algunas estaciones, para combinar entre líneas cercanas se debe salir de éstas y pagar nuevamente el pasaje, a menos que cuente con una tarjeta prepaga; el caso más común es en la estación de metro junto a la Estación Shanghái de Trenes, pasando entre la línea 1 y las líneas 3 y 4.

El trolebús n.º 23, recorriendo Shanghái.

El sistema de buses es uno de los más grandes del mundo e incorpora el sistema de trolebuses más antiguo en operación continua, aún cuando las actuales máquinas en circulación son modernas y la mayoría cuenta con aire acondicionado. Los buses son más baratos que el metro y llegan a más lugares, pero suelen tomar más tiempo debido a la congestión. Además, todos los recorridos que comienzan en 3 circulan pasadas las 11 de la noche. Aunque en las paradas suele existir avisos sólo en chino, una vez arriba hay carteles en inglés. En los buses con personal, éste se acercará a cobrar una vez ya estés sentado; ya que el cobro depende de la distancia y el personal suele no saber otro idioma, es recomendable tener anotado el nombre de la parada en chino. En los buses que sólo cuentan con chofer, el precio es fijo y suele aparecer junto a la puerta o la caja (llegando a los ¥2 para los buses más modernos). Ya que no dan cambio, se recomienda tener el monto justo. Hay, además, varios buses turísticos que recorren los principales hitos de la ciudad; puede tomarlos cerca de la Plaza del Pueblo o la Avenida Nanjing.

Los taxis son comunes en la ciudad, con una tarifa base de aprox. ¥14 para los primeros 3 kilómetros, subiendo ¥2,4 por kilómetro adicional. Entre las 11 de la noche y las 5 de la mañana, los valores anteriores aumentan a ¥18 y ¥3,2 respectivamente. Lleve siempre su destino anotado en chino para poder comunicarse con el conductor. Suelen ser fáciles de encontrar, aunque en horario punta o cuando llueve, deberá esperar más o luchar por tomar uno en una parada con los otros que esperan (los chinos son famosos por no hacer filas).

Los ferries son también muy utilizados para cruzar entre el centro histórico y la zona de Lujiazui en Pudong. Aquí puede elegir recorridos en servicios turísticos de crucero que pueden llegar hasta los ¥180 según el horario y el recorrido. Sin embargo, recorridos sencillos de transporte público entre el terminal ubicado junto al Malecón y otro cercano a la torre Perla Oriental cuesta ¥2, sale cada 10 minutos y demora 5 en cruzar el río, siendo una alternativa muy útil.

Aunque se puede pagar individualmente en cada medio de transporte, la tarjeta Jiaotong (上海公共交通卡) es muy útil para aquellos que estén varios días en la ciudad, ahorrando un poco de dinero pero sobre todo tiempo, al evitar las filas que pueden ser largas en algunas estaciones. Esta tarjeta permite pagar tanto el metro y los buses como taxis, ferries y otros medios de transporte. Además, permite descontar hasta ¥1 al combinar entre buses en cortos periodos o al hacer transferencia en algunas estaciones que temporalmente no poseen conexión interna. En el caso de los buses, esta exención dura hasta 90 minutos, por lo que puede ocupar el servicio de retorno si es que hace una visita corta. Puede comprar o recargar esta tarjeta en cualquier estación de metro o en algunas tiendas de conveniencia como Alldays y KediMarts. La tarjeta cuesta ¥20 y la versión sencilla la puede comprar en cualquier estación. Este monto lo puede recuperar al devolver la tarjeta, cuando ésta tenga menos de ¥10 (recuperando también el saldo). Existen versiones minis para pegar en un celular o con diseños, pero son más caras y no puede devolverlas.

Conocer

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Centro y área comercial

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Los edificios más emblemáticos del Malecón.

El actual centro de la ciudad corresponde a lo que antiguamente fue el área al norte de la ciudad antigua y en la que se ubicó la concesión internacional. Es hoy un lugar con amplias avenidas, grandes vitrinas y brillantes luces de neón que destacan toda la zona comercial de la ciudad durante la noche.

Puede partir desde la Plaza del Pueblo (人民广场, Rénmín Guǎngchǎng), que hoy es la principal plaza pública de la ciudad. Durante la era colonial era una pista de carreras y que luego se convirtió en el centro de las convocatorias realizadas por el Partido Comunista, llegando a congregar un millón de Guardias Rojos en 1966. Hoy destacan unos monumentos que recuerdan la ideología política predominante, lo que contrasta con los gigantes avisos publicitarios de marcas de lujo que rodean la plaza. En las cercanías están varios museos, como el Museo de Arte de Shanghái o el Salón de Planificación Urbana. Este último (entrada: ¥25) es bastante más interesante de lo que aparenta su nombre; no sólo cuenta cómo Shanghái ha llegado a ser lo que es urbanísticamente, si no que muestra el futuro de la ciudad, incluyendo una futurística maqueta de Shanghái al 2025. Algo más al sur, en el medio de un parque, está el Museo de Shanghái (abierto de 9:00 a 17:00, último ingreso a las 16:00, sábado hasta las 19:00; entrada: ¥20, estudiantes ¥5), un enorme recinto con interesantes colecciones expuestas en una de las mejores exhibiciones de todo el país. El museo cuenta con la mayor colección de obras de bronce de toda China, además de muestras de todas las obras artísticas que identifican al país (porcelana, caligrafía, monedas, etc.) y una sala para representar a las minorías étnicas que existen en él.

Fundación Fosun cerca del Bund

Al norte de la Plaza del Pueblo se ubica la Avenida Nanjing (南京路, Nánjīnglù). Es una de las zonas comerciales más activas de China, con locales comerciales de todo tipo: desde comida rápida hasta tiendas de lujo. Mientras al oeste de la Plaza la avenida es más moderna y amplia, la zona este se interna en edificios de la época colonial, reflejando el alma propio de la ciudad. Las luces de neón sobre los edificios históricos son un espectáculo durante la noche, especialmente en el tramo peatonal de la Avenida.

Caminando por Nanjing Este (南京东路, Nanjing Donglu) se llega al Malecón (en inglés, The Bund; en chino, 外滩 Wàitān), que es la zona más turística de toda la ciudad. A lo largo de toda la ribera oriental del río encontrará edificios de fuerte influencia europea y que recuerdan el período en que Shanghái era la capital comercial de Asia. Dentro de los edificios más emblemáticos están la antigua sede del HSBC (Hong Kong and Shanghai Banking Company) y la antigua Casa de la Aduana, famosa por su torre del reloj conocida como el Big Ching. Por todo el borde del río podrá encontrar un paseo peatonal con una espectacular vista a la zona de los rascacielos de Pudong. En el extremo norte del Malecón podrá encontrar el Parque Huangpu (黄浦公园, Huángpǔ Gōngyuán), y en el que se recomienda una rápida visita al Museo Histórico del Malecón. Cerca de allí está el Monumento a los Héroes de la Nación, una estructura de piedra que se eleva y que posee unos grabados interesantes basados en la ideología comunista.

Vista de la ciudad desde la Plaza del Pueblo
Vista de la ciudad desde la Plaza del Pueblo  
Vista del exterior del Museo de Shanghái
Vista del exterior del Museo de Shanghái  
Locales comerciales en Av. Nanjing Este
Locales comerciales en Av. Nanjing Este  
Edificios históricos del Malecón: la sede original del HSBC y la Casa de la Aduana.
Edificios históricos del Malecón: la sede original del HSBC y la Casa de la Aduana.  

Rascacielos de Lujiazui

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Vista de Lujiazui de noche. Destaca la torre Perla Oriental y, justo detrás, el Shanghai World Financial Center Tower (SWFC).

Para llegar a Lujiazui, en la ribera oriental del río (Pudong), existen diversas alternativas: tomando el metro (en particular la Línea 2), cruzando en un ferry o a través del particular Túnel Panorámico del Malecón. Este túnel bajo el río, que se promociona como un hito turístico en sí, contiene un tranvía rodeado de láseres y luces parpadeantes, pero ninguna vista efectiva del Malecón más allá de algunas fotos y descripciones por alto parlante en inglés y chino. Si bien es la forma más rápida de cruzar al otro lado del río desde el Malecón, es considerablemente más cara que las otras disponibles (¥40, ¥60 incluyendo retorno). Los ferris que cruzan el río ofrecen una agradable vista, son rápidos y cuestan apenas ¥2.

Una vez en Lujiazui, puede admirar las grandes construcciones que han invadido la zona en los últimos años. El edificio más reconocible es sin lugar a dudas el Perla Oriental (东方明珠塔; Dōng​fāng​ Míng​zhū​ Tǎ​), una torre de televisión construida en 1994, que alcanza en su punto más alto los 468 metros y es famosa por sus once esferas de color rosa fuerte. La entrada mínima es de ¥100 y alcanza los ¥220 para llegar al último piso disponible, ubicado a 350 metros de altura. Una de las experiencias más inolvidables es caminar por la pasarela de vidrio ubicada en la terraza exterior de la segunda esfera mayor, a unos 259 metros de altura, viendo cómo Shanghái se ubica a sus pies. Otras atracciones ubicadas en el edificio son Space City y el Museo de Historia de Shanghái. Justo bajo la torre está el Museo Municipal (entrada: ¥35) con varias exposiciones de antiguos autos de la ciudad, maquetas de la ciudad colonial y otras muestras.

Vista de la punta del SWFC y de la torre Jin Mao.

La Torre Jinmao (金茂大厦 Jīn​mào​ Dà​shà) ubicado junto al Perla Oriental, está dedicado principalmente a las oficinas y el comercio en sus plantas inferiores, con magníficas tiendas de lujo. Sin embargo, puede encontrar también un mirador. Sin embargo, existen alternativas que pueden ser más tentadoras, como ir al restorán italiano Cucina o a uno de los bares del Grand Hyatt, ubicados en los pisos más altos de la torre. Por casi el mismo precio que ir al Perla Oriental puede obtener una vista similar de la ciudad y disfrutar de una pizza o de unos cócteles. El mirador del Jinmao a los 340 m de altura fue opacado con la reciente apertura del Shanghai World Financial Center Tower (SWFC) a su lado. El SWFC fue, al inaugurarse en 2007, el segundo edificio más alto del mundo, aunque ahora ya ha sido superado por unos cuantos, incluyendo la aún en construcción Torre Shanghai. El SWFC tiene un mirador en el piso 100, a más de 474 m de altura, siendo el segundo más alto del mundo (superado algunos metros recientemente por la Canton Tower). La vista es única, especialmente al atardecer cuando se puede ver cómo la ciudad se ilumina lentamente, al igual que el Perla Oriental y el Jinmao. Acceder al mirador cuesta ¥120 para llegar al piso 94 y ¥150 para el piso 100, aunque también tiene la alternativa de ir al restorán en el piso 98.

En el área de Pudong también destacan algunas atracciones como el Acuario Oceánico (abierto de 9:00 a 18:00 o 21:00 en verano; entrada: ¥120, ubicado cerca del Perla Oriental. El acuario permite, a través de unos túneles de vidrio, estar muy cerca de los tiburones, convirtiéndolo en un gran atractivo para aquellos viajando con niños. También para los niños es de interés el Museo de Ciencia y Tecnología, ubicado frente al Parque Century, el más grande de la ciudad.

Concesión Francesa

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Un tradicional chalet de la Concesión Francesa.
Casas de estilo shikumen, donde se ubica la sede del 1.º Congreso Nacional del Partido Comunista.

Hacia el sudoeste de la Plaza del Pueblo se encuentra la zona que alguna vez recibió a la comunidad francesa de Shanghái y que es un excelente espacio para pasear y disfrutar. La zona se caracteriza por sus chalets con rejas de hierro y sus avenidas arboladas, que explican el sobrenombre de «París de Oriente» que recibe la ciudad. El barrio cuenta con varios lugares de moda, tiendas de lujo, restoranes y bares. Muchas estructuras aún mantienen el estilo shikumen que fusiona la arquitectura occidental y la china.

La parte más turística está en la zona llamada Xintiandi, un área de angostos pasajes y shikumen convertidos en restoranes además de un gran centro comercial. La zona es muy agradable, aunque bastante artificial. La dicotomía ideológica de China alcanza un punto alto aquí, cuando junto a estas tiendas de lujo está la Sede del Primer Congreso del Partido Comunista Chino. Este museo (entrada gratuita) tiene una interesante colección que muestra los pasos previos a la revolución; la exposición está completamente en chino e inglés por lo que es bastante recomendable para pasar algunos minutos. Más al oeste está el Parque Fuxing (复兴公园 Fùxīnggōngyuán), un hermoso parque de estilo europeo, incluyendo un jardín de rosa y pérgolas en las que los locales juegan mahjong.

Cerca del Parque Fuxing se encuentra la antigua residencia de Sun Yat-Sen (上海中山故居 Shànghǎi Zhōngshān gùjū; abierto de 9:00 a 17:00; entrada: ¥20), construida en el estilo europeo predominante de la zona. La morada del padre de la China republicana presenta algunas exposiciones que narran la vida de su antiguo habitante y su estilo de vida, lo que puede ser de interés para aquellos interesados en la historia de China. Unas calles más allá se encuentran la Tianzifang (田子坊), una sucesión de tiendas de arte, boutiques, cafeterías y otros locales de estilo a lo largo de la avenida Taikang, pero que aún mantiene algo del espíritu local (a diferencia de Xintiandi). El Centro Artístico de la Propaganda (上海宣传画艺术中心 Shànghǎi Xuānchuán Huà Yìshù Zhōngxīn, abierto de 10:00 a 17:00) es una pequeña galería con miles de afiches, especialmente de la época dorada del maoísmo, y en el que se destaca el uso de la cartelería como herramienta propagandística y como obra de arte.

Atravesando la Concesión Francesa, se encuentra la Avenida Huahuei, que junto a la Avenida Nanjing, es el principal centro comercial de la ciudad. Allí se encuentran varias boutiques y tiendas de alta costura. Continuando por esta avenida al este hasta la calle Changshu, se puede tomar la Avenida Hengshan, donde se encuentra el núcleo de restoranes, bares, discotecas y otros recintos de entretenimiento nocturno de la ciudad. Aquí podrá encontrar locales de comida internacional de todo tipo, de mexicana a turca. Siguiendo al sureste por esta avenida se puede llegar a Xujiahui, famosa tanto por su catedral católica de origen francés como del centenar de locales comerciales dedicados principalmente a la electrónica.

Ciudad vieja

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Los Jardines Yùyuán.

Pueden haber sido demolidos los muros que la separaban de las concesiones internacionales, pero la Ciudad vieja de Shanghái aún mantiene un espíritu diferente al resto de la ciudad. Si caminar por Lujiazui recuerda a Nueva York y la Concesión Francesa a París, la Ciudad vieja evoca los lugares más tradicionales de Pekín. Esto no significa que la ciudad sea necesariamente vieja; varios edificios son claramente modernos, pero tratan de mantener el estilo oriental característico de la zona (muchas veces sin gran éxito).

Los Jardines Yùyuán (豫园; abierto de 8:30 a 17:30) son la principal atracción de la zona. La entrada de ¥40 puede parecer cara comparada con otros atractivos, pero los diversos pabellones que uno puede visitar hacen valer el precio. Este jardín, de estilo Ming, fue creado en 1559 pero ha sido destruido en múltiples ocasiones. En su interior, puede observar no sólo la vegetación, sino también el bazar y la casa del té, una de las más populares del país. En los alrededores de los Jardines, podrá encontrar una infinidad de pasajes con tiendas comerciales, que venden todo tipo de artesanías y recuerdos de la ciudad y el país (desde té hasta tallados en madera), y restoranes de comida tradicional junto a cadenas internacionales de comida rápida. Si bien podrá no encontrar los mejores precios de toda la ciudad (siempre habrá un lugar más barato en China), la gran variedad de productos lo convierte en un paso obligatorio para el que visite Shanghái.

Entre los pasajes podrá encontrar el Templo del Dios de la Ciudad (城隍廟 Chénghuángmiào), un recinto taoísta que es el principal ejemplar de arquitectura tradicional china aún existente en la ciudad. Algo más allá está la Torre Dajing, un pequeño trozo de la antigua muralla que rodeaba la ciudad.

Otros atractivos

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Uno de los canales de Zhujiajiao.

Fuera de las áreas antes mencionadas, hay varios lugares que merecen un recorrido si alcanza el tiempo. Uno de los más recomendados es el Templo del Buda de Jade (玉佛禅寺 Yùfó Chán Si) en la zona de Jing'an, cerca de la estación Changshou Road (L7). Es un pequeño templo construido hacia 1880 para albergar una serie de estatuas traidas desde Birmania. Su entrada cuesta ¥20, aunque para ver la estatua principal se deben pagar ¥10 adicionales.

Una escena característica de valle del Yangtsé son las ciudades formadas sobre canales. Esto no es excepción en Shanghái, donde una variedad de suburbios se han convertido en zonas turísticas que atraen a los visitantes que quieren conocer algo más de las tradiciones locales. Dentro de estas localidades destacan Zhujiajiao, Qibao y Fengjing. Junto con recorrer los canales y disfrutar de la arquitectura de las pagodas, es una buena oportunidad para comprar artesanía en el lugar donde son producidas. En Zhujiajiao, una góndola para hasta 6 personas puede costar ¥60 el viaje más corto y ¥120 para recorrer gran parte de la ciudad.

Si quiere alejarse de la agitada vida urbana, puede ir al Parque Gongqing (共青森林公园; abierto de 6:00 a 17:00), ubicado al norte de la ciudad. Esta área verde destaca por sus zonas boscosas que permiten disfrutar de un descanso a pocos pasos de la ciudad. En su interior hay zonas de picnic, una laguna con botes, una pista de minigolf, un parque de atracciones, etc. La entrada está a ¥15 para adultos, aunque algunas atracciones interiores tienen un costo adicional. Para llegar, tome la Línea 8 del Metro hasta Nenjiang Road (嫩江路站) y luego un taxi hasta el parque, o hasta la estación Xiangyin Road (翔殷路站), tome la salida 2 y de ahí el bus 102 hasta el destino final.

Otra zona que se debe considerar para ir de visita es el área de Xujiahui localizado dentro del distrito de Xuhui , gracias a que en esta zona también podemos encontrar diversos atractivos turísticos como la Catedral de San Ignacio y la tumba de Xu Guangqi y el Consevatorio de música de Shanghái.

Hacer

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Un bote turístico recorriendo el río Huangpu.

Aunque la mayoría de las personas se dedican a recorrer las zonas comerciales para realizar compras, especialmente de tecnología (véase la sección respectiva), o recorrer los diversos museos que tiene, Shanghái posee otros atractivos interesantes para aquellos que tienen más tiempo en la ciudad.

Para aquellos que poseen poco tiempo en la ciudad, los buses turísticos que recorren los principales hitos y permiten subir y bajarse en paradas determinadas, lo que entrega flexibilidad para recorrer la ciudad. Existen dos empresas que proveen estos servicios, partiendo desde la Plaza del Pueblo y que luego proveen dos rutas: una larga recorriendo espacios como el centro histórico y la Concesión Francesa y una algo más corta a través de los edificios de Pudong. SpringTour ofrece un servicio a ¥27 con comentarios en inglés, chino y japonés, mientras Big Bus Tours cobra $44, con comentarios en más idiomas (incluyendo el español) y entradas incluidas a los principales atractivos de la ciudad. Dentro de éstos está uno de los imperdibles de la ciudad, el recorrido en bote por el río Huangpu. Existen varias opciones, por lo que es recomendable cotizar y analizar los posibles recorridos. Para los presupuestos más ajustados, basta el ferri que cruza entre el Malecón y la Perla Oriental por sólo ¥2; para los más refinados, en cambio, hay modernos cruceros que parten desde varios puntos en el río.

Una de las ventajas de la apertura de Shanghái al comercio internacional es la facilidad de encontrar actividades que permiten a los occidentales adentrarse, al menos un poco, a las tradiciones chinas. Sin lugar a dudas, una de las más interesantes es la gastronomía y Shanghái tiene varias escuelas de cocina, además de varios restoranes que también ofrecen algunos cursos. The Kitchen at... tiene clases con chefs experimentados en cocina de alta gama, mientras Cook in Shanghai ofrece una experiencia más local, con un ambiente más relajado y cerca del mercado de verduras.

Shanghái ofrece una variada cartelera de espectáculos culturales. El Gran Teatro y el Salón de Conciertos son los principales recintos en Shanghái para ópera, ballet, conciertos sinfónicos y otros eventos. Una opción más local es el Teatro Yùyuán, cercano a los jardines homónimos, y que se especializa en la ópera china. Los shows de acrobacia son muy populares y existen varias opciones en la ciudad; en el Shanghai Center Theater las entradas van desde los ¥150 a los ¥240.

El Festival de los faroles junto a los Jardines Yùyuán.

Una de las mejores oportunidades para apreciar las tradiciones chinas es durante la celebración de Año Nuevo. Al estar basado en un calendario lunar, la fecha es móvil pero suele ocurrir durante enero o comienzos de febrero. Cada año para esta celebración, miles de locales se reúnen en los Jardines Yùyuán para disfrutar de los bailes tradicionales. Las fiestas duran varios días y llegan a su clímax el día 15 cuando se celebra el Festival de los faroles, cuando los asistentes marchan con faroles artesanales rojos. Aunque no es una fiesta tradicional, en la actualidad también se celebra el 1 de enero con unas campanadas en el templo Longhua, al sur de la ciudad. Durante el año, Shanghái es además sede de diversos eventos de carácter internacional, como el Festival de la Moda (marzo-abril), el Gran Premio de la Fórmula Uno (abril) o el Festival Internacional de Cine (junio).

La ciudad también ofrece entretención para niños. Además del Acuario Oceánico en Pudong, la ciudad posee el Changfeng Ocean World (¥160 adultos, ¥110 niños), que cuenta con algunos espectáculos de animales como pingüinos y belugas. El Zoológico de Shanghái (abierto de 6:30-17:00; entrada: ¥45 adultos, gratis para niños bajo 1,3 m), ubicado junto a la estación homónima de la Línea 10 del metro, es una buena opción; aunque no destaca como otros zoológicos del mundo, es definitivamente mejor que varios en el continente asiático. Para los que prefieren los parques de atracciones, destaca Happy Valley en el suburbio de Songjiang, a 40 kilómetros del centro de la ciudad.

Comprar

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Los anuncios en neón de la Avenida Nanjing.

Muchas personas que llegan a Shanghái, piensan directamente en qué comprar. Aunque la ciudad posee muchos más atractivos que ese, sin dudas es uno de los más interesantes para cualquiera que visite la París de Oriente. Shanghái, como principal puerto comercial de China, es fuente abundante de todo tipo de productos a precios bastante accesibles.

La zona comercial más notoria es a lo largo de la Avenida Nanjing (南京路, Nánjīnglù). En la parte este existe un paseo peatonal cercano a un kilómetro de largo y en el cual se aglomeran miles de tiendas y centros comerciales. Junto a la Avenida Nanjing, existen otras calles comerciales que puede recorrer, encontrando algunas tiendas de antigüedades de alto valor, jugueterías o locales de lujo. En la Concesión Francesa y dentro de los rascacielos de Pudong podrá encontrar centros comerciales con muchas tiendas Louis Vuitton, Dior o Yves Saint-Laurent, por mencionar algunas, pero es importante tener presente que sus productos están a igual precio o un poco mayor de lo que podría encontrar en algún país occidental. La Concesión, sin embargo, es un buen lugar para buscar tiendas de diseñadores y boutiques pequeñas que presentan productos de alto diseño a un buen precio.

El cruce de Xujiahui y sus centros comerciales.

Si busca tecnología, podrá encontrar casi en cada esquina de la ciudad alguna tienda que ofrezca una buena variedad de celulares, cámaras fotográficas y computadores a precios razonables. Sin embargo, es Xujiahui el lugar más recomendado. Aunque los precios no varían de lo que pueda encontrar en otros centros comerciales de la ciudad, aquí existe una gran variedad de productos en el centenar de locales que se encuentran a junto a este cruce de avenidas y autopistas. Lo más atractivo para comprar suelen ser celulares y cámaras fotográficas; en el caso de los celulares, fíjese bien en la calidad del producto que va a comprar e identifique si es un celular original o una copia. Tenga en consideración también que no todos los celulares tienen la misma frecuencia que en su país de origen, por lo que puede ser inútil una vez salga de China.

En los Jardines Yùyuán podrá encontrar también varios locales comerciales, orientados a la artesanía, las antigüedades y artículos de producción local. Acá es fundamental regatear, especialmente a medida que el local es más autóctono y menos parte de una cadena. También podrá ver muchas personas que le ofrecerán en la calle relojes falsos y otros productos de dudosa calidad. En la zona también podrá encontrar tiendas de joyas, algunas especializadas en perlas, y sastrerías. Si busca específicamente antigüedades, la mejor opción es en el mercado de la calle Dongtai (una cuadra al norte de la estación Laoximen), donde podrá encontrar porcelana, memorabilia comunista, joyas, monedas, etc. Deber tener en cuenta que mucha de la numismática que se vende -en especial las monedas- son exclusivamente réplicas de las originales, por lo que no se sienta sorprendido al encontrar piezas invaluables a precios módicos.

Si busca ropa, su punto de comienzo debiese ser Qipu Lu (estación Tiantong Road de la Línea 10). Miles de personas caminan de un lado para otro, buscando las mejores ofertas entre las miles de tiendas pequeñas que se ubican a la calle o dentro de centros comerciales y regateando como si no existiera un mañana. Aquí encontrará ropa de todo tipo, incluyendo varias prendas de buena calidad y hermosos diseño, pero todo producido en China. Trate de hacerse amigo de los vendedores y de regatear en chino para acceder a prendas de mejor calidad que tienen reservadas y a un mejor precio. Evite los fines de semana si es que desea mantener algo de cordura. Otras opciones de vestimenta es en los alrededores del Museo de Ciencia y Tecnología, que tiene más visitantes extranjeros que Qipu Lu y por ende es un poco más caro.

Muchos comercios establecidos tienen terminales para pagar con tarjeta de crédito, pero muchos de éstos sólo aceptan tarjetas locales, por lo que deberá recurrir inexcusablemente al efectivo. Algunas tiendas aceptan VISA o MasterCard, pero trate de ser muy claro al respecto; no todos los vendedores entienden la diferencia entre las tarjetas que permiten y las que no, muchos no conocen lo que es VISA o no saben como operarla, por lo que si puede, asegúrese de entrar a la tienda mostrando el logo de su tarjeta. En cualquier caso, trate de tener yuanes en efectivo siempre; la mayoría de los cajeros automáticos de la ciudad sí aceptan tarjetas internacionales por lo que no debería ser difícil obtener efectivo.

Comer

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Comida en las calles de Shanghái.

Shanghái es un excelente lugar para disfrutar de toda la variedad que posee la comida china. En la ciudad podrá encontrar locales de comida de todos los rincones del país, aunque la cantonesa es una de las más populares y muchos restoranes de este estilo han apuntado directamente al paladar de los turistas occidentales.

Sin embargo, es recomendable no dejar pasar la comida propiamente local de Shanghái. Si bien está basada en la gastronomía de la región baja del Yangtsé, el flujo de inmigrantes de otras áreas del país le ha dado una característica que la hace particular. Esta fusión de sabores ha dado origen a una cocina más dulce y algo más aceitosa en comparación con otros platos de la región, dándole más frescura y poniendo un toque agridulce en platos que usualmente son salados en el resto del país. Tal como en el resto de China, la carne de cerdo tiene un lugar preponderante en la comida; el tradicional estofado de cerdo (红烧肉), popular en el sur del país, acá es preparado con unos toques de anís y dulzura que lo hacen inconfundiblemente shanghaiano. El pollo es también muy utilizado, aunque se suele servir entero y no frito en trozos, como en otras zonas del país. Los pescados y mariscos también son parte de la gastronomía autóctona; trate de comer productos frescos y no mariscos salteados o fritos, pues éstos suelen ser sobras de compras de hace varias semanas. Para los vegetarianos, existen diversos platos con derivados de la soja y encontrará infinitos derivados del tofu, aunque muy diferentes a los que un occidental está acostumbrado. Tenga en consideración que en China el tofu suele ser un acompañamiento de la carne y no un plato principal, por lo que si no come carne estrictamente, asegurese de que no la sirvan junto al tofu.

Dos piezas de xiǎo​lóng​bāo​.

Dentro de los platos más populares de la cocina shanghaiana están los xiǎo​lóng​bāo​ (小笼包), pequeñas masas cocidas al vapor; a ellas se les suele hacer un agujero para que escape el vapor antes de sumergirlos en vinagre para acompañar la carne del interior. El máo​ xiè​ (上海毛蟹), un tipo de cangrejo, suele servirse en invierno junto a vino de Shaoxing y, según la tradición, permite balancear el el yin y el yang. El desayuno es una parte importante del día, por lo que algunos de los platos más típicos suelen servirse en esta comida; dentro de los más destacados están unas masas fritas llamadas shēng​ jiān​ bāo​ (生煎包) y el youtiao (油条), un pan frito similar al churro y ligeramente salado, que suele acompañarse con leche de soja (豆浆). Al youtiao se le puede envolver con arroz glutinoso para formar cí fàn (粢饭).

La multiculturidad y apertura de Shanghái se refleja también en la gran variedad de espacios para comer que posee la ciudad. Es fácil encontrar restoranes con comida de diversas partes del mundo, desde pizzerías a comida vietnamita, especialmente en áreas como la Concesión Francesa. En las zonas más turísticas podrá encontrar diversas cadenas de comida rápida internacional, tal como si fuera el centro de Nueva York, aunque en zonas más apartadas de la ciudad tampoco es difícil encontrar locales de McDonald's o KFC adaptados al gusto local. En toda la ciudad podrá encontrar tiendas de conveniencia (como 7-Eleven o FamilyMart) para poder abastecerse con galletas, dulces, sándwiches y bebidas.

Beber y salir

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En las principales áreas turísticas como el Malecón, Lujiazui, los Jardines Yùyuán o la Concesión Francesa es sumamente fácil encontrar cafeterías y heladerías, desde cadenas internacionales como Starbucks y Coffee Bean & Tea Leaf a establecimientos de origen local, a los que se suman las tradicionales casas de té, que son una institución en si mismas. Los precios son razonables, algo más baratos que en el mundo occidental: un café puede variar entre los ¥15 y los ¥40 dependiendo de sus características.

Igualmente en los últimos años ha habido una gran cantidad de de Bares que se han vuelto muy populares en los hoteles más importantes del Bund y de Lujiazui como es el casa de la terraza del Hotel W.

De noche, Shanghái tiene una vida nocturna interesante con opciones para diferentes grupos. A diferencia de otros artículos en que suele ser más barata que otras ciudades, el entretenimiento nocturno suele ser relativamente caro y compararse al de ciudades como Tokio o Hong Kong. Los locales suelen rotar mucho y pocos establecimientos se han mantenido por varios años en el mismo lugar; es por ello que se recomienda revisar sitios web como TimeOut Shanghai con una lista actualizada de los locales disponibles para ver aquellos más recomendables de acuerdo a la época de la visita

Muchos se encuentran aún en la zona de la Concesión Francesa, en particular alrededor de la Avenida Hengshan. Una alternativa interesante son los bares en los últimos pisos de los rascacielos de Lujiazui; aunque son mucho más caros que un bar tradicional, esto se compensa con la espectacular vista de la ciudad que tienen (y que incluso puede terminar siendo más barato que pagando por los tours que se organizan durante el día).

Dormir

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Vista del interior del Grand Hyatt en la Torre Jin Mao, desde el piso 88.

Como cualquier metrópoli, Shanghái tiene una amplia capacidad hotelera y que se puede ajustar a las necesidades de cada viajero. Sus hoteles de mejor calidad no tienen nada que envidiar al de otras ciudades importantes y las grandes cadenas hoteleras han puesto mayor esfuerzo en dejar sus sucursales de Shanghái al más alto nivel. Mientras Marriott y Ritz-Carlton establecieron grandes hoteles en el centro de la ciudad, otras cadenas apostaron a la altura y modernidad de Pudong; el caso más clásico es el Grand Hyatt que se instaló sobre el piso 55 de la torre Jin Mao. Otros hoteles prefirieron aprovechar las bellezas coloniales de Shanghái: mientras el Pearl Hotel sigue atendiendo junto al Malecón, Radisson tiene una sede en la Concesión Francesa con unos jardines espectaculares.

Para personas con presupuestos más modestos, existen varias opciones. La cadena Home Inn tiene varios hoteles en diferentes zonas de la ciudad, incluyendo uno en la zona de la Avenida Nanjing Oeste. Shanghái también ofrece una amplia selección de hosteles, muchos asociados a Hostelling International. Los precios pueden ir desde los ¥50 en habitación compartida por persona hasta los ¥200 aproximadamente por una habitación privada.

Es además importante mencionar que con la reciente aparición de aplicaciones para renta de departamentos o casas de locales, se ha tenido un cambio muy importante en este sector, pues en el centro de la ciudad se pueden encontrar hospedajes económicos desde ¥50 la noche en distintas partes de la ciudad

Seguridad

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Pese a que Shanghái es bastante segura, las grandes aglomeraciones suelen ser puntos atractivos para ladrones.

Shanghái es una ciudad bastante segura y es poco probable que, al menos en las zonas más turísticas, usted se sienta en peligro. Evidentemente, se recomienda como en toda ciudad estar atento a las aglomeraciones de gente para evitar algún hurto. La zona de Nanjing Este es uno de los destinos favoritos para obtener algún elemento del bolsillo de un turista desprevenido. También, tenga precaución al salir a altas horas de la noche de algún bar y evite lugares oscuros y con poca gente.

Algunos turistas han sido víctimas de estafas, por lo que es recomendable ignorar a cualquier local que se acerque a usted sin razón aparente. La gente de Shanghái es muy amable con el extranjero, pero es además tímido por lo que jamás se acercará a usted por su propia voluntad (la única excepción sería sacarse fotos con usted, tras lo cual normalmente se van). Los engaños más comunes son ofrecerse para llevarlo a una ceremonia del té, a comprar té o a comprar obras de arte local, tras lo cual le facturan un monto altísimo (sobre los ¥10 000). En caso de que usted proteste o rechace pagar, ellos suelen amenazarlo con llamar a la policía la que le quitará su pasaporte; en caso de que usted esté en esa situación, dígale que la llamen ya que la policía conoce bien la existencia de estas bandas de estafadores. También rechace cualquier oferta de “masajes” o “servicios especiales”, pues la prostitución es ilegal en China.

El mayor peligro seguramente es el tráfico. Como en toda China, el peatón es la última prioridad para los millones de motoristas y automovilistas que recorren las calles de la ciudad. Evite problemas y cruce las calles de la forma más segura posible. En los lugares más conflictivos, espere a un grupo de locales para cruzar junto con ellos. También tenga precaución con las personas; la etiqueta no existe cuando se trata de entrar al metro o comprar en un restorán de comida rápida. Seguramente deberá empujar a un par de personas si es que quiere comprar algún boleto o entrar a un tren, pero esté atento para no recibir un codazo e intente usar medios alternativos (como usar la tarjeta y sus recargas o comprar los boletos en las máquinas expendedoras).

También tenga cuidado con lo que compra. Muchos objetos son reproducciones y eso explica el precio que tienen. Si encuentra una moneda única que vale en el mercado numismático más de un millón de dólares y lo venden a ¥100, asuma que es una falsificación y cómprela si es que realmente le interesa ésta (¡no olvide regatear!). Lo mismo pasa con los productos tecnológicos. Para evitar problemas, siempre pida probar el producto; si se lo impiden (lo cual es raro), retírese y busque una nueva tienda. También tenga presente que todo objeto hecho antes de 1911 es considerado pieza arqueológica y tiene prohibida su salida del país.

No beba el agua de la llave en Shanghái, a menos que esté hervida o procesada. Lo más recomendable es comprar botellas en las múltiples tiendas de conveniencia; existe una gran variedad de marcas, pero las más baratas no debiesen superar los ¥2 por un litro de agua. Si tiene asma o problemas respiratorios, manténgase alerta pues la contaminación puede afectar su salud.

Enlaces externos

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